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Joan Lerma Expresident de la Generalitat

Joan Lerma: "Mi mayor éxito como ‘president’ fue pacificar a la sociedad valenciana"

Lerma asegura verse «reconocido» por el PSPV y las políticas del actual Consell del Botànic: «Hemos mejorado, habíamos perdido muchos trenes»

Joan Lerma, ex president de la Generalitat, posa en el centro de València. German Caballero

Joan Lerma espera en la recepción de la sede del PSPV. Justo detrás de él, en una pantalla, aparece su nombre como reclamo de un acto de este domingo. "Toda una vida de gobiernos progresistas" es el lema entre los trazos que recuerdan al primer cartel electoral de los socialistas. La efeméride que sirve de excusa para el evento son los 40 años desde que Lerma asumió como 'president' de la Generalitat, aunque el hoy senador admite desconocer la fecha exacta: "La elección fue en agosto, pero la UCD se tomó su tiempo para ponerlo en el BOE". Ese tiempo fueron tres meses. Cuatro décadas después sigue siendo el jefe del Consell más duradero al frente de la Comunitat Valenciana tras 13 años que supusieron los primeros pasos del autogobierno.

¿Qué se encontró cuando llegó a la Generalitat?

Asumí en noviembre, pero estuvimos en periodo provisional hasta las elecciones de mayo del año siguiente. En ese tiempo nos encontramos lo que nos temíamos: un Consell que era un cascarón sin competencias ni capacidad real de actuación. Tuvimos unos meses un gobierno de concentración de todos los partidos que estaban representados en el parlamento preautonómico e intentamos negociar las transferencias con el Estado y llenar de contenido la autonomía para poder actuar sobre la realidad valenciana.

Qué cambio eso de "gobierno de concentración de todos los partidos"

Se trataba de pactar una autonomía para todos y eso significaba contar con todos los partidos para que todos se sintieran integrados en el proceso autonómico. 

¿Y se logró?

Yo creo que con toda claridad sí, aunque no todos tuvimos el mismo empuje a la hora de conseguirla. UCD puso muchas trabas que ahora probablemente es innecesario recordar, dividió a la sociedad valenciana, prácticamente por interés electoral. Nosotros no queríamos la autonomía por una moda, la queríamos no solo por la recuperación de la identidad valenciana, sino para actuar sobre una realidad que tenía muchas carencias y ante las que el centralismo había hecho mucho daño.

¿Las negociaciones fueron sencillas?

Hubo una colaboración total de todos los partidos hasta las elecciones del 83. Ahí empezaron las negociaciones con el Estado, que también fueron complicadas, porque era un gobierno que acababa de entrar. Y además coincidía con una ruptura en la derecha con una desaparición casi total de UCD y la emergencia de Alianza Popular.

¿Se quedó satisfecho con los avances dados en los 13 años de mandato en autogobierno?

Sí, y eso que en aquel momento que empezamos nos enfrentamos a dos problemas muy graves sobre los que no teníamos competencias y teníamos poco margen de maniobra. Estaban las inundaciones de la Ribera con la pantanada de Tous donde había habido una clara descoordinación entre las administraciones y otra con la reconversión industrial donde también faltó análisis y coordinación con el Estado.

¿El mayor logro y el mayor debe en sus tres mandados y medio?

Debes mucho, aunque prefiero que me los recuerden los demás por mucho que yo los tenga presentes. En logros destaco la integración de la sociedad valenciana. Hasta entonces se hablaba de mucha división, pero en los años posteriores despareció el conflicto de la calle, los problemas se empezaron a debatir en el Parlamento y creo que los solucionamos bastante bien. Destacaría esa pacificación de un proceso que fue complicado y hasta violento y a partir del que comenzamos a construir una administración más cercana.

Se le criticó por el seguidismo de Madrid donde también gobernaba el PSOE

Eso lo critican todos cuando están en la oposición y cuando gobiernan hacen lo contrario. Y en el caso concreto del PP, no tenía ni tiene ni una dosis de autonomía respecto a su actuación a nivel estatal. Si se analizan las circunstancias de mi gobierno, teníamos una vía particular de la autonomía y la fuimos desarrollando sin tener en cuenta lo que decía el Gobierno. Nosotros siempre reivindicamos las máximas competencias y financiación.

¿El problema de la financiación ya aparecía hace 40 años?

Al principio no lo sabíamos. Cuando negociábamos las transferencias, estas venían dotadas de lo que el Gobierno se gastaba en ellas, pero al principio se gastaba todavía poco. El Estado del Bienestar no es lo que teníamos hasta que empezó a gobernar Felipe González; las transferencias solo eran el título y una mala compensación económica. Además, había otro problema y es que en los lugares de España donde funcionaba bien la economía privada, el Gobierno no invertía y aquí había menos servicios sociales y solo transfería lo que tenía y tenía poco respecto a otros lugares. 

¿Pero posteriormente no se corrigió?

En vez de irse corrigiendo, se ha ido manteniendo en el tiempo. Había quienes tenían más servicios públicos que los que teníamos nosotros, ahí ya se veía que la franja mediterránea estaba infradotada que las comunidades del norte.

La infrafinanciación sigue marcando la actualidad en las cuentas autonómicas

Creo que no se ha delimitado bien lo que ha supuesto un endeudamiento excesivo por despilfarro del PP que lo que supone la infrafinaciación. Se ha de solucionar, es un derecho, es mucho dinero, pero no solucionamos todas las necesidades que tenemos. Más aún en la Comunitat Valenciana porque lo que representa el presupuesto de la Generalitat respecto al PIB valenciano es poco. Aunque pasados muchos años, esa infrafinanciación hace mella.  

¿Se valora mejor sus gobiernos ahora que hace treinta años?

Es normal. En el momento estábamos con la oposición criticando siempre, siendo noticia por lo que es negativo y no lo positivo y es evidente que da esa imagen. Sin embargo, el apoyo de los ciudadanos en las tres legislaturas fue abrumador: una mayoría absoluta, otra relativa en un momento delicado de la economía y luego otra absoluta y al final perdimos. Creo que la valoración del gobierno de la Generalitat era positiva y mucho más positiva que la que representaba la alternativa del PP, pero la gente votó en una situación de desempleo muy elevada y teníamos poca capacidad real de intervenir.

También le tocó vivir una época inflacionista

Fue uno de los principales problemas que tuvimos. No se podía devaluar la peseta como era habitual al estar ya en Europa, tuvimos que entrar en depresión y no lo supimos explicar o la gente no lo quiso comprender tampoco y pensaron que cambiando de gobierno se podía solucionar porque a alguien había que responsabilizar y nos tocó a nosotros. Pero eso no se podía solucionar así. La prueba es que con el PP, pese a crecer la economía, la Comunitat Valenciana fue perdiendo posiciones relativas respecto al resto de España en renta per cápita.

Lerma sonríe en la sede del PSPV ante un cartel del actual 'president' de la Generalitat. German Caballero

Echando la vista atrás, ¿ve que la política valenciana ha cambiado mucho?

Afortunadamente ha cambiado a mejor. Cuando nosotros nos fuimos, porque nos echaron los ciudadanos, la Comunitat Valenciana vivió años en los que perdimos muchos trenes. Afortunadamente a partir de 2015 lo hemos ido recuperando y volviendo a tomar la cohesión social y las políticas de conocimiento y no a centrarlo todo en la construcción y el turismo.

¿Se reconoce en el PSPV actual?

Ya no conozco a todos en el partido, pero lo reconozco en sus políticas y me veo reflejado en ella.

¿Y en el Consell?

Un gobierno de coalición siempre genera disfunciones, pero la mayoría de las políticas han sido asumidas y son reconocibles. Hay veces que me desespero un poco porque yo desde mi posición veo que son muy fáciles de solucionar, pero se enquistan. Pero lo veo muy positivo, porque a pesar de ser un gobierno de tres partidos, que en verdad son más porque algunos son coaliciones, ha demostrado mucha estabilidad y creo que es un valor que se debe conservar en lo posible aunque cada cual quiere gobernar con su proyecto.

¿Ve al Botànic con salud para repetir?

Yo los veo bien, hemos pasado una etapa complicada con una experiencia como es gobernar en coalición. La derecha ya la tenía con el PP y Unió Valenciana, pero la izquierda no, y creo que para ser la primera experiencia se lleva bien, son capaces de dirimir las diferencias, suavizarlas en aras de un objetivo superior para aplicar políticas progresistas. Han gestionado la salida de una crisis mundial y cuando las ratios de la Comunitat Valenciana estaban igualando a las de la media estatal llegó una pandemia donde el 'president' se puso a la faena y afrontó los problemas y después ha venido una guerra.

¿Doce años de gobierno son demasiados?

No, al contrario, para las cosas que son estructurales doce años son más bien poco; y cambiar la perspectiva de una comunidad que va en decadencia relativa hacia una comunidad que va hacia arriba en crecimiento eso tarda mucho tiempo. Toda la inversión en conocimiento y educativa tarda años en cuajar. Con independencia de que la gente se pueda aburrir de la cara como se aburre de la cara de un presentador de televisión, lo importante es fijarse más en las políticas que en las caras y las políticas tardan tiempo en dar frutos pero van en la dirección adecuada.

¿Es posible repetir las mayorías absolutas que tuvo el Partido Socialista en los años 80?

Sí, creo que sería perfectamente posible repetirlo. Pienso que si nos damos cuenta de lo que ha ocurrido en la derecha donde primero se desgajó Ciudadanos del PP y luego Vox. Cs estuvo a punto de superar al PP e inmediatamente después Cs se ha quedado al borde de la desaparición. También tuvo su punto álgido Vox y en estos momentos parece que está en decadencia ya. Lo último que constatamos electoralmente es la mayoría absoluta del PP en Andalucía. Si aciertas en las expectativas que tienen los ciudadanos respecto a la política que ofreces, es posible. Hoy el voto es suficientemente abierto y reflexionado para que se pueda pasar del infinito al cero y del cero al infinito, la vinculación de pertenencia de la ciudadanía a un partido ha caído.

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