El portavoz de Compromís en el Senado, Carles Mulet, ha incluido entre las cerca de 90 enmiendas a la ley de Memoria Democrática que se debate ahora en el Senado una disposición adicional que exige el reconocimiento de València durante el periodo republicano y que añade que las decisiones que con ello se adopten sirvan para iniciar la necesaria descentralización del Estado.

En este punto, el senador señala en su enmienda que atendiendo a que la ciudad de València fue capital del legítimo Gobierno de la República desde finales de 1936 y parte del año 1937 y ante la evidente necesidad de descentralizar el Estado, en el plazo de seis meses, y a propuesta de la persona titular del departamento competente en materia democrática, se constituirá una comisión de trabajo con la participación del Ayuntamiento de València y la Generalitat Valenciana para  poner en valor el periodo democrático en el que València fue capital del Estado, así como para trabajar en el estudio de las posibilidades de ubicar en esta ciudad estamentos gubernamentales como la Dirección General de Costas, el Ministerio de Agricultura, el Museo Naval así como el Senado y demás organismos públicos susceptibles de ser desplazados a la tercera ciudad del Estado.

El texto remitido por el Congreso, contempla la declaración Lugar de Memoria Democrática, como aquel espacio, inmueble, paraje o patrimonio cultural inmaterial o intangible en el que se han desarrollado hechos de singular relevancia por su significación histórica, simbólica o por su repercusión en la memoria colectiva, vinculados a la memoria democrática, la lucha de la ciudadanía española por sus derechos y libertades, la memoria de las mujeres, así como con la represión y violencia sobre la población como consecuencia de la resistencia al golpe de Estado de julio de 1936, la Guerra, la Dictadura, el exilio y la lucha por la recuperación y profundización de los valores democráticos, añade el senador.

Se ha pedido también la inclusión del Parador de Benicarló y del Fondó de Monòver entre los Lugares de Memoria Democrática. “El Proyecto de Ley propone ya algunos espacios de partida que se incluirían en un futuro inventario. Tenemos muchos espacios bélicos en lo que fue el frente, fábricas o refugios, pero hemos querido platear dos que pensamos no han tenido el foco que merecen, como son el actual parador castellonense y las infraestructuras entorno a la pedanía del Fondó, en Monòver, donde se estableció el Gobierno antes de partir hacia el exilio”, ha señalado el portavoz de Compromís en el Senado.

 El Parador de Benicarló, nacido a partir de un albergue de carretera tuvo como huéspedes a intelectuales extranjeros como Pablo Neruda, André Gide, André Malraux u Octavio Paz, entre otros, que iban a asistir al II Congreso de Escritores Antifascistas en València en 1937; al poeta Antonio Machado o a Largo Caballero, presidente del Consejo de Ministros y Jefe del Gobierno, Lluís Companys, presidente de la Generalitat de Catalunya o Manuel Azaña, presidente de la República, que incluyó a este escenario y ciudad en su obra La velada en Benicarló, considerada su testamento político. El Albergue de Benicarló vivió notables reuniones políticas y alojó a destacadas personalidades en el contexto de la contienda civil española tras el golpe de Estado, que “deben ser recordadas por tratarse de reuniones de vital importancia política durante la Guerra Civil”, señala Mulet.

Últimos días del Gobierno

El Fondó acogió los últimos momentos del legítimo Gobierno de la II República Española y la pedanía del Fondó se convirtió en el centro político más relevante del momento, al partir desde su aeródromo hacia el exilio las personalidades políticas más importantes del gobierno de la Segunda República.