Un rayo latente parece ser la causa del incendio declarado anoche en Olocau, en una partida del parque natural de la Serra Calderona. Los primeros avisos llegaron de madrugada y los bomberos creen que el fuego se originó en el interior de un árbol. Se trata de un rayo latente. Pero... qué es exactamente.

Según Meteored, un rayo latente, conocido también como rayo durmiente, es un rayo que ha caído en un árbol en plena tormenta y que hasta al cabo de unos días el árbol no lo manifiesta. A diferencia de lo que se suele comentar, el rayo no permanece almacenado dentro del árbol en forma de corriente eléctrica. Sería imposible. Cuando la gigantesca descarga eléctrica cae sobre el árbol se puede producir una ignición inmediata. En ese caso, la copa del árbol comienza a arder y el fuego es evidente. Sin embargo, en ocasiones, y según las condiciones de la madera o el tamaño del árbol y su tronco, el rayo puede alcanzarlo y no producir ninguna llama visible.

Infografía de Meteored en la que explican qué es un rayo latente

Infografía de Meteored en la que explican qué es un rayo latente

No significa que no haya riesgo. Todo lo contrario. La electricidad recorre el árbol de arriba a abajo y llega a las raíces. Al no haber mucho oxígeno en el interior de la madera, la energía eléctrica se transforma en energía térmica, en calor... que va consumiendo lentamente el interior de la madera. El rayo convierte el tronco y las raíces en brasas que van ardiendo muy poco a poco pero de forma constante. Esa circunstancia convierte al árbol en una bomba de relojería que puede estallar en cualquier momento.

El rayo durmiente o latente va quemando sin apenas señales el árbol hasta que el viento o la extrema sequedad del ambiente hace que la brasas internas se aviven y aparezcan las primeras llamas. En ese momento, el fuego puede pasar rápidamente a la masa forestal colindante e iniciar un foco, tal como ha pasado en la Sierra Calderona.

Este tipo de fenómenos está detrás de muchos incendios forestales, algunos muy graves, como el que se desató y devoró Marxuquera en 2018.