«Para el Tribunal de las Aguas de València es un honor que Levante-EMV, que es un diario referente en la Comunitat Valenciana, nos haya concedido este premio especial del 150 aniversario».
Con estas palabras ha agradecido José Alfonso Soria, presidente de esta institución milenaria, la concesión de este galardón, que entrega el periódico por primera vez en la historia.
«Es un verdadero honor —comenta José Alfonso Soria— que nuestra institución valenciana, que cuenta con más de 1.000 años de antigüedad, haya sido distinguida por este periódico con motivo de esta efeméride».
Por ende, gracias a la labor desarrollada por los síndicos de este tribunal de la Vega de València, en 2009, esta insigne institución fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
Desde entonces, recuerda Soria, «ha habido un antes y un después en la historia del Tribunal de las Aguas ya que nos hemos convertido en un referente mundial».
No en vano, «nos visitan personalidades de toda España, Europa y Sudámérica que nos tienen como ejemplo y que se interesan por saber cómo funcionamos».
Este órgano de justicia está reconocido como el más antiguo de Europa y recibe a personalidades de todo el mundo
De hecho, el Tribunal de las Aguas de la Vega de València «siempre ha sido muy respetado por los agricultores», que lo admiran y lo acatan en sus decisiones.
Sin embargo, gracias al reconocimiento de la Unesco y a multitud de premios que se le han otorgado recientemente, «cada vez es más reconocido por la ciudadanía».
Sirva como ejemplo que la Associació de Juristes Valencians le otorgó el premio Gregori Mayans el año pasado pues se trata de la más antigua institución de justicia existente en Europa.
Aunque ya existió desde tiempos de los romanos algún estamento que resolvía los problemas del agua en tierras de València, la organización que ha heredado esta simbólica entidad data de los tiempos de Al-Andalus.
Desde hace décadas recibe la visita de toda clase de personalidades que incluyen al presidente de la II República Niceto Alcalá Zamora, al Papa Juan Pablo II o los Reyes Eméritos Juan Carlos I y Sofía.
La huerta y el Tribunal
El organismo premiado por Levante-EMV no se entiende sin la huerta de València, una "riqueza natural única que tenemos los valencianos, por tratarse de un enclave agrícola fértil y especial".
«En la huerta de València —añade José Alfonso Soria— estamos trabajando mucho y muy bien para que sea un referente a nivel mundial».
No en vano, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) declaró en 2019 el «Regadío histórico de l’Horta de València» como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (Sipam).
Por ello, afirma Soria, "somos un referente porque no existe ninguna ciudad del mundo donde convivan huerta y ciudad y donde se pueda encontrar una huerta periurbana en una gran capital totalmente urbanizada y compactada".
«Es un honor que el periódico nos haya distinguido», afirma José Alfonso Soria, presidente del TAVV
Las acequias de la Vega
Todas las acequias que forman el Tribunal de las Aguas del Túria en la Vega de València toman sus aguas a poca distancia más abajo de la presa de Aguas Potables de València.
Hallamos sus azudes por este orden: Quart (su síndico es José Espinós); Benàger-Faitanar (Francisco Almenar); Tormos (Blas Almenar); Mislata (José Alfonso Soria); Mestalla (Ramón Vicent); Favara (Luis Moncholí); Rascanya (Enrique Aguilar) y Rovella (Miguel Tatay).
Los cargos de presidente y vicepresidente (Enrique Aguilar) se eligen para dos años y están en vigor hasta 2023.
La secretaria es María José Olmos y el alguacil Carlos Nácher. No obstante, el crecimiento de la ciudad y las consiguientes obras del Plan Sur modificaron sustancialmente la toma de aguas de las acequias más cercanas a la urbe.
Justicia verbal y milenaria
El guarda expone el caso o presenta al querellante, si hay acusador privado. El presidente inquiere: «què té que dir l’acusat?», y pasa a defenderse el acusado.
Los trámites son totalmente verbales. El desarrollo del juicio en valenciano.
Todos intervienen en su propio nombre. No hay ni abogados ni documentos escritos; pueden proponer testigos e incluso inspección ocular.
El presidente y miembros del Tribunal pueden hacerle las preguntas necesarias para mejor información del caso y, sin más trámite y en presencia de los interesados, el Tribunal delibera y sentencia.
En definitiva, es un modelo de justicia verbal que ha perdurado por los siglos de los siglos.
