Los tránsfugas de Cs bloquean la reforma de la ley electoral
Peris se abre a que Ciudadanos apoye el cambio legislativo, pero necesita un voto de los no adscritos
En la Edad Media, los mapas se cortaban en mitad del Atlántico. Más que por un efecto cartográfico, el motivo era la verdadera creencia de la época de que en mitad del océano estaba el fin de una Tierra plana, con un acantilado hacia el abismo y bestias que impedirían cualquier continuidad. Ese abismo simbólico está para la posibilidad de una reforma electoral en los seis diputados del grupo de no adscritos de las Corts.
El cambio de posición de Ciudadanos, con refundación formal en todo el Estado y elección de una nueva síndica en el parlamento autonómico, respecto a la reforma de la ley electoral ha despertado algunas ilusiones en el Botànic de poder llevar a cabo una modificación que vienen planteando desde su llegada al poder en 2015. Garantizar primarias, listas cremallera o medidas de ahorro son algunas de las reclamaciones habituales entre las que destaca una: bajar la barrera electoral del 5 al 3 %.
Esta es una reivindicación que casi se podría calificar de histórica para partidos como el Bloc o Esquerra Unida que se han topado a lo largo del autogobierno valenciano con el muro del 5 % de los votos para obtener representación. Ahora cambiarla le interesa a Ciudadanos, con malos augurios demoscópicos y a los que un descenso de ese listón les podría ayudar en su objetivo de remontada. "Estamos aún a tiempo", dijo ayer su síndica, Mamen Peris, que se abrió a explorar ese cambio y a que se abriera una "mesa seria de trabajo".
Sin embargo, los números siguen sin salir. Para sacar adelante una reforma de la ley electoral, aunque sea solo el punto de la bajar el listón para tener representación en las Corts, se necesitan dos tercios de la cámara. Esto son 66 diputados. El Botànic obtuvo 52 escaños en las elecciones de 2019 por lo que necesitaría otros 14. Ciudadanos logró 18. ¿Asunto arreglado? No tan rápido. Porque hoy el grupo parlamentario que dirige Peris no tiene 17 integrantes sino 13 tras la marcha de cinco diputados a los no adscritos. Es decir: faltaría uno.
El voto decisivo, en caso de que la propuesta llegase a debatirse en el pleno, estaría en los seis diputados no adscritos. Cinco salieron de Ciudadanos tras la marcha de Toni Cantó en marzo de 2021, mientras que la sexta es una ex de Vox. Su apoyo a esta rebaja electoral podría dar un impulso a los naranjas para continuar una legislatura más en el parlamento valenciano, sin embargo, las posibilidades de que prosperen son nulas porque ya han expresado que no votarán a favor.
"No beneficia en nada a los valencianos, solo sirve para provocar que partidos extremistas o localistas entren en les Corts para atar las manos al Consell y hacer ingobernable la Comunitat Valenciana", indica Jesús Salmerón, uno de los 'cabecillas' de este grupo de parlamentarios. Salmerón será, de hecho, candidato del PP por Gátova en mayo. Sin el voto de ninguno de los seis diputados no adscritos es prácticamente imposible que salga adelante, con Vox y el PP en contra de la reforma. El abismo de la barrera electoral está en los escaños del fondo.
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