Como buen “boomer“conocí perfectamente las películas de Tarzán protagonizadas por Johnny Weismuller. Cuentan que su grito se hizo tan famoso que los periodistas y el público en general le solicitaban contantemente que lo repitiera en público y que se acabó volviendo completamente loco. A raíz de una intervención en un informativo de la televisión autonómica valenciana y de un artículo de prensa posterior, en los que expuse mi opinión sobre los motivos que explicaban los enormes incendios valencianos de los últimos días y, en general, los de toda España, me vi sorprendido por una repercusión en redes mucho mayor de la esperada. Llevo años colaborando desinteresadamente con medios de comunicación en temas relacionados sobre todo con la climatología y, en general, la Geografía y nunca he visto una repercusión similar. El pasado viernes por la mañana y me encontré con numerosos medios que me llamaban solicitando que les reiterara esa misma opinión, y me sentí un poco como ese actor al que le pedían continuamente que repitiera el grito, y llegué a temer que nunca lo hiciera del todo igual o que, por lo que ya estaba viendo en redes, cada uno entendiera cosas diferentes de lo que yo había querido decir. Tal vez lo único que hice fue dar una opinión que se saliera un poco del guion establecido. Por si hay alguna duda al respecto, aprovecho esta columna, que considero mía, para confirmar que más allá del problema generado para extinguir semejantes colosos de fuego y su vinculación con las condiciones extremas que pueden estar causadas por el cambio climático, yo quiero insistir en las condiciones estructurales que han hecho que muchos menos incendios sean mucho más pavorosos. Si queremos que estos incendios no tengan la misma o más intensidad en el futuro debemos volver a un espacio agroforestal sostenible, con mosaicos de espacios de cultivo, de ganadería y forestales, adaptados a cada entorno y contando siempre con la participación de aquellos que viven en los espacios rurales. Por cierto, si queremos que estos espacios rurales vuelvan a estar activos hay que invertir dinero en que aquellos que crean y mantienen este pasaje puedan seguir ahí. Lo único que pido es que este necesario debate sobre el futuro de estos territorios no se olvide dentro de unas pocas semanas.