Investigación

El tren de Bejís se alejó del fuego pero el freno de emergencia se activó por el caos en el convoy

La Guardia Civil investiga qué provocó que el sistema de seguridad del "hombre muerto" detectara un error y parara el tren cuando ya volvía hacia València | Dos pasajeras, una de ellas identificada como policía, increparon y gritaron a la maquinista mientras intentaba reanudar la marcha

El tren València-Zaragoza que el 16 de agosto de 2022 se vio envuelto en el incendio de Bejís llegó a circular marcha atrás, huyendo del fuego en dirección València, durante 32 segundos. El convoy rehizo durante medio minuto su trayecto, lo que le habría permitido alejarse de la situación de peligro al verse entre las llamas, según recoge el atestado realizado por la Policía Judicial de la Guardia Civil de Burriana. El convoy se frenó porque el freno de emergencia se activó. Y quedó parado, envuelto entre las llamas en un abrir y cerrar de ojos durante trece minutos. Quién o qué lo activó y por qué es lo que también intenta discernir la Guardia Civil. 

El exhaustivo atestado elaborado entre agosto y octubre tiene tres líneas de investigación: «Las actuaciones relacionadas con la emergencia declarada por el incendio forestal» de Bejís; las «actuaciones relacionadas con el tren que resultó afectado a consecuencia del incendio»; y las consecuencias de las dos anteriores para «las personas que formaba parte del pasaje del tren afectado y que resultaron heridas tras el incidente». 

El informe se ha aportado a la investigación abierta por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Segorbe que que abrió diligencias el 10 de octubre para investigar los delitos de lesiones y daños a los pasajeros del tren. De momento, no hay ninguna persona investigada en estas diligencias.   

LECTURA DE LA CAJA NEGRA

Se produce el 29 de agosto tras desprecintar los dispositivos

Los agentes de la Guardia Civil de Burriana realizaron la lectura de la caja negra del tren (que registra todas las maniobras y acciones que se producen en el convoy durante el trayecto) el 29 de agosto. Los «dispositivos de recepción, almacenaje y tratamiento de los datos del registrador jurídico Cesis (caja negra)» estuvieron precintados hasta ese momento. Para la lectura precisaron de la colaboración del jefe de gestión de riesgos de Renfe València y del jefe de maquinistas de Teruel.  

La Guardia Civil recoge que el tren «circula con total normalidad hasta las 17:55:38 horas». En ese momento, «se produce una parada» provocada porque la maquinista coloca el manipulador «en posición freno de emergencia». También se activa la bocina

Una parada que apenas duró 3 minutos y 58 segundos. En ese tiempo, la maquinista desactiva la cabina del tren (el compartimento desde donde se conduce) en sentido Zaragoza, a las 17:57:40 horas. «Y rápidamente, a las 17:58:33, menos de un minuto más tarde, se activa la cabina en sentido València», lo que permite al tren comenzar a huir del «humo y las cenizas» que acababa de avistar la maquinista, como advierte al centro de regulación del tráfico de Adif. 

EL TREN SE QUEDA PARADO

Al activar el sistema de hombre muerto el freno de emergencia

El tren comienza a retroceder hacia València a las 17:59:40 horas y alcanza una velocidad de 39 kilómetros por hora. Los pasajeros llegaron a aplaudir, según han comprobado los agentes en las imágenes que grabaron las cámaras del tren y que han visionado para realizar el atestado

Pero el tren vuelve a quedarse parado a las 18:00:12 horas. Apenas treinta y dos segundos más tarde de reiniciar la marcha en sentido contrario al fuego. La parada se produce al «no realizar una adecuada pulsación del pedal del ‘hombre muerto’ y no ser corregido» por lo que «se provoca, tras la señal visual y acústica previa, la activación del freno de emergencia del ‘hombre muerto’ de dicha cabina». El tren apenas llega a recorrer 258 metros. Es a partir de este momento cuando empieza a desatarse el caos en el interior del tren durante los trece minutos que permaneció parado. 

¿Quién o qué participó en estos hechos? Según concluye la Guardia Civil, tres personas tuvieron una intervención determinante: la maquinista del tren y dos pasajeras. Una de ellas fue la que se identificó como agente de policía, cuyo testimonio pone en duda la Guardia Civil, en parte. 

«Tras iniciar el retroceso, lo que le hubiera alejado lo suficiente del incendio, [el tren] se detiene apenas unos segundos después quedando ahora sí rodeado por las llamas», relatan los agentes el informe aportado a la causa. 

«El instante en el que detiene el tren no había fuego próximo, solo humo y cenizas, pero una vez parado el tren, repentinamente se vio envuelto en las llamas en muy poco tiempo», asegura la Guardia Civil. «Cuando pudo reiniciar la marcha en dirección opuesta, en este momento es la primera vez que los pasajeros le comenzaron a dificultar notablemente su labor tras acceder a la cabina en dirección València», recoge el atestado. 

INTENTOS EN VANO

Las actuaciones de la conductora para poner en marcha el tren

Mientras el tren está parado, la caja negra recoge que «se produce la apertura del circuito [eléctrico] de lazo de puertas (LzPU)» que impide moverse al tren si alguna puerta del convoy sigue abierta, entre otros puntos de referencia y seguridad. Este detalle se une a que, según explica la Guardia Civil, «al no encontrarse activado el pulsador bypass de puertas (BypPU y que permite ‘saltarse’ el circuito de lazo de puertas) impide la puesta en marcha del tren». 

La caja negra detecta «numerosas activaciones del freno de emergencia causado por el dispositivo del hombre muerto que se repite en numerosas ocasiones y aparentemente se aprecia que se intentan realizar numerosas recuperaciones para rearmar el tren y realizar la marcha, de nuevo sin éxito». La maquinista cambia dos veces de cabina en tres minutos para encontrar el fallo

INCREPAN A LA MAQUINISTA

Dos pasajeras se introducen en la cabina pese a estar prohibido

Mientras la maquinista realiza todas estas comprobaciones, dos pasajeras se introdujeron en la cabina de conducción, algo totalmente prohibido por la normativa ferroviaria.  

La conductora explicó a la Guardia Civil que «se sentía increpada por las personas que accedieron a la cabina. La actitud de las dos mujeres en la cabina no favoreció en ningún sentido su labor, sino todo lo contrario». Un hecho que la pasajera que acompañaba a la mujer que se identificó como policía reconoció ante los agentes en su declaración realizada el 18 de agosto, dos días después del suceso. «Quizás puede ser que la declarante y la otra chica que accedieron al interior de la cabina pudieron molestarle [a la maquinista], aunque su intención era ayudar, pero ella no respondía, posiblemente porque estaría pensando, o preocupada y en shock.  

Sobre la actitud de la pasajera policía, la maquinista relató a los agentes que «la pasajera que se le había identificado como Policía, en un primer momento le prestó su ayuda. No obstante, posteriormente se introdujo en el interior de la cabina y comenzó a increparla en más de una ocasión». La policía «llegó a colocar su rostro junto al suyo gritándole para que retrocediera, mientras ella misma trataba de hacerlo, diciéndole cosas como que el tren iba a explotar, que les dejara salir». 

Pese a todas estas circunstancias, la conductora del tren admitió a los agentes que «desconoce si la actitud de las pasajeras que accedieron a la cabina pudo provocar que ella misma dejara de actuar sobre algún mando concreto del tren y fuera este el motivo por el cual se paró o fuera cualquiera de ellas la que consciente o inconscientemente accionara algún dispositivo de la tarima de mandos». 

La Guardia Civil señala al respecto que «el sistema [del pedal del hombre muerto] requiere de cierta concentración para completar la secuencia correcta, pudiendo la actitud y presencia de las pasajeras en la cabina haber influenciado en la maquinista ocasionando suficiente distracción en la misma que provocara el funcionamiento del hombre muerto» para frenar el convoy.  

Entre otros posibles motivos que pudieron paralizar el tren, la maquinista también relató que pudo comprobar que en la cabeza tractora de conducción «existían efectos en el interior de la cabina, recordando el asa de una especie de maleta pequeña que se encontraba bajo el pedal del hombre muerto, que le debía haber estado impidiendo previamente accionar correctamente dicho pedal».

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