De 0 a 190 días de espera para una resonancia según dónde se viva

El PP denuncia que la demora se ha duplicado en el primer año de reversión del servicio | Los hospitales aún derivan pruebas a la privada mientras aumentan plantillas y reciben nuevas máquinas

Uno de los nuevos equipos instalados en el hospital de La Ribera.

Uno de los nuevos equipos instalados en el hospital de La Ribera. / Levante-EMV

La «pena del código postal» o estar mejor o peor atendido según dónde se viva es una realidad en España, donde la sanidad está transferida a las comunidades. La inequidad, sin embargo, sigue estando ahí cuando miramos dentro de la Comunitat Valenciana: no es lo mismo vivir y depender de un hospital o de otro para operarse pero tampoco para hacerse una resonancia. De no tener que esperar en Sagunt a hacerlo más de medio año en Alcoi. 

Así se desprende del último detalle de días de demora para hacerse esta prueba a cierre de 2022 facilitado por la Conselleria de Sanidad como respuesta parlamentaria a una pregunta del diputado por el PP, José Juan Zaplana. Estos datos, en contra de lo que pasa con los de la lista de espera para operarse, no son públicos aunque el Síndic de Greuges ya ha solicitado que lo sean. 

Según esta respuesta, los valencianos tienen que esperar de media 80 días para hacerse una resonancia magnética pero con grandes diferencias por zonas. Los vecinos del área de Sagunt al cierre de 2022 no tenían que esperar para hacérsela mientras que para los del área de salud de Alcoi, lo normal es tener cita para más de medio año después, 190 días de espera. De los 24 departamentos de salud, al menos en once tienen una demora para esta prueba de tres meses o más (90 días). 

«Está muy bien que Sanidad recuerde que se ha bajado el tiempo de espera para ser operado pero, por mucho que bajemos, esta espera previa está ahí y no se ve pero los pacientes la sufren», criticaba el diputado Zaplana. Y es que la resonancia magnética es una prueba diagnóstica necesaria en muchos casos de forma previa a que el especialista decida si hay que operar o no. Y también el poder acceder al especialista cuenta con su propia lista de espera por lo que desde que el paciente tiene un problema hasta que llega al quirófano, las esperas se acumulan. 

Doble de días tras la reversión

Los datos corresponden a diciembre, justo cuando se cumple un año de la reversión a manos públicas del servicio de resonancias en todos los hospitales. Antes de diciembre de 2021, solo los hospitales Doctor Peset y Alicante-San Juan hacían sus propias resonancias con medios y personal público ya que en el resto, el servicio estaba privatizado.

El Botànic, al igual que está haciendo con las áreas de salud del modelo Alzira decidió asumir tambien este servicio pero la transición está costando ya que, según apunta Zaplana, «la demora se ha duplicado en un año». «A septiembre de 2021 la espera media era de 41 días», apunta el diputado del PP según una respuesta previa de Sanidad. 

Fuentes consultadas por este diario explican que, al igual que ha sucedido en el resto de niveles asistenciales tras la pandemia la demanda ha aumentado considerablemente y hay muchas más pruebas pendientes pero también es cierto que a los servicios de Radiodiagnóstico les está costando asumir el volumen de resonancias que llegan.

Primero porque en muchos hospitales el personal privado que se subrogó de la concesionaria no ha sido suficiente y hay que aumentar plantillas, segundo porque el ritmo de trabajo de la pública y la privada no es el mismo aunque hay servicios que están trabajando de mañana y tarde doblando turnos y tercero porque en este año también se están instalando nuevas máquinas, un proceso largo y que deja sin capacidad durante meses a los equipos. 

De Amancio Ortega y de fondos europeos

Las donadas por Amancio Ortega fueron las primeras y ayudaron, sobre todo, a la primera reversión en el Hospital General de Valencia y a que hospitales comarcales como el de Requena tuvieran su primera resonancia. Ahora, está previsto que lleguen otras 29 máquinas (para algunas ya se están haciendo las obras) gracias al plan Inveat del Ministerio. Con esta remesa se va a ampliar capacidad pero también renovar algunas máquinas «heredadas» de la privada más obsoletas. 

A sabiendas de que esto iba a suceder, Sanidad formalizó varios contratos para derivar pruebas a la privada: 54.000 al año de hospitales de Valencia y Alicante que ahora se van a ampliar para otros centros de Castelló con otras 15.000 pruebas.

El síndic pidió acceso público a los datos

El no disponer en tiempo real de la demora media para hacerse una prueba o para ver al especialista deja al paciente «en un estado de indefensión», según advirtió en septiembre el Síndic de Greuges, Álvaro Luna tras iniciar de oficio una investigación por la opacidad de estos datos. El síndic instó a la Conselleria de Sanidad a hacer accesibles estos datos ya que era «esencial» para reclamar «su derecho a recibir prestaciones, en igualdad de condiciones». Sanidad recogió el guante pero sin poner fechas ya que era algo «complejo» de poner en marcha.

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