Más de 36.000 personas han sido convocadas hoy a las pruebas escritas de la Junta Qualificadora de Coneixements del València (JQCV), que se realizaban en 24 sedes repartidas por toda la Comunitat Valenciana y que comprendían los cinco niveles: el A2, B1, B2, C1 y C2.

Se trata de una ‘macroconvocatoria’ de cifras récord pues, por primera vez en los casi 30 años de existencia de estas certificaciones, la Conselleria de Educación ha organizado todas las pruebas el mismo día, ya sin medidas anticovid. La sede más grande que ha acogido los exámenes (en el nivel más elevado, de más de cuatro horas de duración) ha sido Feria Valencia.

Ahí, han sido citadas unas 6.000 personas durante toda la jornada, repartidas en cuatro pabellones tanto por la mañana como por la tarde, según fuentes consultadas por Levante-EMV. En Feria Valencia, cerca de 80 personas han organizado y velado por el buen funcionamiento de las pruebas, que por la tarde se han iniciado con puntualidad a las 16:00 h, a pesar de que la larga cola formada sobre las 15:00 h ha rodeado todo el recinto.

La mayoría de los candidatos son trabajadores de la Función Pública o aspirantes a ello que ven en los certificados de Valenciano una oportunidad para ganar puntos que les acerquen más a una plaza, generalmente de Sanidad o Educación (en este último ámbito, además, el C1 ya es requisito).

Es el caso, por ejemplo, de Laura de València, una joven graduada de Magisterio que persigue el C2. “El C1 lo tengo convalidado con la carrera y el C2 da puntos. Es un poco complicado, pero dentro de lo que cabe lo llevo bien, aunque en estos exámenes hace falta tener un poco de suerte, no todo es estudiar”, explicaba antes de entrar.

Por su parte, María de Algemesí, también se presenta al C2, con el mismo objetivo: “sumar puntos". “Lo necesito porque estoy estudiando oposiciones de Sanidad y esos dos puntos son muy importantes, igual con ellos me ‘saltaré’ a 10.000 personas en la bolsa.... Cada vez se complica más”, reconoce la joven.

Una situación similar es la de Vicente de València, que junto a su hermano Javier se ha preparado para el B2. “En Sanidad se prevén varios concursos-oposición y lo quiero por cuestiones laborales, porque aunque no lo piden, sí puedes sumar puntos porque el C1 son cuatro y el C2, cinco, la mitad de los 10 que se pueden tener por formación”. Además, asegura que “a nivel personal tenía ganas de evolucionar en el valenciano”.

Previsión de futuro

En otros casos, algunas personas son previsoras y ya van haciendo camino por si en un futuro se exige a todos los funcionarios. Así lo ve Sole, de Meliana, que se presentaba al A2 y afirmaba que “ya que tienes la oportunidad, ¿por qué no hacerlo?”.

Junto a ella, María también pretendía sacarse el nivel básico. Natural de Cantabria, estudia para opositar a la Generalitat. “Me he preparado desde verano y me ha parecido novedoso, diferente”, dice sobre el valenciano.

Por su parte, Eva, de València trabajadora del sector financiero quiere el título de C2 por si acaso: «con los ERE y tal como está el trabajo... por si lo necesito para el día de mañana», confiesa.

Otro perfil que suele verse en las pruebas de la JQCV es el de estudiantes casi adolescentes que aprovechan que cursan la materia para presentarse a los exámenes. Así lo cuentan Lucía, Lara e Irene, alumnas de 2º de Bachillerato apuntadas al nivel B2. “Llevamos estudiando valenciano toda la vida, lo hablamos y hemos ido a la línia, por lo que tiramos de lo que sabemos y confiamos mucho en eso; igual nos sale bien o mal...”, reflexionaban en voz alta. Lo que sí que tenían claro antes de enfrentarse al examen es que “con estos títulos, en un futuro tendremos más posibilidades de trabajar”.