Parece un guión de película de época pero no lo es. Lujo extremo convertido en un balneario o preventorio de aguas y también psicofonías, presencias fantasmagóricas y una traumática reconversión a hospital de tuberculosis. Esta es a grandes rasgos la historia del preventorio de aguas de Busot, en Alicante, convertido ahora en un lugar icónico para la noche de Halloween.

Situado entre  El Campello y el pico de Cabeçó d’Or, los romanos y musulmanes ya conocían las virtudes de las aguas termales que manaban en el lugar donde en pleno siglo XIX se construyó un lujoso balneario para personalidades. En muy poco tiempo, se convirtió en un espléndido hotel de invierno que atraía a la 'jet set' de la finales del XIX, hasta incluso los reyes.

Balneario de lujo

En 1838 se construyó el actual edificio con la voluntad de convertirse en un referente del turismo de lujo de la época. Fue bautizado como Hotel Miramar Estación de Invierno y contaba con habitaciones de lujo y servicios como capilla, casino, zona de juegos infantiles y un completo sistema de saneamiento para los inodoros importado de Inglaterra. Preventorio de Aguas de Busot tal y como lo conocemos hoy en día tendrían lugar en 1838.

Los años de esplendor del hotel llegaron a su fin con la Guerra Civil. El estallido del conflicto y la posterior posguerra hizo imposible retomar su actividad turísticas y el Estado decidió reutilizar las instalaciones del fastuoso balneario en 1936 y lo convirtió en un hospital para niños con tuberculosis.

Esa fue su función hasta casi la década de los 60. A partir de ahí, el edificio pasó a manos privadas y su degradación no ha hecho sino que agrandar el misterio que lo rodea.

Presencias paranormales

Desde su cierre, el antiguo hotel ha atraído a decenas de expertos en parapsicología a la caza de presencias paranormales. Varios programas de televisión se han hecho eco de psicofonías que aseguran haber sido registradas entre los muros del antiguo hotel-hospital así como de misteriosas presencias.

La leyenda del lugar se ha hecho cada vez mayor y el estilo decimonónico del recinto y su estado de abandono lo han convertido en una icónica casa encantada. Aunque el acceso está prohibido y la propiedad está vallada, quienes se han atrevido a acercarse aseguran haber escuchados silbidos y ruidos que vienen del interior del edificio. También hay quien afirma que a través de los ventanales se perciben sombras y hasta incluso figuras traslúcidas entre los restos casi derruidos.