Llegas a la gasolinera y de nuevo otro disgusto. En apenas una semana, el precio de los combustibles ha vuelto a subir varios céntimos. La decisión de los países productores de petróleo Opep de reducir drásticamente la producción de crudo para eliminar la reservas y controlar el precio ha tenido un efecto inmediato en el bolsillo de los consumidores y conductores. Aunque la medida no entrará en vigor hasta dentro de un mes, solo comunicar su decisión de procesar menos petróleo ha sentado como un terremoto en los mercados. Los precios de los carburantes se fijan por una serie de complejas condiciones del mercado entre las que tiene mucho que ver las previsiones de producción por parte de la OPEP. A más petróleo, menor precios y a menos barriles mayor precio.

Sin embargo, qué ha pasado en la última semana para que los precios vuelvan a subir si todavía no se ha reducido la producción.

Entran en juego muchos factores. El primero es el miedo y las expectativas. Ante las previsiones de que la cantidad de crudo en el mercado se reduzca, su precio comienza a subir. Es una de los efectos que buscan los productores. Evitar que el precio del petróleo caiga por debajo de unos límites o bien que se acumule demasiado crudo en forma de reservas y, por tanto, pierdan el control sobre su cotización.

Una usuaria, en una foto de archivo con el precio de la gasolina por encima de los 2 euros PILAR CORTES

Qué es el efecto cohete pluma

Otro de los factores que explica el comportamiento de mercado es el conocido como efecto cohete pluma con el que los expertos explican cómo fluctúa el precio del petróleo y, en especial, sus derivados como la gasolina y el diésel. Al tratarse de un mercado altamente dependiente de la producción de crudo en manos de un puñado de países y, a su vez, del que depende gran parte del sector industrial, está sometido a muchas tensiones e intereses.

La suma de todos estos factores hace que ante cualquier cambio mínimo que altere la producción de petróleo o siembre dudas sobre su futuro los precios suben rápidamente como un cohete. Tras la invasión de Rusia de Ucrania, los precios de los combustibles comenzaron una escalada vertiginosa hasta superar los 2 euros por litro, tanto la gasolina como el gasóleo. Ahora, pese a que los precios habían comenzado a descender tras meses de subida, el anuncio de los países productores ha vuelto a encender la llama del cohete para hacer subir los precios rápidamente.

¿Y qué pasa con la bajada de los precios?

Todo lo que sube baja.... o por lo menos lo intenta. Es aquí donde entra en juego "la pluma". Pese a que el precio de los combustibles sube rápidamente como un cohete, no bajan a la misma velocidad. De hecho, los precios tienden a bajar muy lentamente, como una pluma mecida por el viento, que se va deslizando poco a poco. Esta metáfora explica el paradójico comportamiento del precio de los carburante.