Primera prueba, superada. El Botànic ha sorteado este lunes en las Corts el primer obstáculo para sacar adelante los presupuestos para 2023 y la Ley de Medidas Fiscales que acompaña a las cuentas autonómicas. Los grupos que sustentan el Consell han votado en contra de las enmiendas a la totalidad presentadas por los tres partidos de la derecha tanto contra las cuentas de la Generalitat como contra la Ley de Acompañamiento.

Tras un debate ininterrumpido de más de seis horas, que comenzó a las 10 de la mañana y finalizó con la votación pasadas las 16:30 horas, los 51 diputados de las tres formaciones de izquierdas han rechazado devolver los presupuestos al Consell para que volviera a elaborarlos. O dicho de otra manera, han votado a favor de que los presupuestos continúen con su tramitación en el parlamento autonómico.

La votación no solo supone acercar la luz verde definitiva a los presupuestos (que se prevé para la penúltima semana de diciembre, antes de las vacaciones navideñas) sino que también establece ya el montante global que la Generalitat invertirá en 2023. Serán los más de 28.400 millones presentados en rueda de prensa el 31 de octubre por el conseller de Hacienda y la vicepresidenta y portavoz del Ejecutivo autonómico.

Esta cantidad, un 1,7 % más que la destinada en los anteriores presupuestos, ya no se podrá ni aumentar ni reducir sino que solamente se podrá modificar vía enmiendas cambiando el destino del dinero de una partida a otra. Algo, por otra parte, habitual cada año. Los grupos parlamentarios tendrán hasta el próximo 30 de noviembre para presentar sus propuestas de modificación y, entonces, se negociarán y votarán, primero en comisión y después en el pleno.

Lejos queda noviembre de 2017 cuando los cuatro tránsfugas de Ciudadanos, encabezados por Alexis Marí, salvaron las cuentas del entonces bipartito (formado solo por PSPV y Compromís) tras chocar con las negativas de Podem, que en aquel momento no era parte del Ejecutivo autonómico. Los números son los que son y desde la entrada de los morados (esta vez con Esquerra Unida en la coalición Unides Podem) han permitido que el Gobierno valenciano tenga una mayoría en las Corts solo alterada por ausencia, error o rebeldía.

Sin embargo, pasar el primer trámite parlamentario no significa que a partir de ahora todo vaya a ser un camino de rosas para los botánicos. Las enmiendas a la Ley de Acompañamiento han sacado a relucir cuestiones donde la diferencia entre socios es palpable. Especialmente sensibles son el tema de las renovables, donde Compromís y Unides Podem reclaman más control de los ayuntamientos a la implantación de estas, y la posible bonificación del impuesto de sucesiones a las empresas familiares que proponen los socialistas y que sus socios rechazan de plano.