Sanidad quiere extender el aborto con pastillas a los centros de planificación

Sanidad abre la puerta a que estos espacios, que ya asesoran y guían a las mujeres, completen el proceso dentro de la red pública | Solo hay registrados 73 médicos objetores de conciencia pero las negativas verbales son habituales en los hospitales

Una paciente se somete a una ecografía.

Una paciente se somete a una ecografía. / ALEXANDER RATHS

El nuevo protocolo de interrupciones voluntarias del embarazo (IVE) de la Conselleria de Sanidad abre la puerta a que los centros de salud sexual y reproductiva (CSSR), los conocidos como centros de planificación familiar, faciliten el aborto farmacológico (en el que se utilizan varios medicamentos y no necesita intervención quirúrgica) a las mujeres que reúnan las condiciones y opten por esta vía.

Así se recoge en el documento con el que Sanidad busca aumentar el número de abortos que se hacen en la red sanitaria pública, ya que hasta ahora nueve de cada diez interrupciones del embarazo se derivan a clínicas privadas pese a que el 70 % acuden, primero, a la sanidad pública al tomar la decisión.

Según el protocolo, estos centros de planificación familiar (hay 81 en las tres provincias) siguen asumiendo el proceso de informar y asesorar pero además también se quiere que se encarguen de prestar la asistencia en el caso de que el aborto se haga por el método farmacológico "en coordinación con el servicio de Ginecología del departamento". Esto implica facilitar también las pastillas y los óvulos vaginales que se necesitan para el procedimiento (que se completa en casa) sin que haya una derivación expresa al servicio de Ginecología de ningún hospital.

Hasta este momento, son los ginecólogos de los servicios hospitalarios los que informan en última instancia a las mujeres y hacen entrega de los dos medicamentos necesarios. Una vez se ponga en marcha el protocolo, en los casos en que la mujer elija este método (embarazos de hasta nueve semanas sin contraindicaciones) recibirá allí mismo los medicamentos necesarios y solo se llegaría al hospital si hace falta intervención quirúrgica. Con todo, fuentes de los centros de salud sexual han advertido que hará falta una buena "coordinación" con los servicios hospitalarios para ofrecer la seguridad de que habrá asistencia médica si fuera necesario y que el protocolo todavía estaba "en mantillas. Tenemos que ver cómo se puede hacer y se articula todo".

"Se pretende aumentar la cobertura a través de la red pública mejorando la coordinación entre los centros de salud sexual, servicios de ginecología y gerencias, analizando la situación por departamentos, así como extendiendo la IVE farmacológica, en los casos en los que esté indicada y siempre que lo decida la mujer", apuntaron ayer fuentes de Sanidad al respecto. El documento garantiza además que las mujeres que aborten en las clínicas privadas tengan sufragado el procedimiento al 100 % (antes tenían que pagar por la sedación completa) y que el acceso a métodos anticonceptivos de larga duración tras un aborto también en las clínicas privadas.

Objetores "encubiertos"

Sanidad busca aumentar el número de hospitales donde se ofrezca también este tipo de procedimientos y ofrecer a las mujeres un nuevo espacio donde ejercer su derecho ante las bajas cifras de interrupciones que se hacen en los hospitales públicos, algo que la nueva reforma de la ley del aborto quiere erradicar, "blindando" el que los abortos se hagan en la pública.

Solo unos cuantos hospitales valencianos realizan abortos y facilitan que sea por el método farmacológico

El deseo de la ministra Irene Montero se topa, sin embargo, con la realidad del día a día de los hospitales. La Comunitat Valenciana es una de las regiones más comprometidas con el derecho al aborto y, pese a ello, nueve de cada diez se derivan a clínicas privadas ya que el procedimiento solo se realiza en unos cuantos hospitales en los que también llevan años aplicando el protocolo de aborto farmacológico, entre ellos el Doctor Peset, Requena, Sagunt, Gandia y Vinaròs.

En el resto, la negativa de los profesionales, muchas veces emitida de forma verbal tiene más peso. De hecho, en estos momentos la Conselleria de Sanidad solo tiene registradas 73 objeciones de conciencia de una plantilla de más de 450 profesionales, apenas el 15 %. La realidad, de la que también han dado cuenta varias parejas que han pasado por el proceso del aborto, es que los profesionales se oponían a realizar el procedimiento aunque su negativa no ha llegado a registrarse en ningún lugar, una objeción de conciencia encubierta.

Sanidad solo tiene registrados 73 ginecólogos objetores de conciencia pero la realidad es que hay muchas negativas de palabra que no se registran

"Más intimidad y más personalizado"

Además de "esquivar" el muro que supone la objeción de conciencia de parte de los profesionales médicos, el facilitar en un futuro el acceso al aborto farmacológico en estos centros de planificación familiar tiene también otras ventajas para la mujer. "Son menos visitas, mayor intimidad (porque se hace en casa), mayor confianza con el profesional porque siempre es el mismo y mayor personalización del proceso", explican profesionales de la Ginecología implicados en estos procesos a Levante-EMV.

Según cifras de la propia conselleria, el 79 % de las interrupciones de embarazo realizadas en 2021 se podrían haber hecho a través de este método, ya que se hicieron por debajo de las 9 semanas, el límite marcado para optar por esta vía. Con todo, es una decisión de la mujer elegir este método o los tradicionales que implican intervención (como el legrado o la expulsión) ya que puede no ser para todas las mujeres: es un proceso más íntimo ya que la mujer toma los medicamentos y la expulsión se hace en casa pero también el ser más consciente de ello puede suponer una experiencia más traumática para algunas mujeres.

¿Qué es el aborto farmacológico?

El método farmacológico para interrumpir un embarazo consiste en administrar medicación a la mujer gestante para lograr el aborto. No hay que confundir con la píldora del día después, método anticonceptivo de urgencia (no abortivo) que está disponible de forma libre en farmacias y centros médicos.

¿Cuándo se puede elegir? 

Pueden elegir este método las mujeres que quieren abortar y estén de menos de nueve semanas y no tienen contraindicaciones médicas. El aborto libre está autorizado hasta la semana 14. 

¿Cómo funciona? 

Se administra medicación en dos días distintos. En el primero se toma un fármaco que favorece el desprendimiento del saco gestacional. A las 48 horas la mujer se pone unos óvulos vaginales que provocan las contracciones y se expulsa el saco desprendido.

¿Es seguro? ¿Es eficaz? 

La expulsión se hace fuera de un centro sanitario, donde la mujer decida, ya que las complicaciones son poco frecuentes aunque puede haber hemorragias. Su eficacia está entre el 95 y el 98,5 % de los casos pero requiere de una ecografía posterior de control para confirmar la expulsión completa (en el 1 % de casos queda algún resto).

Ventajas y desventajas

El aborto farmacológico es más privado (ya que se hace en el domicilio) y da más autonomía a la mujer, además es más natural (es como una regla fuerte con un sangrado abundante con coágulos) no no hay riesgo de lesión del útero ya que este no se manipula. Como desventajas, es más lento que un aborto por aspiración, hay más sangrado y puede haber incertidumbre sobre si el embarazo ha terminado.