"Todo estaba por hacer y por explicar". Jesús Prado recuerda los años de la Transición y el inicio del autogobierno valenciano en los que ejerció como director de Levante-EMV tras dirigir el diario Información de Alicante. Es precisamente por su labor durante los primeros años de un incipiente Estatut y su contribución al periodismo libre al frente del periódico por la que ha recibido la distinción de la Generalitat en el Nou d'Octubre.
"Es un orgullo", admite con la insignia todavía en la caja en la mano con el escudo de la Generalitat en la tapa. Jesús Prado (Ciudad Real, 1940), graduado en la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid, inició su andadura periodística en Hierro, de Bilbao. De 1969 a 1971 fue director de La Gaceta Regional; en 1971 asumió la dirección del diario Información hasta enero de 1983, fecha en la que se hizo cargo de la dirección de Levante-EMV, encabezando el equipo profesional que llevó a cabo una profunda renovación del periódico.
Rememora los años de cambio que supusieron la Transición, un proceso que, explica, "los periodistas lo percibimos de una manera más intensa que la sociedad". "Estábamos en primera línea de los cambios y vimos, de repente, que desaparecía la censura, claro que seguía habiendo poderes fácticos, pero se abrió una etapa de libertad importantísima y nos dimos cuenta que estaba todo por hacer", cuenta Prado.
Precisamente esa nueva etapa de libertad y democracia obligaba a los periodistas a "hacer un ejercicio de responsabilidad en primer lugar con nosotros mismos". "Sabíamos la complicación que había tenido llegar hasta ahí, y sabíamos que no era incondicional, por eso teníamos que gestionar la libertad con prudencia y responsabilidad", asegura.
Su llegada al periódico Levante-EMV coincidió con los primeros pasos de la Generalitat y del autogobierno valenciano. "Todo era nuevo, todo había que explicarlo, nuestra responsabilidad era ser una enciclopedia cívica pública", expresa Prado en clara referencia a lo que ocurría años antes "cuando todo venía explicado y dictado por el régimen". "Nuestra labor era fundamental para guiar a la sociedad en el nuevo tiempo", sentencia.
La carrera de Prado continúo a partir de 1986 con la creación y dirección de nuevas cabeceras, dentro del plan estratégico de expansión de Editorial como La Opinión de Murcia, primero y, posteriormente, La Opinión de Málaga y, finalmente, La Opinión de Granada.
Tras 46 años de intensa actividad, 25 de ellos ejercidos en esta empresa, Prado se jubiló en 2009 como consejero delegado del grupo en la zona mediterránea y actualmente es consejero de Prensa Ibérica. Este Nou d'Octubre, con los 40 años de l'Estatut, recibe la distinción de la Generalitat en el que se premia su trayectoria y, sobre todo, la labor al frente de Levante-EMV.
