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Los socios vuelven a chocar por las renovables y la agenda estatal se cuela en las Corts

El PP lleva la sedición y el 'sólo sí es sí' al pleno y Puig les acusa de sucursalismo

La síndica de Compromís, Papi Robles, esta mañana Miguel Ángel Montesinos

Los socios del Botànic han vuelto a chocar esta mañana por la fórmula para agilizar la implantación de las energías renovables. Lo novedoso es que ha ocurrido en la sesión plenaria y en las preguntas de control al president de la Generalitat, Ximo Puig.

La síndica de Compromís, Papi Robles, ha hablado de "decepción" por el rechazo del PSPV a aceptar el desarrollo de la Agencia Valenciana de la Energía en las enmiendas a la ley de Medidas Fiscales, una herramienta que permitiría, según Compromís y Unides Podem, agilizar las renovables, rebajar la factura eléctrica de los valencianos y alcanzar la soberanía energética.

Robles recuerda que hay un acuerdo de todo el Botànic del pasado mes de mayo para impulsarla. "Tenemos que acelerar las renovables, no los beneficios de las grandes empresas", ha lanzado la portavoz de Compromís. Puig ha respondido que los socialistas cumplen su palabra y que hoy mismo se demuestra, cuando les gusta y cuando no, en referencia a la tasa turística. Y ha añadido que no es responsabilidad de los socialistas que no se apruebe la agencia de la Energía.

El objetivo, ha dicho el presidente, es que toda la energía que se genere sea verde en 2030 y ha rememorado que la Agencia Valenciana de la Energía ya existía y no funcionó. "No nos hagamos trampas al solitario, el 40% de la energía que usamos viene de Cofrentes. Buscar un equilibrio, que es complicado, es lo que estamos haciendo; se ha hecho un listado de suelos, se apuesta por las comunidades energéticas locales y se está trabajando con seriedad para que los proyectos que sirvan al interés general se lleven adelante", afirma Puig.

La agenda estatal se ha colado en la última sesión de control al jefe del Consell, Ximo Puig, en este 2022

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La agenda estatal se ha colado en la última sesión de control al jefe del Consell, Ximo Puig, en este 2022. Los presupuestos cogen el testigo y el presidente ya no tendrá que rendir cuentas hasta febrero.

La síndica del PP, María José Catalá, ha dicho que es un día triste por la "rendición" de los socialistas con la reforma del delito de sedición, la aprobación en este pleno de cuatro impuestos y por la ley de 'sólo sí es sí' que ha considerado una tropelía social y ha instado a la izquierda a que pidan perdón a las víctimas. "Cien delincuentes que han agredido a mujeres valencianas han pedido que se revisen las penas, usted que se presenta como el hombre moderado lo único que hacen es rendición, son un gobierno agotado y rendido, debería pedir perdón", ha insistido Catalá. "Ha pasado de ser el primero de los valencianos al primero de los sanchistas", ha rematado.

Catalá ha condenado la violencia verbal contra la ministra Montero, pero ha remarcado que también era violencia cuando ocurría con los populares con el ejemplo de los escraches contra Rita Barberá. "Ustedes no tienen más derechos que las diputadas de la bancada de la derecha", señala Catalá.. La diputada Eva Ortiz ha pedido a la izquierda que pida perdón a Maite, la menor abusada por el exmarido de Oltra.

"El insulto es que usted diga que el feminismo es comparsa, lo que hacen ustedes con Irene Montero es acoso, es lo mismo que hicieron con Oltra, es la antipolítica, con pactos con fuerzas que no son democráticas", ha respondido la vicepresidenta, Aitana Mas.

Puig ha planteado que la violencia machista sigue siendo el gran problema de la sociedad valenciana. Y se ha solidarizado con la ministra Irene Montero por el comportamiento "incívico" del que fue objeto el miércoles en el pleno del Congreso. "Usan la agenda de la crispación que le envían desde Génova, vienen con un 'remake' de serie B que es un sucursalismo puro y duro, no encuentran nada con que hacer oposición en las Corts Valencianes", ha respondido Puig.

El pleno se ha calentado cuando un diputado de Ciudadanos, Fernando Llopis, ha dicho que los socialistas tienen amigos con las manos manchadas de sangre. El propio Puig, con todo el Botànic en pie, ha recordado que hubo socialistas muertos a manos de ETA. Amigos suyos como el que fue ministro de Sanidad, Ernest Lluch de cuyo asesinato se cumplen 22 años.

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