Los centros de salud atienden casi 500 consultas al día por depresión

Los expertos consideran que la mitad de los casos no están reconocidos

Los centros de salud valenciano atendieron durante 2022 más de 13.000 consultas de pacientes diagnosticados con depresión. | F.CALABUIG

Los centros de salud valenciano atendieron durante 2022 más de 13.000 consultas de pacientes diagnosticados con depresión. | F.CALABUIG / V.Contreras/N.Martínez. València

N.Martínez

Dice la Organización Mundial de la Salud que la depresión será la primera causa de discapacidad global en 2030. Es una enfermedad que actualmente en España sufren dos millones de ciudadanos. En Europa, 37 millones. En el mundo, 300 millones. ¿Y en la Comunitat Valenciana? Según datos facilitados por la Conselleria de Sanitat Universal el pasado viernes, cuando se conmemoró el Día Mundial contra la Depresión, durante el año pasado los centros de salud valencianos atendieron 161.779 pacientes diagnosticados por esta enfermedad.

Son 13.481 consultas atendidas al mes en los centros de atención primaria, 443 cada día. Y a estos casos habría que sumar a las 27.783 personas con diagnóstico de depresión que fueron derivadas en 2022 las Unidades de Salud Mental de la Generalitat.

Así pues, más del 3 por ciento de la población total de la Comunitat Valenciana está diagnosticada con depresión. Por provincias, los centros de atención primaria de Castellón atendieron a 18.112 pacientes con depresión, los centros de Valencia a 87.813 pacientes y los de Alicante a 55.854 pacientes.

Un iceberg mayor

Pero estas cifras son seguramente la punta de un iceberg mucho mayor. Según el psiquiatra del Hospital Provincial de Castellón, Mariano Villar, «al menos la mitad de casos de depresión no son diagnosticados. Se piensa que si emergen más es por la mejor formación de los médicos de cabecera, la pérdida de estigma y los tratamientos sencillos y eficaces».

La pandemia de Covid 19 ha puesto en el centro del debate los trastornos de salud mental, entre ellos la depresión. Ha empujado a la gente a hablar más sobre esta dolorosa problemática. También, a repensar con más profundidad nuevos modelos de tratamiento.

Un informe sobre la salud mental en la pandemia publicada en enero de 2021 por el Instituto Nacional de Estadística (INE), señalaba que dentro de las comunidades autónomas, la Comunitat Valenciana es la segunda, solo por detrás de Castilla y León, con las cifras más altas en cuanto a prevalencia de algún cuadro depresivo. Según este estudio, la depresión afectaba entonces al 9,8 % de la población valenciana mayor de 15 años.

El comisionado de la Generalitat para la Salud Mental, Rafael Tabarés, confirmaba ayer a Levante-EMV que «ha habido un aumento de la demanda por problemas de salud mental en atención primaria y en los centros de salud». «Eso ocurre aquí y en otras comunidades autónomas y en general desde el inicio de la pandemia y pospandemia -subrayó-. Los incrementos de demanda rondan el 10 y el 20 por ciento», según Tabares.

La mitad, mayores de 60 años

Por otra parte, la Conselleria de Salud Universal también informaba el pasado viernes de que casi la mitad de los pacientes con depresión tienen entre 60 y 85 años (49,7 %), y un tercio (el 30,32 %) tienen entre 41 y 59 años. Únicamente el 9,8 % de los pacientes es menor de 40 años.

Respecto al que solo el 10 % de los diagnosticados con depresión son menores de 40 años, Villar advirtió que entre los adolescentes «se vienen observando más autolesiones leves en la piel, sin intencionalidad suicida. Es un fenómeno frecuente en urgencias y consultas pero solo un 50% se vincula a salud mental (al trastorno límite de la personalidad, no a depresión). Los motivos son variados pero comparten la necesidad de liberarse de emociones negativas».

Por su parte, el psicólogo clínico valenciano Carlos Hidalgo subrayó que «uno de cada 20 niños y adolescentes, tendrá un episodio depresivo antes de los 19 años». Por ello, aconsejó a los padres estar muy pendientes, «pues según estudios suelen subestimar seriamente la intensidad de la depresión de sus hijos».

En cuanto a las consecuencias de la pandemia, comentó Hidalgo, «ha aumentado un 47 % los trastornos de salud mental en menores; y un 60 % los comportamientos suicidas, y en ocasiones de autolesión. Quienes están deprimidos a veces se sienten desesperanzados y no desean vivir. Pueden tener conductas autolesivas o pensamientos suicidas».

Por su parte, Tabares apuntó que el menor porcentaje de jóvenes diagnosticados con depresión se debe a la percepción del sufrimiento psíquico es diferente que con los adultos. «En su caso, se suele manifestar con dificultades en el manejo de la agresividad, la frustración y un incremento de comportamiento o autolesiones. Pero también se dan cuadros depresivos aunque con una prevalencia que las personas adultas.

Es una realidad que está ahí y que también se refleja en las consultas de los teléfonos gratuitos de atención psicológica, a los que no paran de llamar personas jóvenes, sobre todo en un rango de 30 a 45 años. En Cruz Roja Responde, un servicio confidencial de acompañamiento emocional, el de este rango de edad ya es un perfil más común por delante de las personas mayores. Y de hecho, en 2022 se incrementaron las consultas en un 160 % respecto al año anterior.

Cristina Molina, psicóloga de Cruz Roja, advertía el pasado octubre en una entrevista a Levante-EMV que «las personas jóvenes aún se lo callan todo en estos temas, la salud mental sigue siendo un tabú. No hablan con sus amigos sobre cómo se sienten y no se desahogan hasta que es algo grave».