"Le hemos robado mucho tiempo a la familia y amigos para prepararnos la oposición porque creíamos que valía la pena y nos encontramos con esto. Un absurdo. Yo ya no voy a invertir tiempo en otra oposición". Son las palabras de Carmen, una enfermera con 17 años de experiencia que el domingo se presentó a la primera macrooposición de Enfermería que organizaba la Conselleria de Sanidad en dos décadas, pero podrían haber sido las de muchos de los 24.537 opositores convocados.

La sensación tras el examen: frustración e incluso humillación por lo «rebuscado» de las preguntas entre los opositores pero también entre los sindicatos que ya se han movilizado para estudiar los enunciados por si fuera necesario impugnarlos si comprueban que las preguntas no se corresponden con la bibliografía y el temario.

El motivo es el contenido de las 70 preguntas tipo test que tenían que marcar (además de los méritos) cuántos de esos casi 25.000 aspirantes se quedan con una de las 3.500 plazas de acceso libre que estaban convocadas y reducir así la alta temporalidad que hay en el sector, de un 40 %. Porque la sensación no es solo que el examen había sido complejo sino que las preguntas, en este caso, eran "rebuscadas" en incluso fuera de lo que se esperaría en una prueba de estas características, con enunciados más próximos a la Medicina o entrando en otros ámbitos que evaluando el trabajo enfermero.

Chemsex, síndrome del niño azul, bendopnea...

Como ejemplo la pregunta sobre el chemsex, un término que alude a las fiestas sexuales en las que se toman drogas de diseño para desinhibirse y poder estar más tiempo practicando sexo con el que no estaban familiarizados muchos de los aspirantes. "Sabe usted que son aspectos que se relacionan con patrones de consumo observados entre los que practican chemsex", rezaba una de los enunciados.

"La gente salía llorando del examen y con la sensación de haber echado dos años de su vida por la borda"

En otro se preguntaba sobre el síndrome del niño azul y su relación con el consumo "de carnes, espinacas o acelgas, mariscos o cereales" y en otra sobre la bendopnea (un síntoma de la insuficiencia cardiaca) y en el apartado de preguntas específicas de Enfermería "preguntaron por la norma legislativa que regula los colegios profesionales en España, como si eso fuera importantísimo para ejercer. La gente salía llorando del examen y con la sensación de haber echado dos años de su vida por la borda", criticaba ayer Mª Luz Gascó, secretaria general del sindicato Satse, uno de los que se ha movilizado ya para estudiar si las preguntas están incluidas en la bibliografía.

"Vamos a mirar si varias de las preguntas se corresponden con el temario específico y con la bibliografía", explicaba Gascó ya que desde el sindicato ven "desproporcionada" la cantidad de terminología no enfermera y abreviaturas técnicas, alejada de la realidad de los cuidados de enfermería". Cabe recordar que el examen (que ayer se celebró en las tres capitales de provincia) constaba de 70 preguntas tipo test con cuatro posibles alternativas y que los errores, puntuaban en negativo.

Desde el Colegio Oficial de Enfermería de Valencia se unían a las críticas: las preguntas se habían reducido a tres áreas (UCI, Críticos y Urgencias), se habían dejado temas que sí se centran en la realidad del trabajo diario de Enfermería y se habían tocado otros más cercanos a la Medicina o algunos "que nada tienen que ver con la actividad diaria de la Enfermería".

Revisión de las preguntas e impugnaciones

"El examen parecía no tener como objetivo evaluar a los opositores, sino más bien parece mostrar su interés en aumentar la dificultad de una prueba que mantiene la temporalidad y desestabiliza a las enfermeras y que apenas aprueben el examen unos cientos de personas para así no tener que baremar a la cantidad de opositores que se han presentado", añadían desde el sindicato. 

La crítica ha sido compartida por la totalidad de sindicatos mayoritarios de sanidad. Desde Comisiones Obreras apuntaban a la extrema complejidad de la prueba, "que poco refleja la evaluación del conocimiento y preparación para el desempeño de su actividad". Desde Comisiones también abrían la puerta a que la macrooposición terminara en los tribunales, como tantas otras. Una vez se tenga la plantilla de respuesta se abrirá el plazo para presentar reclamaciones "y poder impugnar las preguntas que no se ajusten ni a la funciones ni al temario".

Desde UGT o CSIF insistieron ayer en lo mismo. Los primeros calificaron la prueba de "auténtico despropósito y fuente de frustración", y los segundos anunciaban que en su protesta del miércoles iban a incluir esta reivindicación.

Pendientes del baremo

Las preguntas de la oposición están echando leña al fuego entre sindicatos y Conselleria de Sanidad en un momento, precisamente, complicado. El motivo es que aún no están claro los baremos que van a regir las próximas oposiciones de estabilización, por las que la administración va a consolidar más de 9.000 plazas ocupadas de forma temporal durante muchos años.

Los sindicatos a excepción de Intersindical rechazaron la propuesta de Sanidad que incluía puntuar más el tiempo trabajado aquí que en otras comunidades, no tener en cuenta lo trabajado en concesiones sanitarias (dejando fuera del proceso al personal fijo revertido de Alzira o Torrevieja) o puntuar como mérito saber valenciano tres veces más que un doctorado.