Deseos climáticos para 2023

Descenso del nivel de agua por la sequía.

Descenso del nivel de agua por la sequía. / Pexels

Jorge Olcina Cantos

Hemos cerrado un año de record en lo atmosférico: más concentración de emisiones de gases de efecto invernadero, record de temperatura media anual en muchas partes del mundo y en España, calor intenso y prolongado durante el verano, sequía intensa durante meses aliviada por las lluvias de otoño en algunas regiones de nuestro país, fenómenos atmosféricos singulares por su intensidad (calimas). Y ahora cerramos otro final de año con situación anticiclónica y temperaturas por encima de lo normal en muchos observatorios. En definitiva, el año 2022 ha sido realmente excepcional. El deseo para el año nuevo es que no sea igual que el que acabado de terminar. Que no sea tan caluroso, que no sea tan seco, que no registre episodios atmosféricos peligrosos…que el tiempo atmosférico, en definitiva, no sea noticia. Que todo transcurra con normalidad. Esperanza que difícilmente va a poder cumplirse porque en unos días sabremos la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera y habremos vuelto a batir el record del año pasado; la sequía en nuestro país, tras el espejismo de las lluvias recientes, volverá con nueva fuerza y lo notaremos especialmente en la próxima primavera, si no antes. Y nuestro mar Mediterráneo seguirá calentándose y alargando la temporada de verano más y más. Estamos en una década decisiva para la lucha contra el cambio climático. En estos primeros años no está resultando muy fructífera para alcanzar el objetivo de “normalizar” el clima terrestre. Hay temas sociales, políticos urgentes (guerra, pandemia, crisis económica) pero el cambio climático nos va a acompañar como telón de fondo durante este siglo. Un telón de fondo que podríamos evitar para centrarnos sólo en lo urgente pero, de momento, no queremos. Y lo peor es que ese telón de fondo va a condicionar cada vez más lo urgente.