Vivienda

Un fondo buitre desaloja a dos jóvenes de una vivienda ocupada del centro de València

Los agentes han acordonado la zona a las seis de la mañana y, pese a los esfuerzos de los activistas por parar el desahucio, Carlos y Noelia se han quedado en la calle sin siquiera poder sacar sus cosas

Un fondo buitre desaloja a una pareja de jóvenes de una casa ocupada en el centro

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

La calle Caixers 2, en pleno centro de València, ha amanecido hoy rodeada de antidisturbios. Unos treinta agentes han acordonado la calle a las seis de la mañana y han irrumpido en el portal, donde decenas de activistas sentados han intentado aguantar el choque. En pocos minutos, la policía ha logrado sacarlos y hacerse con la calle y con las adyacentes. Una hora y media después Carlos y Noelia salían por la puerta, sin la posibilidad de sacar las cosas de su casa.

El desalojo estaba instado por el fondo Good Capital Investments, y se ha ejecutado esta misma mañana, pese a los esfuerzos del casi centenar de activistas que se han concentrado en los alrededores de la calle para tratar de parar lo inevitable. Un dispositivo de 11 furgones policiales ha desahuciado a estos dos jóvenes, que vivían en una de las seis viviendas ocupadas de la finca desde hacía más de un año.

Varios activistas concentrados a primera hora de la mañana tratando de parar el desahucio.

Varios activistas concentrados a primera hora de la mañana tratando de parar el desahucio. / Gonzalo Sánchez

Han tenido que intentarlo tres veces en poco más de una semana. En las dos primeras ocasiones los activistas consiguieron pararlo plantándose en las puertas del edificio y llenando la calle de gente. Esta vez ha sido distinta y la Policía mucho más contundente. Los agentes han identificado a las personas que estaban protestando en el portal y han incomunicado las calles durante algunas horas para acceder a la casa rodeándolas de antidisturbios. Primer desalojo ejecutado; quedan cinco más.

La actuación policial se ha limitado a contener a los activistas en las calles de los alrededores sin violencia, pero con un gran número de agentes. Han rodeado al centenar de personas que ha acudido después de conocerse la noticia de que habían logrado acceder a las seis de la mañana dejando solo una calle libre para poder salir. El resto han sido taponadas con furgones de antidisturbios y grupos de cuatro y cinco agentes en cada uno.

El desalojo de la vivienda ha durado varias horas, tiempo en el que los activistas se han concentrado en las inmediaciones mientras la presencia policial se endurecía, pasando de seis furgones en un primer momento a llegar a los once que han acabado ejecutando el desahucio.

Los activistas no dan la batalla por perdida y aseguran que esperan muchos otros procesos así. "Tendrán que llegar denuncias por cada uno de los cinco pisos que quedan y que ejecuten el desalojo, explica una de ellas", explica Alba, activista y vecina de la zona. Tras desconvocar la concentración con Carlos y Noelia ya en la calle las activistas han leído un manifiesto en el que han revindicado que "estamos hartos de que nos echen de nuestros barrios y de que nos expulse de la ciudad la subida de los alquileres. Estamos hartos de la precariedad y de no tener tiempo para pasar con los nuestros".

Los afectados, Carlos y Noelia, son una pareja de jóvenes precarios. Después de meses con el edificio abandonado por el fondo buitre decidieron ocupar la vivienda en marzo de 2020. Desde entonces siguen viviendo al día, y aunque reconocen que no paran de mirar viviendas por toda la ciudad "no hay nada por menos de 600 euros, y es en Alboraya o Massanassa, ya ni València".

Activistas protestan para parar el desahucio de Caixers 2

Activistas protestan para parar el desahucio de Caixers 2 / Gonzalo Sánchez

Gentrificación y fondos de inversión

En septiembre de 2019 Good Capital Investments realiza la compra de este edificio en el centro y llegan las primeras protestas por la no renovación de alquileres a sus inquilinos. Los vecinos lucharon por conseguir un alquiler a precio asequible pero finalmente todos salvo una mujer de 84 (que logró un alquiler por su situación vulnerable) acabaron por ser expulsados.

Los vecinos aseguran que el fondo de inversión empleó tácticas que ahora sí están recogidas en la legislación contra el acoso inmobiliario, pero que antes no lo estaban. Por ejemplo, "órdenes de desahucio que se emitieron de manera informal, en base a cartas amenazantes contra los inquilinos", o "la petición de Good Capital Investment de que abandonaran las casas por motivo de 'reformas estructurales necesarias', pero sin aportar ninguna licencia". De hecho, Sandra Gómez, entonces vicealcaldesa y responsable del área de desarrollo y regeneración urbana, confirmó que no había ninguna licencia de obra concedida ahí.

El domicilio social de la empresa se encuentra en la misma planta baja de la finca. Pero los vecinos critican que, en realidad, es una sede fantasma ya que "el departamento se encuentra en estado de abandono y sin ninguna actividad, ni recientemente ni en el pasado. Además, también es la sede de otras muchas mercantiles que, mediante coacciones, fueron expulsando a los arrendatarios del edificio".

Por el momento, quedan cinco viviendas ocupadas en el mismo edificio, junto a la vivienda de una mujer de 84 años que paga un alquiler social. En su caso, el fondo de inversión no pudo echarla a la calle ya que el escudo social del Gobierno y su situación de vulnerabilidad obligaron a la empresa a firmar un alquiler social tras intervenir la administración. Primer desalojo ejecutado. Quedan cinco.

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