Mientras todo va bien, nadie se preocupa. Pero cuando todo se complica, se buscan culpables y responsables: ¿Qué falló? Pues en uno de los primeros pasos, muchos de los municipios están fallando. Menos del 15 % de las localidades de la provincia de València disponen de Planes Territoriales Municipales de Emergencias, la herramienta básica y fundamental para hacer frente a cualquier tipo de desastre. Preocupan especialmente en este momento los meteorológicos, los incendios ahora y las inundaciones por grandes tormentas en unas semanas.

La Generalitat quiere que todos los municipios cuenten con un plan de Emergencias que es obligatorio para los más de 500 municipios de la Comunitat Valenciana. La mayoría ha cumplido, pero no lo tienen actualizado. En el caso de las comarcas valencianas, en el Camp de Túria solo 2 de 16 municipios tienen este plan actualizado y en vigor. El 12 % del total. Solo el Valle de Cofrentes-Ayora mejora esa marca, ya que es el 14 % de los pueblos que componen la comarca. Es decir, uno solo de los siete que deberían tenerlo.

Las peores cifras las registra la Hoya de Buñol, donde ninguna localidad tiene actualizada su hoja de ruta frente a desavenencias. Lo redactaron 6 municipios de 9, pero todos ellos lo tienen caducado, ya que hay que renovarlo cada siete años. En Los Serranos, que ha tenido que enfrentarse al fuego de Calles y al de Bejís, disponen de PTME el 10 % de localidades, es decir, dos pueblos de los 19 que componen la comarca.

Son las cuatro peores cifras de las 17 divisiones territoriales de la provincia de Valencia y coincide que todas ellas tienen una gran cantidad de masa forestal, por lo que resulta de especial interés que los recursos de emergencias estén organizados en caso de desastre.

Estos datos se desprenden del Análisis de políticas públicas en materia de protección civil de ámbito local que ha elaborado la Asociación Española de Gestores para la Administración Pública (AEGAP) en colaboración con la Càtedra de Dades Obertes, Catedrades de la UPV. Han analizado los datos actualizados a 8 de julio, cuando se reunió la comisión de Protección Civil donde los municipios entregan estos documentos y se validan.

Depende de la Conselleria de Justicia y Administración Interior y se trata de prever cómo actuar para extinguir un fuego o controlar una riada, y organizar todos los recursos en caso de evacuación de la población. Ahí radica la principal diferencia con el Plan Antiincendios de la Conselleria de Agricultura, que se focaliza, sobre todo, en las actuaciones para la prevención del fuego o de otros desastres.

Cabe destacar que en La Costera el cumplimiento de tener estos planes actualizados es del 79 %, mientras que la Vall d’Albaida se sitúa en el 61% de los municipios. El resto de comarcas de la provincia no llega al 40 %, ni siquiera Requena-Utiel, que a principios de julio vivió una grave amenaza con el incendio de Venta del Moro que arrasó 1.300 hectáreas. O La Ribera, donde cada año las inundaciones son un quebradero de cabeza para las autoridades.

Incendios, lluvias y terremotos

Además de los planes de emergencias en general, la conselleria habilita otros tres tipos concretos: incendios, inundaciones y riesgos sísmicos donde hay municipios obligados, otros recomendados y otros que no tienen por qué disponer de ellos. En la provincia de València hay 49 localidades obligadas a disponer de un plan contra incendios forestales pero solo lo tienen actualizado 7 de ellas; en cuanto a las inundaciones, de 129 municipios obligados a tener prevista la evacuación en caso de riada, solo 23 lo ha cumplido. Por los riesgos sísmicos, son 191 municipios los obligados pero solo lo han presentado 10. Una asignatura pendiente que deberán aprobar próximamente, ya que además tanto conselleria como diputación han habilitado líneas de ayudas para redactar estos planes.