Concierto social

Casi 15 millones para darle un techo a las personas sin hogar

Igualdad concierta 856 plazas en centros de acogida y en viviendas para que 44 entidades sociales las gestionen durante 4 años

Una persona sin hogar espera su turno para ser atendido.

Una persona sin hogar espera su turno para ser atendido. / Levante-EMV/J.N.

Mónica Ros

Mónica Ros

 En 2014, la Generalitat gobernada por el PP destinaba poco más de 300.000 euros en plazas para personas sin hogar. El dinero se concedía mediante subvención anual a distintas entidades sociales. Este año, con el segundo gobierno del Botànic, son casi 15 millones de euros y las cuantías se reparten para 4 años. Se denomina concierto social e implica estabilidad para las entidades que cuentan con un dinero otorgado para gestionar plazas que se han duplicado en los últimos 8 años al pasar de las 371 que había en 2014 a las 856 de 2023.

Gráfico del aumento del dinero destinado desde 214 hasta la actualidad.

Gráfico del aumento del dinero destinado desde 214 hasta la actualidad. / Levante-EMV

Así, en el concierto social 2022-2026, la Conselleria de Igualdad reparte 14,9 millones de euros entre 44 entidades para que mantengan 93 plazas residenciales en Castelló (73 en viviendas y 20 en albergues); 627 en València (252 en viviendas y 375 en albergues); y 136 en Alicante (77 en viviendas y 59 en albergues). De esta manera le acuerdo de acción concertada concede 856 plazas de una convocatoria prevista que sumaba 1.265.

En València, la entidad que gestiona más plazas para personas sin hogar de las 22 que trabajan en el sector y aceden al concierto social es la asociación Ciudad de la Esperanza (Cides) con 129 plazas que contará con más de dos millones de euros para cuatro años. En Alicante, Casa Cauce concentra el mayor número con 31 plazas y 559.000 euros para 2022-2026.

En Castelló, Marillac gestiona el mayor número de plazas (40), aunque las tiene divididas en dos centros (Marillac castelló y Centro Marillac). Entre las dos superan los 750.000 euros de inversión.

Cuando una persona se encuentra en situación de calle existen una serie de recursos de atención inmediata de competencia local. Se denomina atención de emergencia social y se tramita desde los Servicios Sociales de cada localidad.

Se trata de servicios como prestaciones económicas, espacios de alojamiento de atención diurna y nocturna, de atención ambulatoria, servicios de acogida y de higiene personal... Sin embargo, para darle una asistencia digna a la persona sin hogar y proporcionarle un proyecto de vida para que abandonen la calle, un techo es fundamental.

Personas sin hogar, en una imagen de archivo

Personas sin hogar, en una imagen de archivo / Miguel Ángel Montesinos

Es ahí donde cobra importancia la red creada por el Botànic que se basa en centros de acogida y viviendas con plazas concertadas con la vicepresidencia y Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas que lidera Aitana Mas. Se trata, en definitiva, de recursos de alojamiento para la atención a colectivos vulnerables, a los que acceden las personas en situación o riesgo de exclusión social tras haber agotado los recursos de emergencia que proporcionan los ayuntamientos en un primer momento.

Beneficiarios de la red asistencial

Los beneficiarios de esta red asistencial son personas en situación o riesgo de exclusión social pertenecientes a colectivos vulnerables (personas sin hogar, personas con VIH, personas exreclusas, personas migrantes, personas LGTBI, mujeres en riesgo de exclusión social y personas en situación de vulnerabilidad social).

La Conselleria de Igualdad explica que los centros de acogida “deben disponer de un mínimo de 11 plazas. Allí se debe prestar una atención integral y continuada a las personas beneficiarias destinadas a cubrir sus necesidades básicas, facilitar la recuperación de su autonomía y fomentar su participación en itinerarios de inclusión social. La estancia inicial en los Centros de acogida será de 3 meses”.

"La estancia inicial en los centros de acogida será de 3 meses", explican desde conselleria

Las viviendas, por su parte, son recursos de alojamiento con un máximo de 10 plazas “que deben ser apropiadas para estancias medias y largas en el tiempo, con una estancia inicial de 6 meses, donde las personas usuarias convivan en régimen parcialmente auto gestionado”.

En las viviendas se debe ofrecer acogida, intervención social, alojamiento, manutención, alimentación, mantenimiento y limpieza.