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El 'islote lluvioso' de la Marina Alta ayuda al postincendio de Vall d'Ebo

Los expertos creen que la alta pluviometría de la comarca ayudará a regenerar el monte tras el fuego

No hay llamas en ningún frente del incendio de la Vall d'Ebo (Alicante)

El incendio forestal más virulento en muchos años de la Comunitat Valenciana, el que se inició el sábado en Vall d'Ebo y que ha arrasado 11.500 hectáreas y obligado al desalojo de unos 1.500 vecinos, se sitúa en una zona geográfica, la comarca de la Marina Alta, considerada por los expertos como un "islote lluvioso" por los altos valores anuales pluviométricos, una singularidad que debería ayudar a la posterior regeneración del terreno.

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Este entorno con gran masa forestal constituye un "islote lluvioso" por enclavarse en una de las esquinas de la península Ibérica, muy metida en el Mediterráneo y con punta en el cabo de la Nao, donde los relieves orográficos favorecen la formación de nubes por entradas de vientos marítimos de levante o noreste, que se estancan en esas cadenas de montañas y propician la descarga de abundantes lluvias.

De esta manera, en esta zona y en la colindante La Safor las precipitaciones anuales son siempre superiores a los 700 litros por metro cuadrado, con algunos años excepcionales como el actual de 2022 (con abundantes lluvias en marzo y abril) donde fácilmente se rebasarán los 1.000.

Un islote lluvioso único en el Mediterráneo

Esta cifra de mil litros por metro cuadrado en un solo año es la que provoca que la Marina Alta sea considerada por los especialistas como uno de los "islotes lluviosos" de España, y que constituya un fenómeno "muy singular en la fachada mediterránea", ha explicado el expresidente de la Asociación de Geógrafos Españoles (AGE) y responsable del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante (UA), el catedrático Jorge Olcina.

Tanta cantidad de agua, ha continuado Olcina, "favorece que haya mucha vegetación, de matorral y pinar, que ocupa los valles y laderas de esas montañas", y de cara a la futura recuperación puede ser muy positiva porque podría "adelantar el proceso de regeneración natural del monte".

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Siguen los trabajos para controlar las llamas en la Vall d'Ebo EFE / Juani Ruiz

Para ello, es necesario que las lluvias no caigan de forma torrencial, sobre todo en los próximos meses, porque esa circunstancia provocaría la erosión del terreno.

"Ahora el suelo va a estar varios meses desprotegido y si en octubre o noviembre cayera una precipitación torrencial, por supuesto que se producirían arrastres", ha advertido el catedrático, "pero si no llueve de esa forma durante algunos años, al menos un par, y sí va cayendo con regularidad dentro de esos episodios de lluvia de varios días que son los caracterizan a esta zona entre Alicante y Valencia, en apenas 10 años habría una cobertura de matorral y veríamos los primeros estadios de arbolados que se habrán regenerado de forma natural".

Que el monte se autorregenere

Por todo ello, el expresidente de los geógrafos españoles es partidario "de dejar al monte ahora" para que se "autorregenere" por sí mismo.

"La vegetación mediterránea es muy fuerte y muy enérgica, y a poco que haya un poco de humedad, y en esta comarca de la Marina Alta la hay, en apenas unos meses empezaremos a ver los primeros brotes verdes y en diez años tendremos un espacio muy recuperado", ha vaticinado Olcina.

Desatado por un rayo durante una tormenta seca en la madrugada del pasado sábado al domingo, en el incendio de Vall d'Ebo operan más de una veintena de medios aéreos y decenas de bomberos y brigadas forestales de la Comunitat Valenciana, Región de Murcia y Castilla La Mancha, además de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que operan sin descanso en unas labores que la tarde de este miércoles se vieron favorecidas por la aparición de lluvia.

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