Último pleno en camiseta "con los ojos llorosos" y canto a capella
Serigrafías de Labordeta, los incendios o Pego decoran una última sesión emotiva llena de despedidas
En camiseta y con los "ojos llorosos" se acaba la X legislatura en las Corts. Rozando las dos de la tarde, en el hemiciclo llegó el momento en que cada subida a la tribuna no era para dar argumentos sobre las leyes que se debatían sino para sacar la lista de agradecimientos, lanzar piropos, despedidas, buenos deseos de futuro e incluso propuesta de nuevos himnos autonómicos cantados a capella. "Ya no sé si son réplicas o qué", resumió el presidente del parlamento valenciano, Enric Morera, que es más que probable que deje de serlo después del 28M tras ocho años en el sillón tras el atril.
"Hemos estado aquí más de 40 días reunidos, mil horas en 77 sesiones plenarias distintas", ha indicado Morera en un discurso de despedida aprovechando los dos minutos de intervalo entre que se sacaba la urna para votar la presidencia del Consell Rector. "Saludos a todos", señaló al final entre risas y aplausos Luis Arquillos tras llamar a los 99 diputados de las Corts para que depositaran su papeleta en la urna.
Sobre un fondo negro y la imagen de las llamas acechando Montán se podía leer "Más recursos, menos palabras". El mensaje tiene reverso: "Ecologismo hipócrita". Si Mónica Oltra logró en sus inicios un incremento de su notoriedad mediática a partir de los ropajes serigrafiados, en Ciudadanos han tomado nota. Sus parlamentarios se despiden (quien sabe si de la cámara autonómica) imitándola. Quién lo iba a decir en 2015 cuando pisaron las Corts por primera vez.
"Queríamos visibilizar la situación de dejadez que llevamos denunciando durante años y nos parecía una forma de hacerlo visible en el último pleno de la legislatura", explican fuentes de la formación. Aunque lo de la camiseta fue solo en el pistoletazo de salida, como si al entrar en el calor del escaño el traje y la corbata engullera al algodón. Porque de código de vestimenta nada. 'Per Pego. No pasarán', se leía en la camiseta de Josep Nadal o la imagen de Labordeta y su ¡A la mierda! se veía en la de Beatriu Gascó.
Nadie se arrancó con tal ataque sincericida, pero poco faltó. Es lo que tienen las despedidas. Todo estuvo teñido de terminal de salidas de aeropuerto, de último día en el instituto aunque repetir en este caso no significa haber suspendido. Todos son buenos cuando se van y los elogios superaron la política de bloques. Muchos saben que no repetirán, lo que les dio carta blanca para explorar el terreno de los afectos que difícilmente se dejan ver y escuchar en los debates parlamentarios.
Intervenir se convirtió en sinónimo de quedarse al borde de las lágrimas y la voz rota. La familia, los compañeros de partido o los rivales de otras formaciones se convirtieron en objeto de agradecimiento como si de una gala de los Goya se tratase. "Me voy porque yo quiero", dijo Elisa Díaz, el PP, tras 14 años como diputada, visiblemente emocionada. "Ahí os quedáis", le faltó decir. No fue la única que se se volvió al escaño secándose los ojos entre los aplausos del resto de compañeros. "Continuamos con los ojos llorosos, digo con el pleno de las Corts", ordenó el presidente de las Corts.
Claro que nadie superó a Beatriu Gascó y su propuesta de nuevo himno para la Comunitat Valenciana. "Mira si he corregut terres, que he estat en Alfarrasí", comenzó a cantar a capella. "Si alguien va a cantar, que avise", pidió Morera. "No vine aquí para hacer amigos", dijo Mercedes Caballero sin entonar. "Yo prometo que no", prosiguió José Luis Aguirre, de Vox, grupo del que vino la definición a cuatro años de trabajo en la cámara: "El parlamentarismo es un deporte de villanos jugado por caballeros", expresó David García haciendo un símil con el rugby.
"Con un buen ambiente se va a aprobar una mala ley", criticó por su parte el diputado 'popular', Fernando Pastor, sobre la norma de Participación que se debatía, con la consellera Rosa Pérez Garijo reivindicando que se paga sus vacaciones "cuando las tengamos", Barrachina, del PP, escuchando sus auriculares en su escaño, la hija de Belén Bachero mirando la despedida de su madre del parlamento desde el palco y Fernando Llopis, de CS, dejando su "memento mori" dando las gracias a sus compañeros de partido...los que quedan.
"Me gustaría agradeceros sobre todo cuando en momentos difíciles habéis redoblado esfuerzos mientras otros preferían tratar de hundir el barco y y huían como ratas, cobrando, pero no están aquí", señaló mirando a los escaños vacío que ocupan los cinco tránsfugas que abandonaron la formación en 2021. "No espero que Roma no pague a traidores", añadió posando la vista en la bancada del PP para acabar con un "hasta luego, Lucas". Pues eso. Hasta después de elecciones.
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