Hoy, a los "buenos días" habituales los residentes del centro de mayores Instituto Geriátrico Valenciano han añadido otro saludo: "Que et punxen bé!" Y es que los internos de este centro, ubicado en pleno barrio de la Malva-rosa, se vacunaban con la cuarta dosis de la vacuna contra la covid-19, la segunda de refuerzo q reciben. En este centro son 42 internos pero la vacunación arrancaba este lunes en toda la Comunitat Valenciana para 23.909 mayores institucionalizados (uno de los colectivos que más ha sufrido en esta pandemia) y otros 5.000 trabajadores sociosanitarios, doce meses después de haber recibido la tercera.

Carmen Ayuso es una de las primeras que pasa por el espacio de cafetería que ahora hace las veces de espacio para las visitas pero que hoy se ha convertido en improvisada enfermería. Carmen, con 87 años vividos, tiene claro que tocaba vacunarse. "No me dan miedo las vacunas, las enfermedades son peor", dice mientras recuerda todas esas dolencias que ella sí pasó de pequeña porque no había vacuna que la evitara o que redujera los síntomas como es el caso ahora con la fórmula contra la covid-19. "Pasé el sarampión y las fiebres maltesas (brucelosis) y la tosferina… pero si hubiera habido vacuna entonces, pues mejor".

Ella es una de las afortunadas que dice no haber pasado la infección pero hay compañeras que sí han pasado por la experiencia. Y no tienen buen recuerdo. "Tres semanas estuve mala. Tenía ganas de ponerme la cuarta", asegura Isabel después de haber recibido un pinchazo que ni ha notado. Esta residente espera que en estas vacunas "se haya investigado más".

Vacunas adaptadas a ómicron

Y es así. Las dosis que ahora han llegado a las residencias son las primeras de las que se dispone que están formuladas ya contra la variante ómicron del coronavirus, la causante de la ola de enero y de la séptima de este verano. El acuerdo marco firmado con Europa marcaba que los laboratorios irían suministrando las vacunas adaptadas conforme se desarrollaran. Ahora son las formuladas para la variante BA.1 de ómicron y pronto llegarán las BA.4 y B.A.5. El objetivo es ir adaptándose al virus que ha mutado este año para hacerse más contagioso y poder infectar también de nuevo a los que ya se habían infectado.

Arranca la vacunación de la cuarta dosis en las residencias

Arranca la vacunación de la cuarta dosis en las residencias P. Calabuig

La campaña de la cuarta dosis -que se decidió iniciar al principio de otoño en previsión de lo que pueda pasar con el cambio de estación- ha llegado primero a los más vulnerables. En marzo ya se vacunó con la segunda dosis de refuerzo a las personas inmunodeprimidas y con más riesgo frente a una infección. Ahora, se continúa con los mayores institucionalizados pero será cuestión de semanas que la campaña se extienda al personal sanitario de Atención Primaria, hospitales y servicios de emergencia y a los centros de salud para los mayores de 80 años y después para los mayores de 60, según las recomendaciones de Salud Pública.

Al igual que el año pasado, la Conselleria de Sanidad hará coincidir esta vacunación con la de la gripe e intentar conseguir así las buenas cifras de cobertura del año pasado: una sola visita, doble pinchazo y doble protección frente a un invierno en el que se desconoce qué pasará con el coronavirus y en el que se prevé que reaparezca la gripe.

La vacuna que se está poniendo es la primera adaptada a la variante ómicron

Las residencias piden aliviar las restricciones

Para los gestores de las residencias, la llegada de la cuarta dosis de la vacuna es un motivo de esperanza doble. Por una parte por la tranquilidad que genera saber que los mayores se enfrentan al otoño-invierno con un aumento de inmunidad frente a la covid y, por otra, porque confían en que este aumento de la inmunidad servirá “para aliviar las restricciones que aún tenemos que seguir", apunta Lorena David, directora de la empresa Instituto Geriátrico.

Y es que, tal como han pedido precisamente hoy desde Aerte, la patronal de las residencia de ancianos, los centros aún aplican férreas medidas anticovid que piden relajar. "Por supuesto que llevamos mascarilla pero seguimos con toma de temperatura, controles, citas previas para las visitas de familiares, además los encuentros son aún en sitios controlados…”, enumera Lorena David, que recuerda que, sin embargo, una vez salen del centro los mayores no tienen que seguir ninguna restricción en casa de sus familiares, por ejemplo.

Desde Aerte, su presidente José María Toro ha vuelto a pedir a la Conselleria de Igualdad y la de Sanidad que se retire la normativa covid. "Creemos que es hora de eliminar las restricciones de manera definitiva, las personas que viven en residencias y el personal que trabaja en ellas deberían volver a la normalidad. Si se ha podido hacer en los centros de discapacidad y salud mental, también debería hacerse en los de personas mayores", apunta Toro.

Además de la organización interna y de los controles de visitas, en las residencias aún está en vigor la reserva de habitaciones para aislamientos, algo que afecta "sobre todo a las residencias de menos de 40 plazas", y también se pide levantar.