La pesadilla del fuego acaba 8 días después y los vecinos vuelven a casa

La estabilización de los puntos críticos permite el regreso de los desalojados a Montán, Montanejos y Fuente la Reina, aunque se mantendrá la vigilancia por el fuerte viento que se espera el fin de semana

La pesadilla del fuego acaba 8 días después y los vecinos vuelven a casa

La pesadilla del fuego acaba 8 días después y los vecinos vuelven a casa

Minerva Mínguez/Sara Ríos

La pesadilla del fuego en el Alto Mijares finalizó ayer, después de ocho días en los que las llamas han calcinado un entorno natural de gran valor ecológico ante la preocupación y tristeza de los cerca de 1.700 vecinos desalojados, así como de los equipos de extinción que han realizado un trabajo titánico para llegar a este esperado desenlace. El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, fue ayer, al mediodía, el encargado de anunciar que los 1.300 vecinos que permanecían evacuados de Montanejos, Montán, Fuente la Reina y la pedanía de Los Calpes podían volver ya a sus casas y retomar la ansiada normalidad que el fuego puso en jaque.

Puig compareció tras la reunión con los responsables de extinción, donde se dio por estabilizado el incendio, aunque se mantiene la vigilancia para evitar cualquier tipo de peligroso rebrote. «Desgraciadamente nos esperan tiempos muy difíciles, y tenemos que aprender de cada incendio y de cada circunstancia de estas para prevenir, que es el único elemento que tenemos a nuestro alcance, y después actuar con la determinación y las convicciones que hemos hecho en este momento», añadió el jefe del Consell.

Por el momento, el número de hectáreas afectadas por el incendio es de 4.700. La consellera de Justicia, Interior y Admistración Pública, Gabriela Bravo, destacaba un poco antes en el puesto de mando que todavía existen puntos calientes pero de menor calado y se mantienen medios terrestres -alrededor de unas 120 personas- y medios aéreos, en menor medida, que realizan tareas de vigilancia.

«Se mantendrán estos medios a lo largo del fin de semana, donde, según la Agencia Estatal de Meteorología, habrá una situación bastante critica debido a las fuertes rachas de viento, que alcanzarán hasta los 100 kilómetros/hora, por lo que hay que mantener la alerta», remarcó Bravo. Además, se mantendrá la vigilancia en las carreteras y vías por parte de la Guardia Civil para evitar que las personas que no residen en las poblaciones afectadas por el incendio puedan transitar por estas vías.

Casi 4.700 hectáreas de monte calcinado

Las imágenes del Sentinel editadas por Educación Forestal muestran el perímetro y la zona quemada, donde se aprecia lo cerca que se ha quedado el fuego del Parc Natural de la Serra d’Espadà.

«Si todo sigue así y no hay reproducciones, el fuego se dará por controlado por la tarde», manifestaba al mediodía. Las fuertes rachas de viento, sin embargo, «obligan a mantener la alerta para evitar la reactivación». En cualquier caso, el incendio a las siete se daba ya por controlado sin llamas en el perímetro ni en el interior, como señalaba el secretario autonómico José María Ángel. Sobre el terreno quedarán unidades terrestres para actuar en cualquier momento, según apuntaba en el puesto de mando.

Investigación abierta

De la investigación abierta por el Seprona, centrada en los cuatro operarios que estaban realizando trabajos de limpieza con una desbrozadora en Villanueva de Viver, Bravo incidía en que hay que dejar trabajar a la Guardia Civil. En todo caso será después el Juzgado el que debería actuar para decretar una posible responsabilidad penal.

«El problema no es solo la limpieza del monte o la prevención»

El problema no es solo la limpieza del monte», manifestaba ayer la consellera Gabriela Bravo. «Hace falta una política global, no solo la prevención», apuntaba. Aprovechaba para recordar que muchos terrenos están en manos privadas pero acaban incorporándose a la superficie forestal por abandono. De ahí la necesidad de un plan que contemple todas las medidas e iba un poco más allá y remarcaba la dificultad que entrañan muchos puntos del territorio, como el de Villanueva de Viver, donde se ha librado una auténtica batalla contra la orografía. «Esos barrancos no se pueden limpiar, es todo muy complejo y es necesaria una reflexión con politicas que integren medidas para problemas como la despoblación, el cambio climático o el factor de propagación por la sequedad del suelo y la ausencia de lluvia», decía.