Los valencianos están fumando más que el año pasado. Se desconoce si es que quienes ya fumaban lo están haciendo más o si hay más consumidores, pues de eso no hay datos disponibles, pero las estadísticas divulgadas por el Ministerio de Hacienda indican que entre enero y agosto se han vendido 174 millones de cajetillas en la Comunitat Valenciana.

Son 12 millones más que en el mismo período de 2021, un año en el que es cierto que aún hubo restricciones por la pandemia de covid pero en el que la inflación no era tan alta como este 2022. En un mercado regulado por ley pero donde el fabricante determina el coste, el precio del tabaco se viene manteniendo igual que el del año pasado —hay una diferencia del 0,006 % más en bebidas alcohólicas y el tabaco—, así que los cigarros resisten al aumento de precios. Eso sí, llama la atención que con un IPC del 10,5 % en agosto y la consiguiente pérdida de poder adquisitivo entre la población, los valencianos no solo hayan mantenido el tabaco entre sus compras sino que lo han aumentado.

Así, se han recaudado 792 millones de euros solamente en cigarrillos este 2022 por los 725 que se habían recaudado en los primeros ocho meses de 2021. El gasto ha subido un 9,24 %. Por cierto, esos 174 millones de cajetillas, a veinte cigarrillos cada una, suponen que los ciudadanos han fumado en total 3.496 millones de cigarros en lo que va de año.

El consumo ha aumentado en el resultado total de España, pero la C. Valenciana es la sexta en la que más se fuma por habitante, con 34,4 cajetillas por cada valenciano en estos ocho meses, aunque es obvio que no todos fuman. De hecho, los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, correspondientes a 2020, apuntaban que el 19,9 % de la población valenciana era fumadora.

Hay, además, un 2,6 % de fumadores ocasionales en la autonomía, según los resultados que en 2016 se obtuvieron en la Encuesta de Salud que se realizó desde la Generalitat Valenciana.

El ránking nacional lo lideran Baleares y Navarra, empatadas en el primer lugar con 49 cajetillas por habitante. Ninguna otra comunidad se acerca a esas dos comunidades en las que fuman como carreteros. La tercera, con 37 paquetes por cada persona, es Cataluña. Luego siguen País Vasco y Aragón, que están apenas unas décimas por delante de la Comunitat Valenciana en lo que a consumo de tabaco se refiere.

En Alicante, más

Donde menos fuman en proporción, sin contar Canarias y las ciudades autónomas, es en Madrid, con 25 cajetillas por habitante. Allí, con casi 2 millones más de habitantes que en la Comunitat Valenciana, las cajetillas compradas este año también han sido 174 millones: casi las mismas que aquí, ya que los madrileños están 400.000 cajetillas por debajo.

El aumento de los pitillos consumidos en el territorio valenciano es diferente en cada una de las tres provincias, y se puede decir que la que tira de la subida es Alicante. En las comarcas del sur, la venta de cigarrillos se ha disparado por completo hasta el 12,9 % más en lo que va de año. Los alicantinos han comprado 70 millones de cajetillas de tabaco. Se trata de ocho millones más que en 2021.

La segunda provincia en la que más aumenta el consumo es Castellón, con un 5 % y unos 21 millones de paquetes. Valencia cierra este desigual ránking autonómico con apenas un 3,8 % de aumento. Eso sí, al ser la provincia más poblada, registra la mayor cantidad de cajas comprada: 82 millones.

La Comunitat Valenciana es, en números absolutos, la tercera comunidad donde más se consume, a pesar de ser la cuarta más poblada. El resto de oferta relacionada con el tabaco tiene un comportamiento dispar. El tabaco para liar pasa de haber vendido 519.777 kilos de su producto entre enero y agosto de 2021 a vender 577.727 kilos, cerca de 60.000 kilos más. Sin embargo, una tradición de la población más longeva sigue en retroceso: los fumadores de pipa han comprado 139.724 kilos de tabaco en 2022, mientras que en el mismo período de 2021 adquirieron 2.000 kilos más. Pero, en general, se constata que el consumo de tabaco va de nuevo en aumento, a pesar de las campañas para reducir su presencia en la sociedad.