El pulpo no es lo único que se hace a la gallega en el Consell. El acuerdo alcanzado entre Compromís y PSPV respecto al requisito lingüístico para el alto funcionariado de la Generalitat se ha inspirado, en palabras de las conselleras de Educación y Justicia (encargada esta última de Función Pública), Raquel Tamarit y Gabriela Bravo, en el "modelo gallego", unas referencias que dificultan la posición del PPCV al respecto.

Horas después del pacto se ha evidenciado esta posición delicada de los 'populares'. "Tenemos que estudiar el detalle". Es lo máximo que la síndica del PPCV, María José Catalá, ha dicho sobre el acuerdo del requisito lingüístico que presentó este lunes el Consell. Según este, la Generalitat pedirá un C1 (el antiguo mitjà) para aquellos puestos de alto funcionariado (A1 y A2) a partir de las convocatorias de 2025, un nivel lingüístico (el C1) que se podrá conseguir si se obtiene un 7 en valenciano durante el Bachillerato.

El posicionamiento de Catalá es distinto al que han mostrado los otros dos partidos de la derecha representados en el arco parlamentario valenciano. Ni a Vox ni a Ciudadanos les ha hecho falta "estudiar el detalle" para lanzarse contra la medida. "El requisito no es una buena noticia, supone trabas para traer a personas cualificadas", ha señalado la síndica de Cs, Ruth Merino, mientras Vox ha dicho que se trata de una "imposición".

"No tenemos el acuerdo, hay que verlo negro sobre blanco", ha insistido Catalá al ser preguntada por ello. La portavoz de los populares ha evitado cargar contra la norma. Según la defensa del Botànic, este acuerdo es igual que el que tiene en marcha la Xunta de Galicia que, hasta hace nueve meses, presidía Alberto Núñez Feijóo, alguien que no solo era de su partido sino que hoy es, además, el presidente de la formación.

Así, como cualquier crítica a la norma que ha anunciado el Ejecutivo autonómico valenciano podría volverse en contra del PP valenciano y entenderse como una enmienda al modelo que ha propuesto su líder estatal en la autonomía que dirigía hasta hace más bien poco, mejor evitar charcos. Lo máximo, señalar la falta de "consenso" que ha criticado el sindicato UGT-PV (y al que se han acogido para no hacer valoraciones), el "llamativo" aplauso de Acció Cultural del País Valencià y que podría haber "discriminación" en cuándo se empezase a adoptar la homologación del Bachillerato.

Sí que se ha mostrado mucho más dura respecto a la puntuación del valenciano en las oposiciones en la rama sanitaria. "Es un requisito encubierto", ha señalado Catalá quien ha lamentado que este se valore con el triple de puntuación que contar con un doctorado. "Prefiero que me atienda el mejor cardiólogo a que hable valenciano", ha incidido.

Pero, ¿son iguales los modelos valenciano y gallego? A falta de conocer el desarrollo del texto, lo que sí que es cierto es que tanto en la Comunitat Valenciana como en Galicia se exigirá al alto funcionariado de la administración autonómica el mismo nivel: el C1. Este nivel (que en Galicia se llama Celga 4) también se obtiene al acabar el Bachillerato. A falta de los detalles, donde suele habitar el diablo, el PP ha evitado que una crítica se les vuelva en contra.-