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Puig marca el inicio del año electoral con el anuncio de una reforma fiscal

El jefe del Consell mira al centro con una revisión de impuestos sin concretar - Defiende también subir salarios, pero con acuerdo con la patronal

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Puig habla sobre los retos a los que se enfrenta la C. Valenciana Fotos: Fernando Bustamante

Crecer y repartir. Ximo Puig acabó su conferencia de ayer con esta píldora de su ideario político (y el de la socialdemocracia europea). El orden importa en este grupo de verbos. Se necesita crecer primero para después compartir. Esa es la doctrina de Puig, por este orden, pero posiblemente más a la izquierda la distribución de los verbos sea otro. El vicepresidente del Consell por Unides Podem, Héctor Illueca, lleva dos días acusando a los socialistas de someterse a los «poderes económicos». El dirigente morado seguro que comparte lo de ‘repartir’. Y ‘crecer’ también, pero no en primer lugar y según cómo.

El desayuno informativo se movió ayer entre estos marcos de crecer y repartir. No es novedad. Es el sello de la acción de Puig desde de que está en el Palau de la Generalitat: avances sociales, propuestas de izquierda, pero con diálogo con la clase empresarial, sin tensiones y favoreciendo la llegada de inversiones porque el empleo es la base, como alardeó ayer (la gigafactoría de Volkswagen, la apuesta renovada de Ford, Amazon, Mitsubishi o Caixabank con el CaixaForum).

Las propuestas expuestas ayer, en un acto que a las nueve de la mañana del primer lunes de septiembre tiene mucho de pistoletazo de salida del curso político (un año de elecciones además), se movieron ayer en ese ámbito del desarrollo social sin desasosegar al gran capital.

Puig empieza un curso decisivo subrayando un perfil de centroizquierda. Ayer tocaba quizá señalar más la parte primera de la palabra compuesta, la de centro. Por eso, la propuesta principal fue la de una «revisión fiscal» en el tramo impositivo valenciano.

La reducción de impuestos es el eje de la política anticrisis del PP y de su líder valenciano, Carlos Mazón. La izquierda, PSOE incluido, criticó durante semanas esta propuesta, que sí había adoptado la socialdemocracia alemana, hasta que la semana pasada Pedro Sánchez anunció una reducción del IVA de la energía.

Y Puig se subió ayer también a esa ola. Es una forma de estrechar el terreno al PP. Se trata de continuar lo que empezó en la reciente cena de verano del PSPV en Gandia, cuando anunció una alianza municipal contra la inflación. Este es el gran reto, insistió ayer. Sobre esa alianza dijo que en las próximas semanas convocará a los alcaldes a una conferencia municipalista.

Todo a su tiempo, el protagonismo ahora es para la reforma fiscal. Puig no concretó mucho. Dijo que la estudia Hacienda, que se hablará en el próximo seminario del Consell (este fin de semana), pero que se trata de ajustar los esfuerzos a la inflación, la «gran prioridad». No obstante, admitió que la actuación fiscal valenciana está «muy limitada». Tras el seminario y, posiblemente, en el debate de política general en las Corts, en la última semana del mes, se desgranarán los detalles para aprovechar los impactos.

Compromís no es ajeno a la propuesta, ya que el secretario autonómico de Hacienda, Francesc Gamero (de la coalición), trabaja en las medidas, explican en el entorno de Puig.

En cuanto al alcance de la reforma, hay dos aspectos que probablemente serán tocados: la tributación de la empresa familiar (el PSPV ya llevaba en su programa aumentar las bonificaciones) y el impuesto de sucesiones.

Pero Puig, de momento, ha centrado el debate en «ayudar a las clases medias y trabajadoras, proteger más a la población vulnerable e impulsar la creación de empleo». Unos objetivos amplios donde pueden caber intereses diversos.

Además de anunciar ayudas directas contra la inflación, el jefe del Consell abogó por una propuesta más a la izquierda: subir los sueldos y el salario mínimo interprofesional, pero —en esa vía de moderación seña de identidad de su etapa— pidió conseguirla a través del diálogo social, con acuerdo con la patronal. El pacto de rentas sería la solución.

El alza de los precios va unida a la crisis energética. Puig defendió la apuesta por las renovables y censuró cualquier vía nuclear. El jefe del Consell incidió en el Pacto valenciano por la transformación energética. Insistió así en la necesidad de potenciar la instalación de estas energías limpias, algo que produce fricciones en el seno de la coalición de gobierno.

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