La diputación de las cuatro provincias

El 14 de enero de 1813 nació esta institución como un órgano de transición entre el feudalismo y la nueva organización territorial

Las Torres de Quart, testigo del asedio francés a València, que obligó a que la Diputación de València se fundara en Alicante.

Las Torres de Quart, testigo del asedio francés a València, que obligó a que la Diputación de València se fundara en Alicante. / JM LOPEZ

Amparo Soria

Amparo Soria

210 aniversario. La Diputación de València cumple más de dos siglos de historia. Ha sido testimonio de casi todos los régimenes políticos y económicos, pero también geográficos: se fundó enAlicante en enero de 1813, durante el asedio de València por los franceses.Fue el primer órgano civil que gobernó sobre el Reino de València y las provincias en las que más tarde se dividiría: Castelló, Alicante,València y Xàtiva.

A menudo una tiene la sensación de vivir tiempos convulsos, pero basta con ojear la cronología de la España en sus últimos dos siglos de historia para comprobar que la única estabilidad conocida se produjo en los últimos años del siglo XX. Por eso, al destripar la historia de la Diputación de València, que hoy cumple 210 años desde su fundación, se da cuenta que es todo un hito haber sobrevivido a tales vaivenes políticos, económicos y sociales. 

La Diputación del Reino de València no se fundó en la capital. Lo hizo en Alicante, en 1812, ya que los franceses tenían tomada la ciudad delTúria. No sería hasta octubre, meses después de que las tropas del mariscal Suchet se retiraron, cuando el nuevo órgano político y civil se trasladó a València. Desde allí, y durante algo más de un año, fue el gobierno de todo el reino, que sería dividido en cuatro provincias: Castelló, Alicante, Xàtiva y València. 

Documentos fundacionales de la Diputación de Valencia en Alicante.

Documentos fundacionales de la Diputación de Valencia en Alicante. / Archivo de Valencia/Archivo de Alicante

El escenario de fondo es la inestabilidad: sobre ella, y por ella, todo sucedía. Nació por orden de la estrenada Constitución de Cádiz de 1812, que buscaba crear una transición económica y política del AntiguoRégimen, dominado por el feudalismo, a uno nuevo, tímidamente federalista y asentado sobre una organización territorial nueva

El 14 de enero queda registrada la Diputación Provincial del Reino de València y su jefe político -que después serían los gobernadores civiles- fue Vicente María Patiño, que tomó posesión el 10 de febrero, como queda constancia en los documentos que aún se guardan en el Archivo Municipal de Alicante y en el Archivo Provincial de València.

La división del reino en cuatro provincias se produjo en 1822, pero la de Xàtiva sería eliminada en 1833

Esta fundación queda registrada en el Acta del Cabildo del 14 de enero de 1813, en un manuscrito que recoge los principios de esta corporación. A Patiño le sustituyó Mateo Valdemoros con el traslado a València y su mandato duró poco: ocho meses después, en junio de 1814, se restableció el Consejo Real con la vuelta de Fernando VII, y las diputaciones quedaron suspendidas hasta el Trienio Liberal (1820-1823), que volvieron a actuar. Fue entonces cuando se materializó la división territorial que mandaba la Pepa: quedaron constituidas las provincias de Alicante, Castelló, Xàtiva y València, momento en que las tres provincias recién nacidas fundan sus propias diputaciones. Esto convierte a la de València en la primera de todas ellas, que celebraron el año pasado su 200 aniversario.

Hasta la muerte de Fernando VII no volvieron a tener ningún peso en el país. Fue en 1833 cuando se vuelve a revisar la división provincial y se pasa de 52 a 49 provincias lo que le costó la independencia política a Xàtiva.

Discurso de Mateo Valdemoros, el presidente de la Diputación de València en 1813

Discurso de Mateo Valdemoros, el presidente de la Diputación de València en 1813 / Archivo de Valencia/Archivo de Alicante

A partir de aquí, la institución comienza a adaptarse a cada nuevo bache político y social. El liberalismo incipiente chocaba de frente contra el proteccionismo que aún se arrastraba, mientras que las guerras carlistas fueron la guinda para terminar de dividir a una población enfrentada entre sí: las ciudades en expansión eran adalides del progresismo y elitismo frente a una España rural reaccionaria y populista, donde convivía el caciquismo que dio paso a los movimientos obreros y al republicanismo

Las diputaciones quedaron cuestionadas de nuevo en 1906 en favor de la Mancomunidad Provincial, que no sobrevivió. Sin embargo, fueron los diputados provinciales los que impulsaron en la II República el proyecto del Estatut d’Autonomia como una herramienta de ganar autonomía y asentar un régimen económico amplio. 

La dictadura dejó anuladas a estas instituciones que solo en democracia volvieron a adquirir cierto peso. En la Comunitat, la Ley de Coordinación de las Diputaciones Valencianas impulsada por elConsell del Botànic buscó, precisamente, organizar las competencias y presupuestos para llevar a cabo una gestión más eficiente del territorio sobre el que gobiernan.

La búsqueda de la eficiencia sigue intacta dos siglos después

El primer discurso pronunciado en la sesión inaugural de 1813 confirma que la política ha sido siempre bronca. Mateo Valdemoros no dejó títere con cabeza respecto a la guerra que terminaba y el sistema feudal que querían dejar atrás y cuya burguesía lastraba el desarrollo del país. Hoy, con grandes diferencias, se establece cierto paralelismo, pues la diputación de València ha vivido en esta comunidad años oscuros como epicentro de la corrupción política. Por eso, la eficiencia de esta institución obsesiona a sus presidentes, ha de ser útil para el territorio y los municipios que lo integran. 

Valdemoros espoleaba a sus diputados en 1813 pidiéndoles «exercitar vuestra vigilancia sobre la buena inversion de los fonso públicos de los ueblos y el examen de sus cuentas», y avisó que «Las edades venideras se horrorizarán al saber que el ayuntamiento de Madrid empleó siete millones para regalar á nuestro sátrapa el voluptuoso palacio de Buenavista».

En esta misma líneaevalúa Toni Gaspar, el actual presidente provincial, esta institución que solo tiene sentido «para que los pueblos pequeños lleguen donde llegan los grandes», porque las diputaciones «deben ser instituciones de progreso, que permitan a los municipios igualdad de oportunidades». «Una diputación moderna es una diputación eficaz, cercana y que fomente la autonomía municipal, sin boato ni besamanos», zanja Gaspar. 

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