Los internos del Centro de Internamiento de Extranjeros de Zapadores (València) se han declarado en huelga de hambre por las condiciones insalubres del recinto. Concretamente por la falta de agua para beber y por la comida en mal estado.

La gota que ha colmado el vaso para iniciar las protestas ha sido la aparición de gusanos en la comida, según un video que ha colgado en redes la campaña CIEs NO, grabado por un interno. Según explica David García, miembro de la campaña "lo ocurrido hoy les ha hecho estallar y han decidido empezar la huelga. Pero es una situación que venía ocurriendo desde hacía un tiempo".

Según la campaña, ha sido un grupo de internos el que ha iniciado la protesta, en su mayoría marroquíes. "Los internos que han pasado por el centro llevan todo el verano molestos por esto, ven que la comida para ellos es insuficiente y de mala calidad y lo están sufriendo, así que han decidido protestar", dice García. El activista recalca la parte de insalubridad recurrente en el CIE, que con los años "ha pasado por una plaga de chinches y un brote de covid que se descontroló y no se comunicó a las autoridades.

Una de las principales reclamaciones de los internos es la falta de agua. En plena ola de calor tan solo recibían litro y medio por día y por persona para afrontar sus necesidades, según denuncia la campaña CIEs NO. "Quien no tuviera dinero para comprar más en las máquinas expendedoras del centro se quedaba sin agua", lamenta García.

Autolesiones de internos

El verano ha sido especialmente preocupante en el centro, por la dureza de las condiciones de vida e insalubridad. García lamenta que "hemos tenido muchos intentos de autolesiones y de llegar un poco más allá en muchos internos, y eso es preocupante".

Según la última visita de los técnicos del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura, el CIE de Zapadores no cuenta con un protocolo antisuicidio más de dos años después de que se quitara la vida Maruan Abouaida, un joven de poco más de 20 años, en julio de 2019. En su caso pasó más de 40 minutos sin vigilancia en una celda de aislamiento.

Para García, es necesario recordar que, "el espacio del CIE ya es de por sí agobiante para los internos porque saben que van a ser deportados desde ese lugar. Si encima las condiciones que hay son de insalubridad, llegamos a situaciones que pueden llevar al límite a las personas", denuncia.

Para la campaña CIEs NO el estado de tensión dentro del centro se debe a que venimos de los meses de verano. "No creemos que se hayan agravado las condiciones respecto a las que había antes. Lo que ocurre es que en verano hay muchas más llegadas por la frontera marítima y los Centros de Internamiento de Extranjeros se encuentran mucho más saturados, con hacinamieno y condiciones de calor que son las que son. Si además le das poca agua a los internos el nivel de tensión que se puede alcanzar es mucho mayor".

Y estas situaciones de tensión no cuentan con personal especializado para afrontarlas (como pueden ser los funcionarios de prisiones, por ejemplo). "Muchas veces los policías no tienen las herramientas o la formación para hacer frente a estos casos, y lo que acaban por hacer es o reducirles con violencia o aplicar castigos como no dejar salir al patio o requisar durante días los teléfonos móviles, lo que creemos que agrava todavía más la situación", dice García.