"Gracias a Mariana por su lucha. Quien lo ha logrado ha sido ella". Mariana es la trabajadora del hogar gallega que denunció ante la justicia su vulneración del derecho a paro. Mariana fue con todo, hasta llegar al Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea. Mariana consiguió recientemente una sentencia histórica: Europa castigaba a España por vulnerar este derecho laboral de las trabajadoras del hogar.

Ayer el presidente del Gobierno Pedro Sánchez anunció en un encuentro con ciudadanos que este martes se reconocería el derecho a paro de las empleadas domésticas. Ellas llevan 30 años con sus derechos vulnerados: ni desempleo, ni seguridad social, ni baja por enfermedad, ni por maternidad, ni de ningún tipo, ni derecho a formar un sindicato, ni a formar un convenio.

Por si fuera poco, en 2011 el Gobierno firmó (con la complicidad de los grandes sindicatos) una "relación laboral de carácter especial" que, a parte de todos estos infraderechos que las colocan como trabajadoras de segunda, regulaba que podían trabajar 60 horas en régimen de interna, y que además podrían ser despedidas sin previo aviso y sin recibir un duro. Hasta que el Congreso, el pasado 9 de junio, se comprometió a incluirlas en el régimen general de la Seguridad Social y firmar el Convenio 189, que las equipara al resto de trabajadores. No les estaban dando nada, solo lo justo.

Así que, después de 30 años ninguneadas y once peleando contra una ley injusta que las oprimía, le dan las gracias a las suyas. No al presidente. A Mariana y a las otras 'Marianas' que doblan la espalda en las casas. Marcela Bahamón, portavoz de la Asociación Intercultural de Profesionales del Hogar y los Cuidados (Aiphyc), reconoce que "no deja de ser una medida electoralista", pero sigue siendo emocionante. La decisión afectará a más de 32.000 empleadas domésticas que hay dadas de alta en la C. Valenciana y a 700.000 en España. Sin embargo dejará a muchísimas personas fuera, ya que el sector está copado por mujeres inmigrantes. "Siendo optimistas, habrá un 30 % de mujeres con los contratos en regla", cuenta Bahamón.

La activista reconoce que están agradecidas, pero a la vez remarca que "parece que tenemos que besar los pies de los gobiernos que han hecho algo por equiparar nuestros derechos con los de los demás trabajadores, como si tuviéramos que ponerles en un altar, pero en realidad era su obligación". Para ellas, "es un reflejo de la sociedad española, que normaliza que haya personas que sacrifican sus derechos para que exista un estado del bienestar", lamenta.

No cambiará el régimen de interna

Bahamón fue una de las personas presentes en la reunión de las empleadas domésticas con el secretario de estado del Ministerio de Trabajo el pasado 31 de agosto. Reconoce que una de las mayores decepciones de la norma es que "no van a tocar el régimen de interna" (ese que permite trabajar 60 horas semanales de lunes a domingo). "Le pregunté si se iba a modificar ese punto y dejar por escrito que ser interna no es ser una esclava que pueda estar trabajando 24/7 en una casa. Pero me respondió que por el momento se centraban en reformar lo que contemplaba la UE". Lo que logró Mariana.

La portavoz de Aiphyc se muestra cautelosa con la nueva ley, sobre todo porque no se ha hablado con el Gobierno sobre las inspecciones de trabajo. "La constitución dice que el domicilio es inviolable, pero nosotras trabajamos en un domicilio. Aún así animamos a las compañeras que sufran abusos a pedir inspecciones en su lugar de trabajo, sin eso la ley se aplicará difícilmente", cuenta. Una novedad, según cuenta Bahamón, es que se estudia ayudar a pagar la seguridad social a las familias que demuestren tener pocos recursos mediante subvenciones.

El camino, para Bahamón, sigue siendo el de Mariana. "Lo que nos demuestran con esto es que tenemos que llegar a la Unión Europea para que nos reconozcan los derechos humanos, así que vamos a seguir reivindicando nuestros derechos ante la justicia porque es la única manera", reivindica.

Carolina Torres dando una charla junto a más empleadas domésticas. Miguel Angel Montesinos

"Somos profesionales. Tener derechos es lo justo"

Carolina Torres es una de las 32.000 empleadas domésticas que se beneficiará del derecho a paro en la C. Valenciana. "Me parece una súper noticia. Trabajamos igual que todo el mundo y cumplimos horarios, pero hasta ahora no teníamos oportunidad de coger una baja, o tener la tranquilidad de gozar de un subsidio si perdíamos el trabajo. Somos profesionales, tener esos derechos es lo justo", cuenta.

Torres lleva 23 años trabajando como empleada del hogar en régimen de infraderechos, sin subsidio ni ayudas de ningún tipo. Reivindica que "mucha gente considera que el nuestro es un trabajo fácil o que todo el mundo puede hacer, pero todo lo contrario. Debes tener conocimientos sobre cómo mover a las personas mayores, cómo darle la medicación, qué tipo de productos usar, etcétera. Además de toda la responsabilidad que lleva tener esa persona a cargo", explica.

Este reconocimiento es para Carolina "una oportunidad para poder alzar la voz". Hasta ahora no podían ni siquiera formar un sindicato, su principal desahogo era realizar actividades con otras compañeras empleadas del hogar como sigue haciendo cada viernes. Ahora podrán ejercer sus derechos que tanto les ha costado conseguir. "No estaba bien cómo nos trataban, y más cuando hemos sido esenciales durante toda la pandemia. Las primeras que teníamos que salir a la calle sí o sí. Nos merecíamos derechos a la altura de todo el mundo, y dejar claro a la gente de que debemos ser tratadas de la manera correcta, no como si fuéramos sirvientas o esclavas", remarca.