Violencia contra las mujeres

Huérfanos de la violencia machista: "Me considero un superviviente, no una víctima"

Una hermana y un hijo de dos mujeres asesinadas por sus parejas cuentan su historia | La Fundación Mujeres organiza en València el primer encuentro de familias víctimas mortales de violencia de género

Joshua Mateo, hijo de una mujer asesinada por su pareja en Galicia.

Joshua Mateo, hijo de una mujer asesinada por su pareja en Galicia. / Elena Martínez

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

"Mi hermana se disponía a trabajar y él la asesinó delante de sus hijos y de mi madre. Siempre salía con los niños y un día ella oyó los gritos y cuando abrió él estaba asesinándola. Se le murió en dos brazos". Es el testimonio de Luz Marina Rodríguez, hermana de una mujer asesinada en Canarias hace 8 años y que dejó dos huérfanos de 5 y 8.

"Yo tenía 25 cuando pasó eso. El asesino voló la casa por los aires y se suicidó. Me tuve que hacer cargo de mi hermano de 8 desde entonces". Joshua es hijo de una víctima de violencia machista, asesinada por su ex pareja en 2015 en Redondela (Galicia).

Son dos víctimas no mortales del reguero que el terrorismo machista deja en nuestro país. Las estadísticas de mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas ya cuentan por 1.175 y se recogen desde 2003. Ana Orantes, que fue asesinada hace 25 años por su marido que la quemó viva no figura es una de tantas que no figura en esos datos.

Los niños y niñas huérfanos por la violencia de género solo se contabilizan desde 2013 y se reconocieron como víctimas -con la protección que supone- en 2015. Desde entonces los asesinos machistas han segado la infancia de 364 niñas y niños en nuestro país. Mientras se escribía este artículo se confirmó el homicidio de otra mujer apuñalada por su ex pareja en Dos Hermanas (Sevilla). Deja tres hijos menores. 367.

Luz Marina y Joshua son solo dos personas de todas las que se concentraron en el Primer Encuentro de familias de víctimas mortales de la Violencia de género organizado por la Fundación Mujeres. Las jornadas están concebidas como un espacio de apoyo, acompañamiento y aprendizaje sobre todo para las familias que se hacen cargo de estos menores y que son beneficiadas del Fondo de becas Soledad Cazorla, primera fiscal de sala contra la violencia contra la mujer en España y luchadora feminista, que falleció en el año 2015.

Luz Marina, hermana de una víctima de violencia machista.

Luz Marina, hermana de una víctima de violencia machista. / G. Sánchez

El encuentro se celebró en el Centre Cultural la Nau y fue inaugurado por la rectora de la Universitat de València (UV) Mavi Mestre. También contó con una mesa en la que participaron la consellera de Justicia Gabriela Bravo, la presidenta de la Fundación Mujeres Elena Valenciano, y el impulsor de las becas Joaquín Tagar.

Bravo comenzó su intervención recordando que "este año la violencia machista ya ha dejado 26 huérfanos (29 contando el asesinato de Dos Hermanas), pero son muchos más los que no figuran en las estadísticas y no nos permite ver del todo la magnitud del problema". Valenciano remarcó que el trabajo de la fundación es "acompañar a las víctimas más inocentes , los hijos e hijas de las mujeres a las que les arrebataron la vida, para que puedan recuperar la voz".

Tagar, por su parte, denunció el estigma que sigue pesando sobre la familia víctima de violencia, y no sobre el victimario. "En la mayoría de casos son ellas las que se tienen que ir a casas de acogida con sus hijos y dejar el hogar, pero el que se debería ir es él". Tagar reclamó "desterrar" a los hombres maltratadores y asesinos, e instó a los jueces a "proteger más a las familias, porque esta protección ha fallado o no se ha concedido en muchos casos y ha acabado en asesinato".

"Una bomba lapa"

"Cuando pasa algo así es una bomba lapa que destruye toda la familia", explica Luz Marina. Nueve años después sigue luchando para superar el asesinato que presenciaron los dos hijos de su hermana, y sobre todo su madre. "Ella es de la que tengo que estar tirando más, porque ya no quiere vivir, solo le mueve que sigamos luchando por mi hermana, que contemos su historia porque no queremos que sea un número más en las estadísticas", explica.

Presentación del Encuentro Estatal de las familias víctimas de violencia machista

Presentación del Encuentro Estatal de las familias víctimas de violencia machista / Gonzalo Sánchez

Cuenta que "el día anterior ella me había dicho que estaba en el momento más feliz de su vida", pero "cuando me llamaron para contármelo pensé que no podía ser, que eso no nos podía estar pasando", recuerda. No había ninguna denuncia, y nunca hubo violencia física contra ella, al menos que se sepa. Sí que hubo mucha violencia psicológica. "Una relación que empieza a los 14 años... piensas que es normal, que él es así y acabas asimilando muchas situaciones. Imagina cómo cayó la noticia", explica.

Luego empiezas con el trabajo. "Piensas que ella no es la primera ni es la última, y que tiene que haber recursos que te ayuden. La custodia es un proceso que tarda hasta 8 meses y ningún tutor puede firmar, luego tienes que comprar de todo para tenerlos en casa y hacerte cargo de la casa, el coche, los seguros, y gestionar mil cosas más. Muchas familias hemos acabado pidiendo préstamos para hacernos cargo de todo esto. Eso sin hablar del daño psicológico", explica.

Tras 9 años dice que siguen recordando mucho a su hermana, cada cumpleaños y en todas las fiestas, pero que aún así "mañana estaré con vómitos y de los nervios porque sigo somatizando tanto dolor". Para Rodríguez lo más importante es que "no sea un número, que siempre tenga alguien que la recuerde".

Joshua Alonso Mateo, hijo de una víctima de violencia machista, en el Centre Cultural La Nau.

Joshua Alonso Mateo, hijo de una víctima de violencia machista, en el Centre Cultural La Nau. / G. Sánchez

Sin recursos

El golpe le llegó a Joshua muy joven, cuando "no tienes ni los recursos ni la forma de gestionar todo eso". Gracias a la beca que le dieron a su hermano de 8 salieron adelante, y pudo estudiar Promoción de Igualdad de Género y llevar la memoria de su madre luchadora y su lucha personal por la igualdad entre hombres y mujeres a muchos espacios y colegios.

"Los huérfanos y huérfanas son los grandes olvidados y necesitan un apoyo completo, económico pero también psicológico, porque necesitan las herramientas necesarias para conseguir digerir que tu padre mató a tu madre, explica". Joshua lo deja muy claro en este sentido "yo no me considero una víctima, yo me considero superviviente de la violencia de género".