"Vienen a llevarse todo el material defensivo que puede servir en Ucrania"

Los refugiados compran para los familiares que siguen en su país botas, chalecos y linternas que encuentran en locales especializados de València

El dueño de la tienda de ropa militar M&M de Paterna, José, muestra un chaleco antibalas. | LOYOLA PÉREZ DE VILLEGAS

El dueño de la tienda de ropa militar M&M de Paterna, José, muestra un chaleco antibalas. | LOYOLA PÉREZ DE VILLEGAS

José lleva levantando la persiana de su tienda de equipamiento táctico en Paterna desde los años setenta. Hasta hace un año, sus clientes eran agentes de Policía y Guardia Civil, principalmente personal del cuartel que hay en la calle contigua. El día en el que Vladímir Putin lanzó su ataque brutal sobre Ucrania se despertó un efecto dominó que ha cambiado por completo su negocio y el de otras tiendas similares en València.

"Buscan mochilas, botas, equipamiento de colores áridos. Me cuentan que es para enviárselo a sus hijos y familiares que están en la guerra", explica José, dueño de M&M Equipamiento Táctico, a Levante-EMV. Es la consecuencia directa de que 45.000 personas procedentes de Ucrania se hayan instalado en nuestra autonomía, que es la que más ucranianos acoge de todo el país. Muchos productos se agotaban sin cesar "sobre todo en los primeros seis meses de guerra", pero los familiares todavía van por la tienda para ver si pueden enviar un nuevo paquete por correo postal. Un correo de guerra que hacía mucho tiempo que no se veía en España.

Cuenta José que hay cosas a las que les tiene que decir que no, porque no puede venderlas. "Por ejemplo, los chalecos antibalas y los chalecos completos no se los puedo vender", relata. La ley lo impide en España. Muchos clientes le han dicho que han conseguido chalecos de combate por internet, pero según José lo más probable es que los estén estafando con prendas de menor protección. "Lo que les están vendiendo son chalecos para armas cortas, son como si fueran de combate pero yo les digo que como les metan un tiro con un kalashnikov, los van a reventar", expresa. La suya es una de las pocas tiendas especializadas en este tipo de equipamiento. Entre el resto de las cosas que no les puede vender están, evidentemente, las armas. Lo que sí que les ofrece, aparte de la ropa, son botiquines y bolsos para guardar materiales. "Ha habido agotamiento de esto", recalca.

La guerra de Ucrania ya se ha cobrado la vida de cerca de 13.000 militares ucranianos, según el Gobierno de Kiev. El Pentágono cree que las bajas rusas están cerca de los 100.000, a pesar de que Moscú las cifra solo en 1.000. Además, han fallecido unos 7.000 civiles a causa de la invasión entre numerosas voces que claman contra los crímenes rusos.

El material de la tienda Ranger Valencia, en el barrio de Monteolivete, está bien ordenado en sus estanterías. Las paredes ilustran partidas de "AirSoft", una especie de juegos de guerra que cuentan con numerosos aficionados en la Comunitat Valenciana. Estas partidas se disputan con armamento que simula de una manera casi idéntica a las pistolas y rifles de combate pero que no son reales. Las armas lúdico deportivas solo disparan pequeños balines. Como máximo dejan una marca en el jugador, pero es improbable que causen una muerte.

Ocho meses sin rodilleras

Y sin embargo, como en ese tipo de tiendas también se vende equipamiento, los refugiados ucranianos ven que parte de esas cosas las podrían utilizar sus familiares. "Todos los días tengo ucranianos aquí", explica Jorge, dependiente de Ranger Valencia. "Han arrasado tanto con botas, específicamente las botas Lowa, que son muy caras", dice Jorge. Un par de esas botas cuestan unos 200 euros que los ucranianos pagan sin dudar, sabiendo las condiciones de frío, lluvia y barro a las que se exponen sus familiares.

Los uniformes que más triunfan entre los ucranianos son "los de tipo americano", el llamado Multicam, una réplica que ofrece el típico camuflaje tan visto en las películas y condiciones aceptables por unos 70 euros. "Sin embargo, como el tipo americano se acaba, al final ya se llevan de todos los tipos, como el de tipo francés", dice Jorge sobre ese otro uniforme, de colores ligeramente diferentes. A él también le han pedido material que no puede vender, "por ejemplo me han pedido munición de guerra, que no vendemos".

"La tienda sigue prácticamente igual pero esto lo ha cambiado. Esto no es solo una tienda de AirSoft y también vendemos a profesionales militares. Hemos estado casi ocho meses sin rodilleras. Las que venían, los ucranianos las compraban enseguida y los militares que venían se quedaban sin", indica Jorge. Probablemente se agradezcan más esas rodilleras en una trinchera de Bajmut que en un cuartel de València.

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