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"El consumo de drogas es factor de riesgo para tener un ictus joven, también el cannabis"

El presidente de la Sociedad Española de Neurología, el valenciano José Miguel Láinez, incide en el impacto que el consumo de sustancias tóxicas puede tener para tener un ictus

El neurólogo José Miguel Láinez, presidente de la Sociedad Española de Neurología. EDUARDO RIPOLL

Los porcentajes no han variado y la inmensa mayoría de ictus (entre 11.000 y 12.000 al año en la Comunitat Valenciana) se dan entre los que tienen más de 65 años pero, aún así, tres de cada diez casos se da en personas por debajo de esa edad "y un 15 % en menores de 50". Precisamente entre los que están en esa franja de edad "joven", los hábitos tóxicos de vida juegan un papel importante. Así lo recuerda el presidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN), el valenciano José Miguel Láinez.

"El factor de riesgo clave es la edad y el resto de los clásicos" como hipertensión, diabetes, obesidad pero entre los jóvenes "también hay problemas de malformaciones congénitas que están detrás de los ictus y también por malos hábitos" y no solo el sedentarismo, el alcoholismo, el tabaquismo o una dieta desequilibrada sino también "el consumo de drogas. En jóvenes se ve especialmente en tipos de ictus hemorrágicos y es una causa desgraciadamente frecuente", explica el experto.

Láinez pone el acento en el consumo de cocaína pero también en otras sustancias como "anfetaminas o incluso en cannabis". Con todo, el neurólogo recuerda que sigue habiendo una parte de ictus en personas jóvenes "sin factores de riesgo y sin aparente causa pero en estos casos el porcentaje es más bajo", asegura.

En la Comunitat Valenciana se registran anualmente entre 11.000 y 12.000 accidentes cerebrovasculares, más del 70 % en mayores de 65 años. "Entre un 14 % y hasta un 20 por ciento" no llegarán a superar el ictus y, de los que lo hagan, más de un 30 % quedará con secuelas, de ahí la importancia de planes como la Estrategia de Daño Cerebral Adquirido de la que se dotó la C. Valenciana en 2017 para dar posibilidades de rehabilitación a quien lo necesita. A falta de centros especializados propios suficientes, Sanidad tuvo que recurrir a la privada para ofrecer el servicio, cuya aplicación desigual ha generado críticas por parte de las asociaciones de pacientes.

El plan valenciano caducó el pasado 2020 y, tras la pandemia, la Conselleria de Sanidad tiene intención de reeditarlo incluyendo a los niños.

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