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La geografía del "bou": una tradición que abarca la mitad del territorio

Hasta 269 de las 542 localidades de la C. Valenciana celebran festejos taurinos en pleno debate sobre su futuro

Bous al carrer en Canet. | DANIEL TORTAJADA Cristina MArqués. Benavites/Canet

La tradición de los bous al carrer está profundamente arraigada en la Comunitat Valenciana por multitud de factores históricos, sociológicos y culturales. El valenciano es un pueblo mediterráneo donde la cultura taurina está enraizada en multitud de municipios y pedanías desde hace décadas, y en algunos casos, desde hace siglos. En la Comunitat se celebran más de 8.600 festejos taurinos populares anuales, lo que supone más de la mitad de los 15.000 que se desarrollan en toda España.

Por si fuera poco, de los 542 municipios valencianos, 269 acogen actos de «bous al carrer», esto significa que casi la mitad (49,63%), son pueblos y ciudades taurinas, normalmente en semanas y citas asociadas a sus fiestas patronales.

Sin embargo, el arraigo de los actos taurinos también tiene un intenso componente geográfico. A medida que miramos al norte del territorio, la afición es más importante. Así, en toda la provincia de Castelló, se celebran encierros populares y otras modalidades como concurso de ganaderías y de recortadores, suelta de vaquillas y «bou embolat». En la provincia de València, este fenómeno está muy arraigado en el Camp de Túria, l’Horta Sud, l’Horta Nord, la Hoya de Buñol-Chiva, Requena-Utiel, el Camp de Morvedre y la Ribera Alta. Aquí hay que mencionar también poblaciones relevantes del interior como Chelva (los Serranos), Ayora (Valle de Ayora-Cofrentes) y Ademuz (Rincón de Ademuz).

En el caso de Alicante, es la Marina Alta, donde prima esta tradición, que está asociada aquí a una modalidad única, los «Bous a la Mar», donde las reses acaban cayendo al mar en Dénia y Xàbia, mientras persiguen a los corredores. Si analizamos más datos con detenimiento, observamos que esta tendencia al norte se agiganta. Por ejemplo, de los 135 municipios de Castelló, 127 acogen actos de bous al carrer, esto representa el 94,07%. De hecho, las únicas localidades que no celebran este tipo de festejos son: Castell de Cabres, Herbers, Vallibona, Palanques, Aín, la Pobla de Benifassà, Ares y Villores. En el cómputo global, el 51% de los actos taurinos populares de la Comunitat se realizan en Castelló.

En València, en casi uno de cada dos municipios, se hacen festejos taurinos. De los 226 pueblos y ciudades de la provincia, 108 son «boueros», el 47,78%. Menos arraigados están en Alicante y su provincia: de los 141, apenas 36 programan estas actividades. Esto significa que solo se corren astados al aire libre y en espacios públicos en uno de cada cuatro municipios alicantinos (el 25,53%).

Respecto a las grandes capitales, a día de hoy no se hacen festejos taurinos en ninguna de ellas, al menos en sus núcleos urbanos, aunque con salvedades. En Castelló, se celebran actos taurinos en el Grau, con motivo de las fiestas de Sant Pere. De hecho, a finales de junio, hubo una cogida grave a un hombre, en un encierro de toros cerriles de la divisa extremeña de José Luis Marca. En Alicante, también se sueltan vaquillas, en la pedanía del Moralet e igualmente un corredor resultó con heridas de consideración tras ser volteado. En cuanto a València, las pedanías de Carpesa y Benifaraig, se han convertido en el último reducto de los «bous al carrer» en la capital. En el resto de pedanías y en la propia ciudad ya no se celebran este tipo de festejos, como ha dicho esta semana el alcalde de València, Joan Ribó, quien, obviando estos dos casos, afirmó sentirse orgulloso de haber acabado con estas celebraciones en 2016, solo un año después de llegar al gobierno municipal.

Y es que el debate sobre la conveniencia de celebrar los festejos taurinos o no, está más vivo que nunca. De hecho, la vuelta a la normalidad y el «boom» de actos celebrados en toda la Comunitat han vuelto a poner sobre la mesa la posibilidad de prohibirlos. En lo que llevamos de verano ha habido que lamentar hasta 7 víctimas mortales y un menor de 15 años ha resultado herido grave. A ello hay que añadir, en la parte negativa de estas fiestas, que anualmente hay 500 heridos por percances relacionados con el astado. El 80% son torceduras, golpes o traumatismos, y el resto, un 20%, heridas por asta de toro, que son las más graves.

Como ha publicado Levante-EMV, Paterna fue la localidad pionera en celebrar una votación popular para decidir si se seguía adelante con los actos taurinos y de hecho los prohibió en 2009. Aldaia, Xirivella, Silla, Sueca, Godella o Simat de la Valldigna también sometieron la decisión a votación popular.

Este mes de agosto, Sueca los ha vuelto a prohibir. La capital de la Ribera Baixa mantiene esta decisión desde 2015 y después de celebrar un referéndum en 2016 donde salió «no». Por su parte, Tavernes de la Valldigna, en la Safor, también los ha suspendido este año. En otras localidades tampoco se hacen desde años como en Aldaia y en Quart de Poblet, mientras que el Barrio del Cristo, núcleo urbano que depende de ambas poblaciones, sí que sigue celebrándolos. Es un buen ejemplo de la variedad de opiniones que existe sobre este asunto. Ahora bien, en la parte positiva, los «bous al carrer» tienen un componente cultural y turístico indiscutible para una parte de la sociedad valenciana y sus instituciones, y pese a sus detractores. Por ejemplo, los Bous a la Mar de Dénia son Fiesta de Interés Turístico Nacional desde 1993 y constituyen un poderoso reclamo en la oferta turística de Benicarló y de Xàbia.

Respecto al Torico de Chiva, o toro en cuerda, fue declarado Fiesta de Interés Turístico Autonómico en julio de 2019, tras solicitarlo más de 2.500 peñistas de esta localidad valenciana.

También, en Segorbe, la Entrada de Toros y Caballos, que arranca este lunes en la capital del Alto Palancia, está reconocida como Fiesta de Interés Turístico Internacional y BIC Inmaterial.

Por todo ello, hay que concluir que los festejos taurinos tienen una implantación sociológica y festiva indudable. No en vano, se calcula que hay más de 600 peñas federadas y miles de peñistas en la Comunitat. Las comarcas de Castelló y l’Horta Nord son las que tienen más presencia en este mundo asociativo taurino y popular.

Además, un informe de la Universitat de València determinó que la industria de los «bous al carrer» mueve cada año más de 36 millones de euros. En definitiva, la geografía física y humana de los «bous al carrer» compone un complejo puzzle de factores sociológicos, festivos y económicos que hay que tener en cuenta a la hora de valorar y medir un fenómeno social de estas dimensiones.

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