El asistente personal es la ayuda más codiciada para la personas con discapacidad y una apuesta de la conselleria de Igualdad. Pero dos años después de lanzar esta prestación, solo hay 234 personas usuarias (118 menores y 116 adultos). Es decir, representa el 0,07 %de las 128.000 personas que hay en el Sistema de Atención y Ayuda a la Dependencia (SAAD). 

El desconocimiento (a penas había 57 personas en lista de espera este año)y las trabas burocráticas siguen lastrando el avance de esta ayuda de la que las personas con discapacidad hablan maravillas. Se trata de una persona contratada para ayudar en todo lo que el usuario necesite en su día a día. Lo más cercano a la autonomía plena que existe. La C. Valenciana es una de las pocas autonomías que ofrece esta prestación en su catálogo.

Pero la realidad es que casi nadie sabe que existe y muy pocos la piden, y esa sigue siendo una asignatura pendiente para Igualdad. Con esos deberes encima de la mesa, varios usuarios del asistente personal se reunieron ayer con Mercé Martínez,  Directora general de Atención Primaria y Autonomía Personal de la conselleria de Igualdad.

A principios de este año eran 124 personas beneficiarias, y según los últimos datos de conselleria ahora son casi el doble (234), pero como denunció el Síndic de Greuges en una investigación de oficio, "la implantación sigue siendo mínima". De estos, 118 son niños, niñas y adolescentes que tienen este recurso adaptado a sus edades, bajo el nombre de Profesional de Asistencia Terapéutica Infantil (PATI). Por provincias, la mayoría se concentran en Valènica, y donde menor implantación tienen es en Castelló.

La C. Valenciana es también la única autonomía en legislar sobre esta ayuda todavía muy desregulada en el resto de territorios. En un decreto aprobado el pasado mes de agosto conselleria pretende dar el empujón definitivo a esta prestación que viene a ser una tercera opción para que las personas puedan ser cuidadas más allá de en casa o en un centro.

Decreto de asistencia personal

Un fleco importante que todavía no estaba regulado a nivel estatal pero sí que se ha aprobado en la C.Valenciana es la formación necesaria para poder trabajar como asistente personal de una persona con discapacidad. El primer requisito es realizar un curso de 50 horas que será impartido por asociaciones como Cermi, Vicoval o Codifiva. Además de esto, se regula que el asistente personal debe ser elegido por la propia persona dependiente, y que en ninguno de los casos podrá ser un familiar de esta.

Para el asistente personal infantil (PATI) hay más requisitos además de los ya explicados. Solo podrán ejercer como tales los profesionales de ramas sociosanitarias, ya que se trata en la mayoría de casos de niños y niñas con necesidades de aprendizaje y capacidades que todavía tienen que desarrollar, con lo cual son necesarios profesionales acreditados.

El decreto regula por fin aspectos muy importantes que las asociaciones llevaban décadas reclamando. Esta figura estaba prevista en la La Ley 39/2006 de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, más conocida como Ley de Dependencia. Nótese la parte de "promoción de la autonomía personal", que poquísimas comunidades autónomas desarrollaron. Salvo País Vasco, Cantabria, La Rioja y Navarra (autonomías muchísimo mejor financiadas), solo la tienen Castilla y León y la C. Valenciana. Igualdad está haciendo una apuesta decidida para fomentar esta ayuda, que considera, de buenísima calidad para las personas dependientes