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El primer mes de la nueva vicepresidenta: Distensión pero sin eludir el choque

Aitana Mas ha aportado tranquilidad y ha acallado el ruido que rodeaba a Oltra y al Consell, pero no ha rehuido enseñar la salida a Colomer, cuestionar ayudas fiscales de Puig o el pulso por el presupuesto

La vicepresidenta Mas informa de los asuntos tratados en el pleno del Consell Ana Escobar

Hace poco más de un mes que Mónica Oltra decidió traspasar a Aitana Mas todos sus poderes. Con el beneplácito de las distintas sensibilidades de Compromís, la diputada se convirtió en vicepresidenta del Consell, consellera de Igualdad y portavoz con 31 años, un récord de precocidad. 

Hoy hace un mes que Mas asumió el cargo y recibió la cartera en la sede de la Vicepresidencia. La de aquel día, entre lágrimas, fue la última aparición pública de su antecesora, de quien se difundieron después en redes imágenes en las que agradecía los aplausos que le dispensaban asistentes al concierto de Joan Manuel Serrat en la plaza de toros de València. 

Si Oltra, que declarará el 19 de septiembre ante el juez que investiga la gestión de la conselleria en el caso de la menor de la que abusó su exmarido, tiene influencia en el día a día de la conselleria, se desconoce, aunque su titular niega que tenga mano directa en el departamento y que más allá de unos mensajes vía móvil no ha mantenido mayor contacto.

El primer mes de Aitana Mas como vicepresidenta del Consell ha cumplido el principal objetivo, alejar el ruido mediático que acompañaba las ruedas de prensa de la anterior portavoz. El asunto judicial tras la imputación lo inundaba todo y las políticas del Consell habían pasado a un segundo plano. Oltra dimitió para que esa situación cambiase. Y esa descompresión se ha producido. Solo la mera presencia de Mas en los mismos espacios en los que antes estaba Oltra ha tenido un efecto tranquilizador, de pacificación, señalan distintas fuentes en el Botànic. 

Mas ha pasado página en el ámbito institucional pero no en Igualdad donde mantiene a casi todo el equipo de Oltra

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Pero una cosa es el ámbito más público, donde se ha pasado página, y otro el de la gestión de una macroconselleria como Igualdad, donde Mas ya ha tenido que lidiar con quejas como la de esta semana de la patronal de las residencias Aerte que reclama impagos por valor de 50 millones.

La vicepresidenta mantiene prácticamente a todo el anterior equipo en la conselleria, incluso a los cargos que están imputados en el mismo procedimiento que Oltra, por lo que internamente no se ha abierto un tiempo nuevo y la sombra de la anterior vicepresidenta está muy presente

La vicepresidenta Mas con su antecesora, Mónica Oltra Francisco Calabuig

Lo contrario ocurre en el plano institucional donde Mas ha celebrado encuentros con el Síndic de Greuges, Ángel Luna, con el que la anterior vicepresidenta había tenido varios encontronazos hasta el punto de que Luna le acusó de entorpecer su labor en la vigilancia de los centros de menores y Compromís se revolvió deslizando que el Síndic actuaba en connivencia con el PP. Esa parte de momento parece reconducida.

La vicepresidenta Mas informa de los asuntos tratados en el pleno del Consell Ana Escobar

Mas también se ha reunido con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en un acto que dejó imágenes de gran cordialidad después de que Oltra evidenciara el día de su dimisión que existía un problema de incomunicación bastante grave con el jefe del Consell, a quien no informó de su dimisión. Mas también se ha reunido con la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, aunque en el encuentro se evitaron tratar los asuntos más conflictivos que separan a Compromís del Ejecutivo de Pedro Sánchez. 

Todos esos momentos han generado en el primer mes una sensación de serenidad y ausencia de conflictos. Pero eso no quita que la vicepresidenta del Consell haya eludido los asuntos espinosos. 

Por su condición de portavoz del Consell es difícil que lo haga porque se somete cada semana a una rueda de prensa. Con guante de seda pero sin rehuir la confrontación, Mas no ha evitado en apenas cuatro semanas mostrar la puerta de salida al secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, por su rechazo a la tasa turística que abandera el Botànic y hacerlo apenas 24 horas después de que el jefe del Consell lo ratificara. 

Tampoco rechazó cuestionar la bajada de impuestos a la empresa familiar que el propio Puig había anunciado pocos días antes o posicionarse en la defensa de la vía negociadora de los presupuestos que deja a la Conselleria de Hacienda en un papel accesorio y da el principal a la comisión nombrada por los partidos.

Agenda muy activa en Alicante

La otra constante del primer mes de Mas en la vicepresidenta es la importancia que da a la agenda en Alicante. La provincia tiene un desapego importante hacia las cuestiones que se deciden en València y es un factor que busca revertir. 

Otro es la importancia que da Compromís a las comarcas del sur, donde la coalición está lejos de obtener sus mejores resultados. Si, como parece, Mas lidera la lista por Alicante se convertirá en la gran baza de la coalición para un territorio donde las tres formaciones de derecha ya superaron en las autonómicas de 2019 en más de 40.000 votos a la izquierda y lograron un diputado más que el Botànic, 18 de 35.

En Alicante ha celebrado Mas una rueda de prensa delConsell, encuentros con la delegada, el Síndic o la secretaria general de CCOO y con asociaciones de gitanos, la plataforma ‘Variante de Torrellano’ o anuncios como que la lista de espera de dependencia en Elx ha pasado de tener 6.000 personas a cero. La vicepresidenta tiene pensado dejarse ver ahora más por la provincia de Castelló.

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