El Museo de las Ciencias Príncipe Felipe será el escenario esta semana de las segundas Jornadas Científicas de la Plataforma Temática Interdisciplinar Salud Global (PTI+ Salud Global), una entidad creada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y que agrupa a más de 400 científicos de 49 institutos del CSIC de todas las área para potenciar el conocimiento sobre el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 y la enfermedad que provoca, covid-19.
En estas dos jornadas de trabajo, mañana y pasado, cerca de 300 científicos presentarán los últimos resultados de investigaciones sobre el virus y la covid tanto en cuestiones clínicas y epidemiológicas, como en tratamientos como los nuevos antivirales, las formas de transmisión, el diagnóstico, el impacto social o la transferencia de los resultados al tejido empresarial y la sociedad.
La reunión será inaugurada por el conseller de Sanidad, Miguel Mínguez y por la consellera de Innovación y Cienca, Josefina Bueno, además de por la presidenta del CSIC, Eloísa del Pino. Las jornadas contarán con especialistas de diferentes institutos del CSIC y de otros organismos como la Agencia Estatal de Investigación (AEI), la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), el Ministerio de Sanidad y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
“La experiencia adquirida en los dos años y medio de vida de la plataforma servirá para contribuir desde la investigación a la preparación y el control de enfermedades infecciosas con potencial disruptivo sobre la salud humana y la sociedad”, asegura Margarita del Val, coordinadora de la PTI-Salud Global junto a Iñaki Comas, del Instituto de Biomedicina de Valencia (IBV-CSIC). “Algo que nos caracteriza respecto a otras iniciativas mundiales es nuestra preocupación por el impacto social y por llegar a los ciudadanos. Por ello consideramos que la comunicación es clave, así como la formación, materializada en el máster en pandemias que coordinamos”, añade Del Val.
En marzo de 2020, el CSIC puso en marcha la PTI Salud Global para agrupar equipos de investigación y potenciar el conocimiento sobre el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, causante de la pandemia de covid-19. La PTI ha movilizado y coordina a más de 400 científicos de 49 institutos del CSIC. Hasta ahora los proyectos de investigación han dado lugar a cientos de resultados de investigación incluyendo más de 14 millones de euros en convocatorias internacionales, 76 tecnologías protegidas, un máster propio, informes y guías científicas, así como a múltiples acciones de comunicación, divulgación y educación.
Nuevos antivirales o vacunas de segunda generación
En esta reunión anual se presentarán resultados de la investigación liderada por Urtzi Garaigorta, del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), para el cribado de compuestos químicos investigados en el CSIC con capacidad para servir o antivirales y antiinflamatorios. El objetivo es que estos compuestos puedan estar disponibles en un repositorio denominado Quimioteca.
Otro equipo de investigadores, liderados por Ana Sanz y Ana Castro, de la Vicepresidencia Adjunta de Transferencia del Conocimiento (VATC) del CSIC, están trabajando en el desarrollo de vacunas de segunda generación que sean más completas, además de ser de aplicación local y esterilizantes, ya que, de este modo, su utilidad será mayor a la hora de controlar pandemias y proteger a la población. En ese sentido es clave también el diagnóstico y, por ello, la PTI está impulsando el desarrollo de nuevas y muy diversas tecnologías.
Actuar sobre la calidad del aire es otro de los frentes clave de los investigadores para evitar la infección por patógenos que se transmiten por aerosoles. Antonio Alcamí, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO-CSIC), trabaja en conocer y detectar la presencia del virus en el aire de forma rápida y en tiempo real. Lo que permitirá entender la diseminación del virus en los hospitales y desarrollar métodos efectivos de control e inactivación del virus en el aire. Estas tecnologías podrán aplicarse para realizar un seguimiento de la transmisión del virus en ambientes públicos urbanos, como el metro, el autobús y los comercios.
La vigilancia de agentes infecciosos fue precisamente el objetivo del consorcio SeqCovid dirigido por Iñaki Comas y financiado por la PTI Salud Global y el Instituto de Salud Carlos III. Una vigilancia que ya se ha transferido al Ministerio de Sanidad. Dentro de la plataforma, la bióloga Mireia Coscolla, del Instituto de Biología Integrativa de Sistemas (I2SysBio) del CSIC y la Universitat de València, dirige los trabajos para profundizar en la vigilancia y caracterización biológica de variantes de SARS-CoV-2.
Asimismo, la plataforma, de la mano del investigador del CSIC José Ramasco, del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos (IFISC-CSIC-UIB), dirige el diseño de modelos de expansión y movilidad de posibles epidemias gracias a una colaboración con empresas de telefonía móvil. La información recopilada ayuda a entender, por ejemplo, qué ocurre dentro de las ciudades y por qué las que están más jerarquizadas son las que registran mayores contagios.
Logros de la plataforma: el virus del Nilo occidental
En 2020, el trabajo de esta plataforma logró controlar la expansión del virus del Nilo occidental en la provincia de Sevilla, una epidemia que se saldó con varios muertos por encefalitis y varios casos de encefalitis grave. Los científicos de la plataforma hallaron que los portadores del virus eran mosquitos que se movían por la región. “Descubrimos que no eran importaciones con aves migratorias y se logró analizar qué mosquitos eran y fumigar en colaboración con la ciudadanía y la Junta de Andalucía. El resultado fue acabar con el problema y la prueba es que no ha habido virus del Nilo ni en 2021 ni en 2022”, asegura Del Val, que siguió de cerca estos trabajos liderados por el investigador Jordi Figuerola, de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC).
En el caso de la viruela del mono, la PTI se sirvió de su experiencia previa en salud internacional para investigar varios aspectos: transmisión, vacunas y detección en aguas residuales. Gracias a la colaboración y coordinación de los equipos integrados en seis institutos del CSIC, los científicos fueron capaces de anticiparse y transmitir información contrastada a la sociedad. “Fue una respuesta proporcionada a la amenaza”, indica Comas. En 2022 se ha formado un grupo de trabajo en viruela del mono que ya está investigando la transmisión, contención y nuevas terapias.