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Discriminación en el acceso a la vivienda

"El mayor problema del racismo inmobiliario es conseguir demostrarlo"

Las víctimas pueden denunciar en la Oficina de No Discriminación del Ayuntamiento de València, además de acudir a entidades como CEAR o València Acull

Concentración contra el racismo en la ciudad de València. Germán Caballero

El racismo inmobiliario no suele ser frontal, sino mucho más sutil. "Por eso no vemos casos así a diario. Normalmente es algo tan simple como decir a una persona que el piso ya está cogido al ver su aspecto, o elegir entre dos posibles candidatos en base a prejuicios. La discriminación no suele ser tan grande como para denunciar", asegura Nacho Collado, abogado experto en derecho a la vivienda de la cooperativa El Rogle.

Pese a todo, la discriminación en el acceso a la vivienda sigue siendo un gran problema para la población extranjera o racializada según se encargan de denunciar oenegés como València Acoge o CEAR, donde las víctimas pueden asesorarse. De hecho, el Ayuntamiento de València ha creado recientemente la Oficina de No Discriminación, encargada de contabilizar y sacar a flote casos de este tipo, para medir fielmente una realidad que todavía no aparece en las estadísticas.

La realidad de Pape Magatte, al que le espetaron "no alquilamos este piso a moros ni africanos", o la de Diana Carolina, a la que le dijeron que . «Las colombianas pagáis un mes y luego os quedáis de ocupas, que lo he visto en el telediario».

Eso sucede. Pero "el mayor problema es demostrarlo ante un tribunal". Collado explica que ese es el principal escollo a la hora de combatir esta lacra, que "las pruebas son muy complicadas porque impera la presunción de inocencia, y hay que demostrar claramente y sin que quede ningún espacio para la duda que se ha discriminado a una persona por su raza a la hora de elegir piso. Eso es súper complicado", añade.

Pese a todo, el especialista en derecho a la vivienda de El Rogle explica que hay algunas formas de demostrar esta discriminación, o al menos de aportar pruebas válidas. "Si en la inmobiliaria te dicen de repente que el piso no se alquila y la persona sospecha algo, puede fijarse en si el anuncio sigue publicado después de decírselo. Eso podría ser un indicio de discriminación", explica Collado.

Otra vía es emplear un amigo. "Si un amigo blanco llama justo después y de repente le dicen que el piso está disponible es claramente otro indicio". Por último, explica que es posible grabar la conversación siempre y cuando se forme parte de ella para demostrar este tipo de comentarios. Y pese a esto, los abogados "lo siguen teniendo complicado en la gran mayoría de ocasiones".

La ley de función social de la vivienda aprobada por la Generalitat Valenciana ya contempla sanciones (además de carácter grave) ante estas situaciones. Por otro lado, Vivienda está trabajando en un reglamento contra el acoso inmobiliario y la discriminación en el acceso a la vivienda, que afina todavía más este régimen de sanciones .

A pesar de todo, Collado critica que todavía son pocos los lugares donde los afectados pueden denunciar estas situaciones con personal realmente especializado en discriminación inmobiliaria. "Si se denuncia la Generalitat tiene la obligación de dar una respuesta, pero realmente es difícil que llegue a nada en la mayoría de los casos", critica.

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