Impulsada por la música de Varry Brava, la actual vicealcaldesa de València, Sandra Gómez, se ha dado un baño de masas en su barrio, el Cabanyal-Canyamelar, para hacer oficial su candidatura a la alcaldía por el PSPV.
Casi como un inicio de campaña, Gómez ha destapado el cartel de su candidatura, con un collage con una reminiscencia al pop-art, emocionada al estar rodeada de toda la gente «que ha trabajado conmigo en los últimos siete años».
Gómez ha reconocido que el acto no quería que fuera un mitin sino un «acto sincero» con valencianos de a pie y no «con políticos detrás de un atril». «Soy hija y nieta de migrantes manchegos, de una generación cuya premisa fue que los hijos vivieran mejor que los padres a cambio de todo, de su pueblo, sus tierras y sus casas, para mejorar ellos y sus hijas e hijos», ha apuntado.
De hecho, ahí se encuentra una de las líneas políticas que seguirá su candidatura: Gómez se ha posicionado como una candidata integradora con las personas migradas a València del interior de España, que han hecho que tanta gente sea «manchega y valenciana».
Se presenta a la alcaldía para representar a familias trabajadoras y corrientes y ha lamentado que siempre se le haya puesto todo más difícil al partir de una línea de salida convencional. «Cada vez que me han dicho ‘tú quien eres’, me han dado más fuerza de estar aquí», ha reconocido, y por eso ha criticado a las élites adineradas que «creían que solo por eso podían mandar». Benicalap o el Cabanyal representan para Gómez el ejemplo de la política que quiere seguir, poniéndose del lado de los vecinos en «expulsar a las excavadoras de este barrio» gracias al Plan Especial del Cabanyal, por ejemplo.
Ha reivindicado el peso de los socialistas de estar al lado de las personas que peor lo pasan y con más hincapié en un momento como éste, con una inflación disparada que ahoga a las clases medias y bajas. Ha asegurado que en el PSPV trabajan para que pese a las grandes presiones económicas, «siga habiendo sindicatos que peleen por el bienestar laboral de las personas».
«No podemos prometer que no vuelva una pandemia o una guerra, pero si vienen mal dadas, estaremos del lado de los ciudadanos; si la economía se para, habrá ERTE, si hay una epidemia, las vacunas llegarán a todos por igual», ha reivindicado.
Madre, pero también alcaldesa
Ha enumerado la lista de prioridades barrio a barrio, como el centro de Salud de Tres Forques o la seguridad en la Malva-rosa, «una València sin códigos postales» y donde reine la igualdad entre hombres y mujeres. Ha roto una lanza a favor de las madres y todas las renuncias que eso implica, y ha reconocido querer ganar las elecciones «para demostrar que se puede ser madre y alcaldesa».
Una decena de ciudadanos la han acompañado en el improvisado escenario del parque Martín Grajales para mostrar su apoyo: Sonia, ingeniera y emprendedora; Carmina, presidenta de un centro de actividades para personas mayores; Héctor, del tejido social valenciano o Mario, migrado desde Campillo de Altobuey que ha defendido que Gómez defiende también a los que no son originarios de la ciudad.
Todos ellos han contado brevemente su experiencia personal para apuntalar la «necesidad» de que Gómez gobierne en la ciudad, a tenor del impulso que ha dado a todos estos sectores desde el ayuntamiento como parte del Govern del Rialto.
