Doce suicidios y 344 intentos durante el penúltimo curso escolar valenciano

Doce niños y niñas se suicidaron en el curso 2020-21, 344 amenazaron con hacerlo, y 78 se autolesionaron. Son los datos más recientes de las Unidades Especiales de Orientación de Conselleria de Educación, que arrojan una realidad cruda. Se han duplicado desde 2019.

Conselleria no tiene datos más actualizados, y esos son los detectados en el aula. Precisamente este jueves Les Corts aprobó un dictamen con 45 medidas para hacer frente al acoso escolar y los trastornos de salud mental. El documento es fruto de año y medio de trabajo de todos los partidos políticos y las opiniones de decenas de expertos en el tema. Una de las principales conclusiones es esta: no se contabilizan todos los casos, muchos se nos escapan.

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Los que conocemos son 344 amenazas de suicidio en unos 175 días de clase al año, pero todos los grupos políticos presentes al firmar el dictamen se mostraban convencidos de que hay muchas más que nunca se conocen, por eso un paquete entero de medidas va destinado a mejorar la detección.

En 2019 los datos de "ideaciones de suicidio, conductas suicidas o autolesiones" en el aula fueron 170. Es decir, que los casos se duplicaron de un curso para otro, al menos los detectados por las Unidades Especiales de Orientación.

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Estos datos se complementan con los del registro Previ (Plan de prevención de la violencia y de promoción de la convivencia) de la conselleria, que muestran como la pandemia ha empeorado la situación ya latente de salud mental. Entre 2022 y 2018, 2.000 estudiantes han tenido conductas autolíticas, es decir, han fantaseado con quitarse la vida, se han intentado suicidar, o se han autolesionado.

Mientras los cursos 2018-19 y 2019-20 estas conductas se habían detectado y notificado sobre el 0,06 % del alumnado (casi medio millar de estudiantes cada curso), el pasado 2020-21 el porcentaje aumentó hasta el 0,1 % de las y los estudiantes, es decir, casi el doble (cerca de 800 alumnos).  

La última comisión contra el acoso escolar de Les Corts se mostró preocupada porque durante el confinamiento, los casos se dispararon. A pesar de la distancia, mediante el contacto online, el profesorado denunció 88 incidencias en el Previ, muchas de ellas en este sentido. «Eran autolesiones, ideaciones suicidas, ciberacoso y maltrato infantil, detectado cuando los niños se conectaban con los tutores», afirmó entonces la directora del Previ Mónica Añón. «No podíamos creer que estuviera pasando en ese momento», añadió.

En el Previ, además de las autolesiones o los intentos de suicidio, también se registran agresiones al profesorado, maltrato infantil, violencia machista o casos de acoso escolar, entre otros problemas que se ven en los colegios e institutos. En total, en el curso 2021-22, los centros notificaron más de 3.200 incidencias,

En 2018-19 fueron 4.543; en 2019-20, 3.370; y en 2020-21, 3.891, dice Educación, con una bajada los dos últimos años por el confinamiento y la semipresencialidad.

Entre la documentación de Conselleria de Educación también figura un aumento en algunas de las causas del acoso escolar. En concreto, el acoso escolar por motivos racistas o xenófobos representaba uno de cada diez casos, y en igual proporción está el bullying motivado por homofobia o transfobia.

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Los profesores como primer filtro

Los docentes son una pieza clave para luchar contra esta lacra, porque deben ser el primer filtro y el más efectivo. Por eso Dolors López, coordinadora del Plan de Formación de Profesorado en prevención del suicidio de Conselleria de Educación, decidió empezar con la prevención por ahí.

López ha formado también a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, a Servicios Sociales, y recientemente a los médicos de atención primaria. Pero empezó y se enfoca en la educación. "Si no somos capaces de detectar el caso rápido puede ir a más. Esto es básico, que los docentes sepan distinguir", remarca.

Ella ha vivido este caso en sus carnes con la pérdida de una hija. Y afirma que hay que hablar de ello. Contarlo, disolver el tabú, tiene un efecto protector que ayuda a prevenir el suicidio. "Antes existía, pero con la pandemia se ha agudizado", remarca.

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En el caso de las autolesiones, añade que no significan siempre suicidio, sino que "pueden expresar muchas otras cosas", y hay que saber identificarlas para actuar. Pero por encima de todo lanza un mensaje de esperanza: "la mayoría de suicidios se pueden prevenir".

Para López, el suicidio es un tabú que debe ser disuelto y debe empezar a considerarse como un problema social. "Es un problema de todos, y nos concierne a todos actuar, igual que entendimos que la violencia de género no era un problema individual ni de algunas parejas, hay que hacer la misma reflexión con el suicidio", cuenta.

Por eso recomienda: "cuando ves que alguien de tu entorno ha cambiado su forma de actuar durante muchos meses, es que algo grave le está sucediendo". Hay que hablar con él y mostrarse dispuesto a ayudar. "Mucha gente me dice 'igual es solo una depresión' ¡Como si eso fuera poco! Una depresión puede destrozarte la vida. Todos debemos estar dispuestos a echar una mano", reivindica.