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El TSJ impide que el terreno forestal quemado pueda cambiarse para uso agrícola

Una empresa litiga con la Generalitat para destinar a cultivos unas parcelas calcinadas en 2006 en la Vall de Gallinera, pretensión que ya tumbó la conselleria en 2018

Zona arrasada este verano entre Bejis y Arteas de Abajo. German Caballero

El Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana tumba la pretensión de una firma mercantil de transformar terreno forestal afectado por un incendio para fines agrícolas. La sentencia reafirma la obligación de restaurar el suelo devastado por las llamas, quedando prohibido el cambio de uso al menos durante treinta años. Así lo recoge la Ley de Montes de 2015 de carácter estatal, aunque la norma autonómica que data de 1993 rebaja los plazos a al menos veinte años. El fallo sienta un importante precedente tras un verano aciago, donde se han quemado más de 30.000 hectáreas en los montes valencianos.

En este caso se trata de 304,39 hectáreas en el término municipal de Atzúbia, calcinadas en 2006. El desastre tuvo lugar el 14 de septiembre y afectó también a otras localidades en la Vall de la Gallinera, aunque también alcanzó a la vecina localidad de Villalonga, en la Safor. Una zona con una enorme presión urbanística y que obligó a desalojar incluso a vecinos. Las llamas se habían iniciado en una zona escarpada, a las nueve de la noche, con dos focos diferentes aunque cercanos. Situación que llevó a varios alcaldes de los pueblos afectados a aventurar la posible intencionalidad del fuego.

La Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente denegó, primero en 2018 y de nuevo en 2019, la autorización para transformar esas parcelas para cultivos. Ahora la sala de lo contencionso-administrativo da la razón a la administración autonómica. Recuerda el TSJ "la prevalencia de los valores constitucionales de preservación y protección del medio ambiente sobre la planificación urbanística, con un rango jerárquico superior de los planes de recursos naturales".

Vistas aeéreas de dron de la zona calcinada en Bejís German Caballero

La empresa, dedicada a la producción agrícola, alegaba en su escrito que la Generalitat no había acreditado en el Registro de Terrenos Forestales Incendiados que las parcelas en cuestión estuviera afectadas. Además, incidía en que tenían la calificación de suelo no urbanizable y zona agrícola de protección, aduciendo que los datos del Catastro Inmobiliario y del planeamiento de Atzúbia. Algo que desmonta la cartografía del Plan de Acción Territorial Forestal de la Comunitat Valenciana. Las ortofotos históricas presentadas por la Dirección General de Medio Natural y Evaluación Ambiental constatan que las tierras fueron roturadas con posterioridad al fuego, sin la autorización pertinente.

Aunque la sentencia se ha hecho pública ahora, los hechos se remontan a la recta final del primer gobierno del Botànic, con Fran Quesada al frente de la Secretaria Autonómica de Medio Ambiente y Cambio Climático. Antoni Marzo, mientras, era el director general de Medio Natural y Evaluación Ambiental con Elena Cebrián en aquellos momentos al frente de la conselleria. Un mes después se llevarían a cabo las elecciones autonómicas con las que PSPV y Compromís volverían a revalidar mandato con la incorporación del Consell de Unides-Podem. El Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana se ha pronunciado a favor de la administración valenciana cuatro años después y condena además a la demandante a las costas procesales.

Así de rápido se propagó el fuego en la Vall d'Ebo

Así de rápido se propagó el fuego en la Vall d'Ebo GVA Boletín Espurna

El 96 % de los grandes incendios de este verano, culpa de los rayos


De forma rápida y muy agresiva. Así se propagó el incendio de la Vall d’Ebo, provocado por un rayo. En apenas veintiséis minutos las primeras llamas, detectadas desde el observatorio forestal de Miserat, habían multiplicado su perímetro. En unos días afectaba ya a catorce términos municipales, tres tipos de espacios protegidos y dieciséis montes de utilidad pública. Acabaría calcinando 12.150 hectáreas.

Las imágenes publicadas por el Boletín Espurna, que edita la Generalitat, son muy reveladoras de lo complicado que es luchar contra el fuego una vez iniciado si las condiciones meteorológicas juegan en contra de los efectivos de extinción. La tónica dominante este verano.

Aquel día 13 de agosto fue el más cálido del verano en la Comunitat Valenciana, según Aemet. No solo se registraron temperaturas extraordinariamente altas, sobre todo en la provincia de Alicante, sino que además se produjeron tormentas secas y reventones cálidos en puntos de las tres provincias. Fue también la noche más tórrida.

La principal causa de los megaincendios de este verano hay que buscarla en la propia naturaleza. Por culpa de los rayos resultaron afectadas 29.162,33 hectáreas, que representa el 95,78 % de la superficie total quemada. Hasta el mes de agosto, los incendios intencionados habían afectado a 20,02 hectáreas, que suponen el 0,007 % de lo perdido por las llamas. Las negligencias, mientras, se llevaron por delante 116 hectáreas, alcanzando el 0,38 % y las causas desconocidas arrasaron 216 hectáreas, siendo el 0,71%.

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