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Feminismos

"Las mujeres que no tienen para alimentar a sus hijos no se pueden preocupar de romper el techo de cristal"

La activista y ensayista feminista estadounidense Mikki Kendall reivindica un feminismo inclusivo que tenga en cuenta la raza, la clase social y las circunstancias de todas las mujeres

La activista feminista estadounidense Mikki Kendall, autora del libro: "Feminismo de barrio", esta tarde en València Fernando Bustamante

Mikki Kendall (Chicago, EE.UU, 1976) viene a València a hablar de Feminismo de barrio. La autora del libro que lleva el mismo nombre (Capitán Swing, 2022), explica que el concepto hace referencia a un feminismo comunitario que se da en los espacios donde no llega el feminismo hegemónico o, como ella lo llama "el feminismo blanco". "No es perfecto, no es bonito, pero es el que hay".

Consiste en garantizar que la gente no pierda sus casas, dar clases particulares a cambio de cortes de pelo o protestar ante las injusticias del barrio para proteger a sus hijos. "Son las mujeres que se muestran y trabajan para sus comunidades todos los días, aunque no se les reconozca, aunque no reciban dinero por ello, se aseguran que los niños son alimentados, que la gente tiene casas y que puede recibir la asistencia sanitaria conveniente".

La activista feminista estadounidense Mikki Kendall, autora del libro: "Feminismo de barrio", esta tarde en València Fernando Bustamante

Mientras -explica- las mujeres blancas de clase media (sobre las que se sustenta todo el discurso feminista mainstream) están centradas en conseguir una igualdad de género en el trabajo, en los ascensos, en llegar a ser directivas (el famoso "techo de cristal") o en tener las condiciones para desarrollar una carrera profesional de la misma manera que los hombres, hay una gran parte de las mujeres que no tienen las necesidades básicas (comida, salud, techa) cubiertas. Se reúne con este periódico en pleno centro de la capital valenciana y antes de participar en el festival del periódico Eldiario.es. Cuenta que es la primera vez que viene a España y comenta que ya nota la humedad de la ciudad.

La alimentación, la salud o tener un techo donde dormir son necesidades de las que, en general, "el feminismo blanco no tiene que preocuparse y que el movimiento olvida porque ya las tiene cubiertas".

"La igualdad no llegará a menos que alcance a todas las mujeres sin importar su raza, su color de piel o su clase social"

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Dice la autora que existe una idea de que "cuando el feminismo consiga una igualdad real, llegará para todas las mujeres, pero eso no está sucediendo" y es que -continúa- "a pesar de que las mujeres todavía no son igual a los hombres, las raciaizadas lo son todavía menos porque durante mucho tiempo la variante raza ha sido ignorada en la lucha feminista y no hay mecanismos para ellas a parte del feminismo de barrio, de comunidad, del apoyo mutuo en el entorno vecinal".

Las mujeres están, poco a poco, accediendo a puestos de poder "pero no están usando el poder para proteger a otras mujeres más vulnerables y, quizás sin quererlo, perpetúan las prácticas del patriarcado" . Por eso, "la igualdad no llegará a menos que llegue a todas y cada una de las mujeres sin importar su raza, su color de piel o su clase social. Hasta que todas no seamos libres nadie lo será".

Un feminismo "inclusivo"

Charla con esta periodista sobre lo ideal, el objetivo: "conseguir llegar a un feminismo inclusivo, interseccional". Y eso, ¿Qué significa? Preocuparse por los problemas según la raza, la clase social, el aspecto físico y, por supuesto, el género.

"El imagino sobre las mujeres negras está basado en el racismo, no en la realidad"

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"Se supone que el feminismo engloba a todas las mujeres, pero para que esto sea así tenemos que trabajar en igualdad de oportunidades para otras, y eso se dará una vez las necesidades básicas estén cubiertas para todas". Una vez se blinden los derechos sanitarios, reproductivos, alimentarios y educativos, "podremos preocuparnos por conseguir el éxito y romper con el techo de cristal", pero primero, recalca, "tenemos que sobrevivir para ser iguales".

Mujer negra: fuerte y ruda

En su libro, Kendall emplea el término "Misogynoir", un concepto acuñado por la feminista Moya Bailey que hace referencia a la misoginia específicamente hacia las mujeres negras. "La variante raza hace que se agrave todavía más esta violencia, que se entrelaza con el color de piel". Los atributos los enumera de carrerilla: "Mujer fuerte y sin sentimientos, a veces masculinizada, siempre ruda y cuidadora de niños y mayores". "El imagino sobre las mujeres negras está basado en el racismo, no en la realidad".

"Las mujeres no perdemos derechos por querer expandir los de las mujeres trans"

Para Kendall "no hay valor en el argumento que afirme que por ampliar los derechos de las personas trans y las mujeres trans en concreto reduce los míos como mujer". De hecho, su hija mayor es una mujer trans. "Siempre lucharé por defender que cada persona elija como quiere presentarse al mundo, por ella y por todo el mundo". Frente al sector del feminismo que cuestiona los avances en detrimento de los conseguidos por el feminismo durante años, dice que "no perdemos nada por expandir derechos. La idea de que tenemos que encajar en un molde es la manera de separarnos como mujeres y producir odio". Explica que "muchos derechos que ahora disfrutamos, también los del colectivo LGTBI, son por la lucha que han llevado a cabo las personas trans a lo largo de la historia". "Nunca hay un buen final si excluimos a alguien por su identidad. Ya hemos visto esa película y acaba en Hitler, campos de concentración, violencia y odio". No hace falta, apunta Kendall, que te caigan bien las personas trans, ni siquiera que las entiendas, "solo tienes que dejarlas ser". "Yo soy mujer y lo seguiré siendo, soy más que mis genitales, de la misma forma que cualquier otra persona".

Por eso, valora los avances de la representación de la diversidad en películas, series y revistas, pero piensa que todavía queda mucho por hacer.  La imagen de la nueva película de Ariel de Disney ha levantado alguna ampolla pero también ha reforzado a todas las niñas negras que jamás se habían visto representadas en las películas infantiles. "Cuando estas acostumbrado a ser la mayoría, es duro ver a otra gente representada sin sentir que estás perdiendo algo".

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