Una herida bien visible en la muñeca derecha de Antonio es la prueba gráfica que su mujer ha presentado en la reclamación al Hospital General Universitario de Valencia. Es la muestra irrefutable de la negligencia. "A mi marido me lo encontré atado a la cama. Estaba atado con unas muñequeras con mucha fuerza. Tenía la mano derecha casi negra, deformada por un hinchazón", explica su mujer, que este viernes esperaba que Antonio saliera del quirófano tras su segunda operación de cadera en un mes y medio.

La reclamación denuncia "un trato vejatorio e inhumano" hacia el paciente durante parte de las 48 horas, entre el martes y este jueves, que Antonio esperó en el área de Observación a ser llevado a planta. Vejatorio e inhumano porque fue atado "con excesiva fuerza y sin que nos dieran explicaciones". "Cuando me fui a las 14.30 del miércoles, sugerí que le dieran algo porque estaba un poco nervioso. Cuando volví por la noche me lo encontré atado de mala manera y con esa marca en el brazo. Pregunté que quién le había atado a la cama y entre los sanitarios se cubrían, diciendo que si habrían sido los del turno anterior, pero sin dar más explicaciones", explica su mujer. Las ataduras han causado "ampollas y erosiones bien visibles en la muñeca" del paciente.

ED

Antonio llegó a Observación directamente de la consulta por la primera revisión de la operación de cadera, 5 semanas antes, en el mismo hospital. El clavo se había salido y la traumatóloga ordenó que fuese ingresado para ser operado de nuevo y colocarle una prótesis. Entre medias, la prescripción médica de andar todos los días para acelerar la recuperación.

La derecha estaba atada tan fuerte que le habían cortado la circulación. Cuando pregunté quién lo había hecho, se excusaron en que habría sido en el turno anterior, cubriéndose así las espaldas"

Una prescripción que resultó ser totalmente contraindicada cuando la radiografía reveló que el clavo no estaba en su sitio y, por tanto, la cadera seguía rota. "Eso lo puedo entender como mala suerte, pero lo del trato en Observación es una negligencia, es inhumano y vejatorio", insiste la mujer del paciente. Este periódico se ha puesto en contacto con el Hospital General, que considera "absolutamente injustificable" esta situación.

La denunciante añade en la reclamación que el personal sanitario ignoró que el paciente tenía los pantalones mojados. «Hablé con las enfermeras y lo cambiaron. Me dijeron que pensaban que eran unos calzoncillos. Sinceramente, no sé qué tipo de calzoncillos llegan por debajo de la rodilla. Eran unas bermudas. Al día siguiente, cuando llegué las 13.30 horas, volvió a estar completamente sucio», explica. 

«Pero lo más grave es que cuando llego por la noche le habían atado las manos (.). La derecha se la habían apretado tan fuerte que le habían cortado completamente la circulación. Pregunté quién le había puesto eso y me dijeron que igual había sido en el turno anterior. Claro, cubriéndose las espaldas», añade en el escrito. 

La mujer del afectado dejó su número de teléfono para pedir que le llamasen una vez lo subiesen a planta. «Pero no lo hicieron. Me llamó la anestesista y por eso me enteré ya que estaba en una habitación», añade.