El incendio de la Vall d'Ebo obligará a cerca de un millar de personas a abandonar sus viviendas y pasar la noche fuera de casa. El personal de Emergencias de la Generalitat ha ordenado el desalojo de la localidad de la Vall d'Alcalà, las pedanías de Benirrama y Benialí (dos de las ocho que conforman el término municipal de la Vall de la Gallinera) así como de algunas urbanizaciones y diseminados en Pego como la urbanización del Calvari.
Según ha explicado el secretario autonómico de Emergencias y Seguridad, José María Ángel, estos desalojos vienen condicionados por el parte meteorológico y, sobre todo, por los cambios en el viento que han aumentado las hectáreas calcinadas a 2.500. "A veces viene de Levante y otras de Poniente", ha expresado el responsable de la Generalitat tras una reunión en el Puesto de Mando Avanzado en el que se ha hecho un "análisis" de la situación y se ha decidido el desalojo de los tres núcleos de población.
"Estas oscilaciones nos condicionan las decisiones que tenemos que tomar, todas nuestras decisiones tienen que ver con la seguridad de las personas", ha añadido Ángel quien ha indicado que todas estas personas serán realojadas en Pego. Para ello, se ha habilitado el Espai Veinal y el Colegio Ambra y la Cruz Roja está trabajando llevando camas hacia estas dos instalaciones.
Benirrama y Benialí son dos pedanías de la Vall de la Gallinera, uno de los puntos hacia los que se dirige el fuego con el cambio en el viento que se dio a partir del mediodía. Muchos de sus vecinos son ocasionales por el verano. De hecho, Benialí se encontraba en fiestas que, evidentemente, fueron suspendidas a lo largo de la tarde.
Según ha informado el Consorcio Provincial de Bomberos, se mantiene el despliegue de medios terrestres y aéreos en la zona, con unas 165 personas de diferentes cuerpos y una docena de medios aéreos, aunque la cantidad ha variado a lo largo de la jornada porque varios se han desplazado al incendio de Les Useres, en Castellón.
