Eutanasia y donación de órganos

Los órganos de cuatro personas que pidieron la eutanasia han permitido hacer 13 trasplantes

Cuatro valencianos que solicitaron morir gracias a la ley de la eutanasia optaron por donar sus órganos después | Gracias a ese gesto, trece personas en la C. Valenciana han recibido un órgano en año y medio

Imagen de María, una vecina de la Malva-rosa, que completó su deseo de morir en 2021 gracias a la Ley de la Eutanasia.

Imagen de María, una vecina de la Malva-rosa, que completó su deseo de morir en 2021 gracias a la Ley de la Eutanasia. / EFE

"Algo de consuelo en una situación trágica". Así explican los que conocen el proceso lo que supone para una persona que decide morir acogiéndose a la ley de la eutanasia tomar la decisión de donar sus órganos. Son pocos por ahora pero más de los que desde la propia Organización Nacional de Trasplantes (ONT) esperaban atender: cuatro en la Comunitat Valenciana desde que la ley de la "buena muerte" de la que hablaban los griegos entró en vigor en junio de 2021 y 49 en toda España.

Gracias a este último acto de generosidad cuando ya se ha decidido acabar con la vida se han podido hacer hasta 135 trasplantes de órganos en toda España, 13 en concreto en la Comunitat Valenciana en este año y medio. Son las cifras que se han compartido este jueves y viernes en València los 76 coordinadores de trasplantes de toda España que se han dado cita en su vigésima reunión monográfica y que este año ha abordado los retos que supone la donación tras una prestación de ayuda a morir.

"Estamos abrumados. Cuando entra en vigor la ley en verano de 2021 esperábamos tener peticiones por cómo es la sociedad española de generosa pero no el número recibido", ha explicado esta mañana Beatriz Domínguez-Gil, directora general de la ONT que ha hablado de las líneas claves de este encuentro junto al coordinador autonómico de trasplantes, Rafael Zaragoza.

Conscientes de que se iba a dar este escenario, la ONT preparó unas recomendaciones en 2021 y existe un protocolo nacional "que trata de armonizar el proceso de donación" en estos casos pero cada uno "es único e individualizado para ese paciente. Todo gira entorno al paciente, su voluntad y su deseo y todo lo que vamos aprendiendo nos ayuda a mejorar", ha dicho la doctora Domínguez Gil.

Por ejemplo, en el protocolo se deja claro según ha explicado Domínguez-Gil que las decisiones de eutanasia y donación "son independientes, es muy importante para que se tome de forma libre la decisión" y el paciente puede echarse atrás en el último momento en una o en las dos. Todo el proceso se apoya además en el médico responsable del paciente (el que le ayuda cuando solicita la eutanasia) para ver "si es adecuado o no plantearle la donación". De ser así, entran en escena los coordinadores de trasplantes "porque son los que conocen cómo hay que modificar el escenario que el paciente tiene concebido por el hecho de ser donante", ha añadido.

La muerte, en el hospital

Y es que, aunque la Ley de la Eutanasia prevé que cualquier persona con una enfermedad grave e incurable que cumpla con los criterios puede elegir dónde se practica la ayuda para morir, también en domicilio, si se elige ser donante la muerte tiene que llegar estando en el hospital.

"Estamos trabajando para ello y para estar preparados para todas las situaciones. Hay personas que para ellos es importante y estamos iniciando protocolos que permitan iniciar el proceso en domicilio pero la prestación (la ayuda a morir) siempre tiene lugar en el hospital, porque en el momento en que se produce el fallecimiento los órganos empiezan a perder viabilidad", explica la directora de la ONT.

Eso sí, es posible que se pueda hacer en casi cualquier hospital gracias a la generalización de los equipos de oxigenación extracorpórea (ECMO según sus siglas en inglés) que permiten que los órganos estén irrigados pese a que la muerte haya sido por parada cardiorrespiratoria y no por muerte encefálica, como era habitual en las donaciones "tradicionales".

Órganos más jóvenes

De hecho, este tipo de donación tras una eutanasia también es diferente en este sentido porque el perfil de donante también es distinto. "Son pacientes más jóvenes que los donantes habituales que suelen ser personas de edad avanzada que fallecen por accidentes cerebrovasculares. Además no suele haber tenido ingreso previo en la UCI lo que hace que los órganos también se vayan deteriorando".

De esta forma, estas donaciones son de pacientes que están entre los 40 y los 50 frente a la media de 60 años del resto "y la ratio de órganos para trasplantar suele ser más amplia que en el resto", según el coordinador de Trasplantes; Rafael Zaragoza. Como en el resto de donaciones, los pacientes de cáncer avanzado quedan excluidos y en estos procesos en los que se alía eutanasia y donación, la mayoría son personas con enfermedades neurodegenerativas como la ELA.