Las polémicas imágenes de niños pequeños corriendo delante de astados de raza avileña en las fiestas de Nules, de las que informó el lunes este periódico, han generado discrepancia de opiniones entre los que consideran que la iniciativa –celebrada por primera vez en la provincia de Castelló pero que ya es habitual en otras partes de la península– incumple la normativa que prohíbe a los menores de 16 años participar en festejos taurinos y aquellos que tachan a los primeros de antitaurinos y argumentan que no se trata de reses bravas y que por lo tanto no se puede hablar de ‘bous al carrer’ como tal, sino de una «trashumancia urbana con exposición de animales bovinos», como así consta en la autorización concedida por la propia conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica.

Será la investigación de la Policía Autonómica la que determine si en las celebraciones del pasado lunes se excedió o no la autorización concedida por la conselleria y si la recreación del encierro con animales mansos de poco más de un año de edad –especialmente seleccionados para este tipo de eventos– supuso un riesgo real para los menores, para los que corrían delante de los animales o para los niños pequeños que iban en brazos de sus padres.

Fuentes de la Secretaría Autonómica de Seguridad y Emergencias, de la que dependen los festejos taurinos tradicionales celebrados en la Comunitat, explicaron que a la espera de que la policía de la Generalitat, en colaboración con la Policía Local de Nules, elaboren un informe sobre lo ocurrido, este tipo de actos están excluidos de la normativa que rige los ‘bous al carrer’ al tratarse de reses no bravas.

Por su parte, fuentes de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica confirmaron que principios de agosto les llegó una solicitud del Ayuntamiento de Nules para la celebración el día 22 de agosto de una «trashumancia urbana con exposición de animales bovinos». La misma fue concedida el día 17 bajo una serie de requisitos.

Por un lado solo se autoriza el uso de animales de raza avileña inscritos en el libro genealógico correspondiente a una determinada ganadería. Dentro del plan de contingencia se insta a los organizadores a contar con un alojamiento adecuado –techado, con comida y agua– para los animales, en previsión de que ante cualquier percance no pudieran realizar el viaje de vuelta. De igual modo se les exige contar con una servicio veterinario que garantice la sanidad y bienestar de los animales. Y adicionalmente se requiere que la ganadería de origen cuente con la calificación sanitaria adecuada.

«Desde la conselleria no entramos a valorar si merecía una tramitación distinta a tenor de lo ocurrido», apuntan fuentes de Agricultura. «Nos hemos ceñido a dar la autorización al comprobar que cumplía con los requisitos», añaden poniendo a disposición de la policía la documentación que se les requiera.

Otros dos casos en Chiva y Dos Aguas en los que los menores constan como espectadores

El mismo evento celebrado en Nules el pasado lunes, catalogado como «trashumancia urbana con exposición de animales bovinos», se ha vivido esta última semana en otros dos municipios valencianos, concretamente en Chiva y Dos Aguas. En ambos casos las fuentes consultadas por este periódico aseguran que también contaban con todos los permisos y autorizaciones pertinentes.

En Chiva se celebró el pasado sábado, según confirmaron fuentes municipales, quienes aclaran que se trata de becerros mansos que sí están autorizados para este tipo de exhibiciones no consideradas festejos taurinos. Estas mismas fuentes indicaron que pese a que no hay peligro para los menores, éstos constan como espectadores y no como participantes, y que estaban acompañados por sus padres o tutores. Pese a la polémica, la ganadería que organiza estos eventos incluso ha incremento las solicitudes de ayuntamientos interesados en contratar sus servicios.