Quién más y quién menos conoce los riesgos de consumir una ensaladilla rusa que haya estado mucho tiempo fuera de la nevera pero, con estos calores, el riesgo de intoxicaciones alimentarias por productos en mal estado se multiplica y no solo hay que estar atentos a los productos cocinados con huevo crudo.

Precisamente por ello, desde la Conselleria de Sanidad acaban de lanzar una serie de consejos de seguridad alimentaria ante el episodio de calor extremo que se va a vivir de aquí al domingo.

  1.  Evitar el contacto entre los alimentos crudos y los cocinados. Para evitar contaminación cruzada, Sanidad recuerda que siempre hay que separar los alimentos crudos de los cocinados y de los listos para comer utilizando también recipientes separados. Esto aplica también a no utilizar los mismos utensilios para manipularlos como cuchillos o tablas de cortar.
  2. Cuidado con la temperatura a la que se mantienen los alimentos. Tenerlos siempre a temperatura segura tanto los crudos como los cocinados. Por ejemplo, hay que tener cuidado en momentos como las barbacoas: lo que se vaya a asar ha de estar siempre en frío hasta el momento de cocinarlo. Con los platos ya cocinados también hay que tener cuidado: No hay que dejar "nunca" los alimentos cocinados a temperatura ambiente. Lo aconsejable es refrigerarlos lo más pronto posible preferiblemente por debajo de 5 grados centígrados.
  1.  No consumir alimentos perecederos que estén expuesto a temperatura ambiente.  Sanidad recuerda que en bares, cafeterías o restaurantes, todos los alimentos deben de estar en vitrinas y conservados en condiciones sanitarias adecuadas y en frío si es preciso. Si el consumidor observa que las medidas no se cumplen y esa tapa de ensaladilla proviene de un plato que está a la intemperie, mejor rechácelo.
  2. En casa, cueza, guise, ase o fría completamente los alimentos. Si el alimento queda crudo en su interior hay peligro de intoxicación, especialmente en carne, pollo, huevos y pescado. La comida cocinada hay que recalentarla bien.
  3. Mantenerse bien hidratado.  Hay que beber bastante agua y tomar alimentos que la contengan en cantidad. Y sí, nuestra primera opción para hidratarnos debe ser el agua. Si resulta aburrida siempre se puede aromatizar con "unas gotitas o rodajas de limón o naranja" pero hay que intentar evitar el alcohol y el café porque favorecen la deshidratación. Sanidad también apunta como "saludables" las infusiones frías no estimulantes y sin azúcar y recomienda evitar los "refrescos azucarados y las bebidas energéticas". No solo tienen mucha azúcar, sino que aumentan el ritmo cardíaco y la presión arterial en el organismo.
  4. Es importante ingerir alimentos como frutas, verduras y hortalizas que aportan agua, vitaminas y minerales al organismo. Se recomiendan al menos 5 piezas de fruta, verdura y hortalizas al día, siendo una buena opción las frutas de temporada como el melón y la sandía y platos fríos como gazpacho andaluz, salmorejo, ensaladas, etc. La fruta debe ser el postre de elección. Hay que tener especial cuidado en la hidratación en población infantil y anciana, embarazadas, así como en personas con enfermedades crónicas.