¿Cuál es su primer recuerdo político en la infancia o juventud?

En mi primer año de instituto me metí en el sindicato de estudiantes porque quería estar en un espacio donde poder aportar y construir cosas. Formo parte de una generación muy marcada por el 15M, la primavera valenciana y los recortes en educación.

¿Cómo recibieron en su torno que quisiese dar el salto y dedicarse profesionalmente a la política?

Yo realmente no me dedico a la política. Estudié arquitectura y trabajo en una empresa del sector. Mi relación con la política fue muy progresiva y no tuve que anunciar nada. Dado mi nivel de implicación, en mi casa ya se lo esperaban. Aunque lo ven bien, no dejan de creer que me estoy complicando un poco la vida.

¿Qué figuras políticas cree que le han influido o son referente?

Yo empecé a tener contacto con la política cuando me vine a València a estudiar desde mi pueblo (Teulada). Llegué en 2015, un año preelectoral, y las dos figuras que más me llamaron la atención fueron Joan Ribó y Mónica Oltra. Me sentía muy identificada con ellos porque las sentía muy cercanas, a las que poder acceder fácilmente.

Desde que fue elegida, cuál ha sido el momento más especial?

La entrada de mi compañero Ferran Barberà en las Corts como diputado, ahora mismo es el único joven. Llevamos mucho tiempo reivindicando la presencia de jóvenes en las instituciones y fue una gran alegría ver como avanzamos.

¿Tenía algún prejuicio sobre los políticos que se le ha desmontado al convertirse en una?

Nunca he creído eso de que los políticos no hacen nada, pero si que es verdad que pensaba que la mayor parte del trabajo era imagen y representación. Ahora me he dado cuenta de que detrás hay mucho trabajo que no se ve, de organización, de sentarse, de reunirse…

¿Cree que es necesario algún tipo de formación para dedicarse a la tarea pública?

No, cada persona tiene un perfil, que encaja mejor en un sitio u otro, pero todos somos sabemos las necesidades que tenemos. Cuanto más diversos sean los perfiles en política, más fácil será acercarse a todas las problemáticas.

¿Tiene algún remedio contra la polarización?

Creo que lo que tenemos que hacer es aprender a escucharnos aunque nuestras propuestas sean distintas. En el Consell muchas veces hay diferencias, pero lo que le hace realmente fuerte es poder discutir sobre ello, que no haya una única voz impuesta.

¿Le sigue poniendo nerviosa hablar en público?

Muchísimo, antes de ser elegida secretaria general, ya sabía que era lo que peor iba a llevar. Aunque sin duda el apoyo que recibo me ayuda bastante.

«Los jóvenes son el futuro», ¿está de acuerdo con esta frase?

No, los jóvenes somos el presente, al final siempre se nos relega diciendo que nuestro momento ya llegará. Y nuestro momento es ahora y de ahí en adelante.