Feminismos

Los vientres de alquiler sacan a la luz nuevas contradicciones en los partidos

El PP se sube al carro de la "regularización" de forma altruista tras votar a favor de multar a puteros en pro de la abolición de la prostitución | PSPV, Compromís y Podem rechazan esta práctica por mercantilizar los cuerpos

Una imagen de archivo de una mujer embarazada.

Una imagen de archivo de una mujer embarazada.

Violeta Peraita

Violeta Peraita

Vientre de alquiler, gestación subrogada, explotación reproductiva. Hay muchas formas de llamar a esta práctica, ilegal en España, que ha llevado a cabo la empresaria Ana Obregón y ha avivado el casi automático posicionamiento político entorno a esta cuestión. El nombre en sí mismo también es distinto según desde donde se mire. Para lo que algunos es "gestación subrogada", para otros son "vientres de alquiler" o "explotación reproductiva" por las implicaciones que tiene esta forma de dar a luz para las mujeres que, en última instancia, paren.

En el país, aunque esta manera de concebir está prohibida y es considerada violencia contra las mujeres desde la entrada en vigor de la ley de salud sexual y reproductiva, sí se puede registrar a bebés nacidos en otros países por este método. Una contradicción en sí misma. La primera de muchas en los partidos políticos si se ahonda en el tema, sensible del todo y merecedor de una reflexión ética al implicar personas humanas, derechos fundamentales, cuerpos de las mujeres y transacción económica.

El primero en levantar la liebre de la opinión fue el Partido Popular (PP), que ha planteado la posibilidad de abrir la puerta, o iniciar un “debate sosegado” para llegar a implantar una regulación de la gestación subrogada de forma altruista, pero "no ahora" tal como manifestaron desde la dirección nacional y ratificaron en el PP la Comunitat Valenciana. Una manifestación pública que ha suscitado el reproche de Ciudadanos, “somos el único partido que lo ha defendido siempre, de forma altruista como en Canadá”, sostenían fuentes de la federación valenciana del partido liberal.

Los vientres de alquiler o la maternidad a través de un embarazo de otra mujer es un asunto sobre el que posicionarse políticamente y más a escasos dos meses de las elecciones municipales y autonómicas del 28M. El caso de la Obregón ha sido una oportunidad para los partidos de marcar perfil a favor o en contra de esta práctica. Y también de exhibir sus contradicciones en lo que a la “mercantilización” del cuerpo de las mujeres respecta. Pues, por ejemplo, el PP, votó a favor el miércoles en les Corts de multar a puteros y a locales donde se consuma prostitución, sumándose sutilmente a la lucha abolicionista de la prostitución pero sí cree que sea lícito gestar una criatura en vientre de alquiler “si es de manera altruista”.

«El Estado tiene que evitar abusos con leyes, no todo se puede comprar»

«Los deseos no son derechos y la maternidad no es un derecho, sino una opción personal que no tiene que cumplirse cueste lo que cueste». Habla Julia Sevilla, doctora en Derecho y profesora honorífica del Departamento de Derecho Constitucional de la Universitat de València y parte del Institut Universitari d’Estudis de la Dona. La experta dice que «estar en contra de los vientres de alquiler significa estar en contra de la venta del cuerpo. Tanto la gestación subrogada como la prostitución son una aberración y una vulneración de los derechos humanos», sentencia. Señala la complejidad del tema, sobe todo por la contradicción que se genera entre la prohibición de la práctica en España y la posibilidad de inscribir en el registro a los bebés que llegan al país en brazos de sus padres. «A un bebé le tienes que dar cobertura legal, pero se da una contradicción porque no está permitido comprar bebés». Respecto a la decisión de gestar a un bebé para otras personas sin, a priori, contraprestación económica, como plantean Ciudadanos y el Partido Popular, Sevilla sentencia que no se podría llevar a cabo una implantación de una norma que favoreciera esta actividad de manera ética y altruista. «Se podría contar con los dedos de una manos los casos en los que una mujer se quedara embarazada voluntariamente para cederle la criatura a otra persona», apunta. «Esta práctica, aunque se ampare bajo el paraguas del ‘altruismo’ choca con los estándares de derechos internacionales y nacionales». «Es muy difícil que una persona quiera ser una incubadora así como así», concluye Sevilla.  

Todo radica, al final, «en la vulneración del cuerpo de las mujeres y en la mercantilización del mismo», que vuelve a ser foco de «abusos» incluso en países en los que no está permitida la gestación subrogada, como en España. Para la experta, las mujeres «tenemos un cuerpo impresionante que permite traer ciudadanas al mundo, algo valioso que es objeto de codicia económica». «Quien tiene dinero quiere comprar todo lo que se le permita, incluso niños y niñas, pero ahí es donde los Estados han de interferir con normas que protejan a la ciudadanía contra esos abusos que son la expresión más brutal del capitalismo».

Ciudadanos es un partido que, en ambos asuntos mantiene su posicionamiento profundamente liberal. En la prostitución "hay que separar entre prostitución y trata" y en la gestación subrogada o de "sustitución"; "siempre hemos estado del lado de una regulación que asegure que sea altruista y garantista, respetando los derechos de todas las partes implicadas y evitando cualquier tipo de subordinación, económica o de otro tipo, de la gestante". Proponen límites a la edad, Mínimo 25 y máximo 45 años para ser progenitor, en aras de garantizar "el interés superior del menor". De hecho, han registrado de nuevo en el Congreso su ley sobre gestación subrogada.

Explotación reproductiva para la izquierda

En la izquierda, hay más o menos consenso respecto a lo que para estos partidos es en realidad "explotación reproductiva". En el PSPV se posicionan frontalmente en contra de la misma manera que reiteran su clara postura por la abolición de la prostitución, una lucha que han abanderado durante toda la legislatura y que ha sido su bastión de fortaleza en temas de feminismo. "Lo de Ana Obregón demuestra lo que son los vientres de alquiler: señora rica que quiere comprar un bebé y viaja a un país donde es legal".

En Compromís tampoco quieren que se mercadee con el cuerpo de las mujeres y abogan por la adopción, tal como sugirió la vicepresidenta del Consell, Aitana Mas y en Podem en la Comunitat Valenciana, por su parte, también se posiciona frontalmente en contra en la línea de lo que dijo la ministra de Igualdad, Irene Montero.

Una práctica ilegal en España que Podem considera explotación reproductiva para las mujeres que lo ejercen. Así, los morados valencianos recuerdan que la "gestación subrogada" está considerada como violencia contra las mujeres e insiste en no olvidar a las mujeres que están detrás de estas prácticas, atravesadas por un "sesgo de pobreza claro". "No hay que olvidarse de las mujeres precarias y en situación de pobreza que están detrás de esta forma de violencia y explotación". Una clara posición que choca con la vertiente más "regulacionista" cuando se trata de la prostitución en las filas de Podem.

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